España ya ha puesto en marcha Radar COVID, su aplicación para el rastreo del coronavirus, elaborada por la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial. Está basada en la interfaz de programación de aplicaciones (API) desarrollada por Google y Apple, y tiene como objetivo servir de ayuda a los rastreadores humanos que se encargan de tracear los contactos de riesgo de las personas infectadas, pues es más preciso que estos, cuyo trabajo depende de la memoria.
Pero, ¿cómo funciona Radar COVID? Pablo y María quedan para tomar un café y, durante ese tiempo, sus móviles intercambian una serie de identificadores por conectividad Bluetooth. Estos quedan almacenados de forma local en sus dispositivos si están más de 15 minutos a menos de dos metros de distancia.
Días después, Pablo comienza a notar síntomas del coronavirus, por lo que se hace una prueba y da positivo. Con el diagnóstico le proporcionan un código que debe introducir en la aplicación. Automáticamente, todas aquellas personas con las que haya tenido contacto en los últimos 14 días recibirán una notificación en tu teléfono. Entre ellos, María, que deberá llamar a su centro de salud para avisar de que ha tenido un contacto de riesgo.
Los identificadores Bluetooth son temporales y anónimos. Además, en ningún momento la aplicación accede a datos personales ni de ubicación de la persona que la utiliza. Únicamente almacena durante 14 días los códigos que han ido generando los dispositivos con los que se ha tenido contacto y aquellos que se relacionen con un diagnóstico positivo. Asimismo, su uso es voluntario.