En la red de NHS Trust trabajan cerca de 1,2 millones de personas. Es un conjunto de hospitales repartidos por Reino Unido que provee asistencia pública y gratuita a quien lo necesite. Se parece pero no llega a ser del todo una seguridad social, ya que el cariz de estos servicios se orienta más a los segundos cuidados (como consultas, por ejemplo) que a los primeros (urgencias o médico de familia). Desde 2015 tienen un acuerdo con Google por el que la multinacional investiga nuevos tratamientos a cambio de cederle datos de pacientes. El miércoles, el buscador bloqueó toda la red de los hospitales porque pensaba que le estaban hackeando.
En realidad fue una falsa alarma, pero la NHS ya se ha quejado formalmente por dejarles a oscuras durante todo un día. Los trabajadores británicos no pudieron acceder ni a la red que conecta a todos los hospitales ni tampoco al propio buscador. El correo, cuyo asunto era “Accceso a Google”, fue enviado por el departamento de tecnología de uno de los hospitales adscritos, e interceptado por The Register.
“Google está bloqueando intermitentemente el acceso debido a la cantidad de tráfico proveniente desde los servidores del NHS Trust (no está siendo bloqueado por el departamento de tecnología). Esto está provocando que Google crea que están sufriendo un ciberataque”, según el correo. Muchos empleados de los hospitales tuvieron que rellenar un CAPTCHA (una prueba para determinar si eran humanos o máquinas) generado por Google a la hora de hacer una búsqueda. El propio NHS les recomendó entonces utilizar un buscador diferente como Bing.
Mi culpa, no, la tuya
No hubo hackeo, tan solo un pico de tráfico que hizo que los servidores del servicio de sanidad público ofrecieran cifras fuera de lo común. Google confundió esto con un ataque de denegación de servicio (DDoS), una técnica común que utilizan muchos ciberatacantes para “tirar” sitios web.
El NHS no niega que hubo un intercambio de correos con la multinacional: “Somos conscientes del problema que afecta a las IPs de los NHS que ocasionalmente causaron que los usuarios fueran redirigidos a un formulario simple de verificación al acceder a Google”, han declarado a Business Insider. Mientras tanto, Google se cierra en banda y afirma en declaraciones al mismo diario que sus servidores funcionaron correctamente todo el tiempo, dejando entrever que la culpa fue del consorcio de hospitales.
No es el primer problema que la NHS tiene con Google. En noviembre, 850.000 empleados se vieron atrapados en una cadena de emails que llegó a tener 500 millones de mensajes en apenas una hora y cuarto.