Cuando el pasado mes de abril el primer ministro canadiense Justin Trudeau describió en un instituto de física teórica de Ontario lo que era la computación cuántica, los asistentes y el público se quedaron con la boca abierta. Trudeau es de letras -cosa que no exime de saber ciencia-, pero lo cierto es que el primer ministro canadiense explicó a grandes rasgos en un minuto cómo funciona la computación clásica y cómo lo hace la cuántica. La exposición vino al hilo de una broma de un periodista, que le retó a explicar este difícil área de las matemáticas. La audiencia, por supuesto, rompió en aplausos tras la exposición.
El vídeo de Trudeau se viralizó y en cierto modo hay que darle las gracias. Tanto para los no experimentados como para los expertos en la materia, el vídeo del PM canadiense ha puesto sobre el mapa el concepto de computación cuántica. IBM ha recogido el testigo y el martes, la empresa tecnológica anunció dos acontecimientos importantes: por un lado, que han llevado a cabo con éxito el desarrollo de su primer procesador cuántico. Por otro, que todo el que quiera podrá probarlo. Cinco qubits e innumerables posibilidades, tanto técnicas como prácticas.
Típicamente, la computación cuántica está asociada a ámbitos académicos o relacionados con las investigación: la NASA utiliza procesadores cuánticos. Microsoft cuenta con un equipo dedicado específicamente a la investigación cuántica. Google desarrolló D-Wave hace menos de un año, un ordenador cuántico que le costó cerca de 10 millones de dólares a la empresa de Sundar Pichai. Y Amazon los lleva utilizando desde hace años. Ahora, IBM presenta un servicio en línea que permite a cualquier persona usar el procesador cuántico de cinco qubits que ha desarrollado la firma en sus laboratorios de Yorktown Heights, en Nueva York.
Pero ¿qué es un qubit?
IBM permite acceder a la máquina a través de un sencillo software descargable desde la página web del proyecto, The Quantum Experience. Para saber si algo es bueno, antes hay que probarlo, y eso es justamente lo que ha hecho la firma tecnológica con su procesador. Ponerlo a disposición de todos, tantos expertos como amateurs. “Queremos que la gente aprenda a pensar de forma diferente y a programar un ordenador cuántico”, dice Jerry Chow, que es el director del proyecto.
Así como un bit es la unidad básica de información en un sistema de computación tradicional, un qubit es la unidad básica en un sistema de computación cuántico. Los ordenadores con los que el común de los mortales trabajamos son los del primer grupo, en los que millones de bits circulan en forma de 0s y 1s formando cadenas que representan un determinado parámetro o una acción en concreto. Cada vez que pulsamos una tecla, se genera una cadena de 0s y 1s que llega hasta el procesador de la máquina y la convierte en el carácter que después vemos en la pantalla.
Los dos estados de la información son 0 o 1. Mientras que dos bits solo pueden ser 0 o 1, dos qubits puede ser 0, 1 y ambos al mismo tiempo. La computación cuántica agrega un estado a la información. Esto significa que los qubits pueden ser, al mismo tiempo, ceros, unos y ceros y unos -o viceversa-; con el aumento de velocidad y potencia que eso conlleva. Para situarnos, el procesador D-Wave con el que trabaja Google cuenta con nueve qubits, mientras que el de IBM ronda entre los cinco y los siete.
Cuantos más, mejor
La idea de IBM pasa porque todo el mundo contribuya. Como apunta el profesor David DiVicenzo de la Universidad de Aachen (Alemania) a Wired, “Creo que muchos aprenderán cosas sobre el funcionamiento de este ordenador cuántico que sus desarrolladores nunca supieron”. Y es que el objetivo de la empresa que más patentes cuenta en su poder de EEUU pretende contribuir a la solución de grandes hitos mundiales, desde la decodificación de la cadena del ADN hasta predicciones relacionadas con el funcionamiento del mercado bursátil en Wall Street.
El Quantum Experience permitirá a todo aquel que acceda trabajar con qubits, aprender sobre el funcionamiento del nuevo procesador o simular procesos y tareas. IBM tiene previsto en el corto plazo ampliar su potencia hasta los 50 o los 100 qubits. “El objetivo es resolver misterios que buscamos desentrañar desde hace décadas, además de permitir a la gente que innove con el hardware”, cuenta Jay Gambetta, gerente de la teoría de la computación cuántica y la información de IBM en Forbes.
Es un gran paso para la computación cuántica, sobre todo en el ámbito científico y de cara a desarrolladores e investigadores cuya gestión del tiempo es indispensable; donde a mayores recursos mejores resultados. Sin embargo, nuestros ordenadores de sobremesa y portátiles seguirán siendo capaces de pensar y igual de rápido. La computación clásica no vale para investigar, pero la cuántica sí. Y eso importa.