La portada de mañana
Acceder
La declaración de Aldama: “el nexo” del caso Ábalos apunta más arriba aún sin pruebas
De despacho a habitaciones por 1.100 euros: los ‘coliving’ se escapan de la regulación
Opinión - ¿Misiles para qué? Por José Enrique de Ayala

El Gobierno amplía a 12.250 millones el plan para impulsar la producción de chips en España con fondos europeos

Lo había adelantado Pedro Sánchez en Davos y lo ha confirmado la vicepresidenta Nadia Calviño en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este martes. El PERTE (el mecanismo mediante el que se articulan las ayudas europeas) para potenciar la investigación, diseño y fabricación de microchips en España contará finalmente con 12.250 millones de euros, 1.250 más que los 11.000 millones presupuestados inicialmente.

Se trata del que “quizá sea el proyecto más ambicioso del plan de recuperación, por su cuantía, por su impacto transformador porque los semiconductores son esenciales para nuestra industria y el proceso de digitalización, y por su peso para la soberanía tecnológica de la UE”, ha explicado Calviño. El plan aspira a que España se coloque de manera “integral” en la cadena de suministro de este componente clave de los dispositivos electrónicos. Una línea de abastecimiento que se ha visto muy afectada por la pandemia y la crisis del comercio internacional, pero también por la escasez de materiales para producirlos.

La vicepresidenta ha insistido en que España no parte de cero en este campo. El PERTE se centra en aprovechar las “fortalezas” con las que ya cuenta el país, entre las que ha citado el proyecto de investigación de un chip abierto que desarrolla el Centro Nacional de Supercomputación de Barcelona; la fotónica; la red de salas blancas donde prototipar nuevos modelos chips o la presencia de “empresas líderes en sectores tractores, como la automoción o los electrodomésticos”, que han pasado a tener un uso intensivo de microchips.

En este sentido, Calviño ha avanzado que el Gobierno ya ha tenido “contactos preliminares” con varios actores del sector, que se han mostrado “interés” y se han saldado con “resultado positivo”. También ha recordado que Pedro Sánchez se encuentra en Davos promoviendo el PERTE con algunas de las principales multinacionales del campo de los semiconductores “para ver cómo se puede concretar este interés”.

Cuatro ejes de inversión

La estrategia del Gobierno se desarrolla alrededor de cuatro ejes. El primero, que cuenta con una línea de financiación de 1.165 millones de euros para el periodo 2022-2027, tiene como objetivo reforzar la investigación de nuevos modelos de microchips y los materiales semiconductores en los que se basan. I+D+i que se centrará en “microprocesadores de vanguardia y arquitecturas alternativas y la fotónica integrada”, explica el Ejecutivo, así como a “desarrollar chips cuánticos”.

La segunda pata del plan es el diseño de microchips. A ella se destinará una línea de ayuda de 1.330 millones de euros para el desarrollo de empresas fabless, aquellas que no tienen una fundición propia para generar las obleas de silicio necesarias para fabricar los chips. Además de poner el foco en la producción de microchips de vanguardia (aquellos de menos de 5 nanómetros) con la línea de investigación, el Ejecutivo quiere potencial la creación líneas de pilotos de pruebas de nuevos chips.

Más de 9.000 millones para factorías y 200 para startups

El grueso de la inversión de este PERTE se irá al apoyo a la construcción de plantas de fabricación de microchips. Es el tercer eje del plan y la inversión pública presupuestada para él es de 9.350 millones de euros. El foco son también los chips más avanzados, por debajo de los 5 nm, pero también los que se encuentran por encima de ese rango, considerados “de gama media”.

Las de fabricación son las instalaciones más costosas de una línea de suministro que se caracteriza por unas necesidades masivas de capital en todas sus etapas. Como referencia, la multinacional Intel acaba de anunciar la creación de dos factorías en Alemania en las que invertirá 17.000 millones de euros. También negocia con Italia la instalación de otra planta de fabricación de microchips avanzados para la que ha preparado otros 4.500 millones.

El cuarto y último punto del PERTE se dirige al apoyo de las empresas emergentes españolas que intentan hacerse un hueco en esta industria. Para ello se creará un fondo de capital riesgo para financiar startups y scaleups (aquellas pymes cuyo negocio ha crecido más de un 20% anual durante los últimos tres años) dotado con 200 millones de euros de los fondos europeos.

Dentro de este eje se incluye otra iniciativa dirigida a fortalecer la producción española de productos electrónicos que utilicen los microchips, “para que ejerza de sector tractor sobre la industria de los semiconductores y absorba parte de su producción”, ha expuesto la vicepresidenta. Está dotada de un presupuesto que puede ascender hasta 400 millones de euros.

Comisionado Especial para los microchips

Por último, Nadia Calviño ha anunciado la creación de un nuevo puesto en el Gobierno que será el directamente responsable de dirigir las inversiones del PERTE. Se trata del comisionado especial para el Proyecto de Microelectrónica y Semiconductores y lo ocupará Jaime Martorell Suárez, con 40 años de experiencia en el sector tras fundar 1983 la empresa de semiconductores Logic Devices en Silicon Valley.

Sus funciones serán “establecer un contacto permanente con la industria nacional y extranjera, valorar la viabilidad de los proyectos en coordinación con las comunidades autónomas y los municipios o ayudar a constituir las iniciativas empresariales en el marco de la Ley Europea del Chips”, ha explicado Calviño.

En apoyo al comisionado el Gobierno también creará un grupo de expertos del mundo académico y empresarial y una comisión interministerial de seguimiento, presidida por la propia Calviño.

“Es un plan a largo plazo, que avanzará por fases”, ha avanzado la vicepresidenta: “España dispone del talento, dispone de los centros de investigación de primera categoría, dispone de las capacidades, pero hasta ahora no ha estado presente en este sector tecnológico”. En este sentido, espera que el PERTE ofrezca “una estrategia coherente y los recursos necesarios” para cambiar la situación.