“Hay que ofrecer oportunidades a regiones que nunca habían albergado instituciones públicas estatales. La descentralización fortalece nuestros territorios y mejora las condiciones de igualdad y vertebración”. Es una explicación que proviene de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial (SEDIA), pero una política común del Gobierno. El Ejecutivo ha decidido promover que la elección de las sedes de organismos de alcance nacional se abra más allá de Madrid. Ha comenzado con la alta tecnología: su voluntad es que la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial (AESIA) y la Agencia Espacial Española (AEE) sean las primeras de una nueva oleada de descentralización institucional. El objetivo es que ambas estén operativas en la primera mitad de 2023.
“España es un territorio amplísimo y seguro que hay muchas localidades que presentan sus candidaturas. Si hay un mensaje que debe quedar claro es que España no está vacía: España está llena de talento y de municipios con grandes oportunidades de desarrollo y de crecimiento”, exponen a este medio fuentes de la SEDIA, que está gestionando la ubicación de la AESIA. Granada está muy interesada en albergarla. Ciudades como Teruel han presentado su candidatura oficial para ser sede espacial.
A Isabel Díaz Ayuso no le ha gustado la iniciativa y la considera un ataque a la comunidad que preside. “No se sabe dónde irá, lo que sí, que ha de perjudicar a Madrid. Aquí está el ecosistema de empresas, universidad y FP en torno a esta industria. Es como descomponer la maquinaria de un reloj: descapitalizar Madrid es una barbaridad”, ha afirmado en referencia a la AEE.
Este medio ha consultado a varios expertos tanto del sector espacial como de la industria de la IA y el sentir general es que “a Madrid o Barcelona no les perjudica que estas agencias se vayan a otros territorios, ya tienen tejidos industriales formados”. “No es desvestir a un santo para vestir a otro”, incide Tomás Martínez Buero, presidente de AI Network, una asociación de profesionales especializados en esta tecnología.
Claro que es mucho más fácil y cómodo que todo esté en Madrid. Pero la tecnología puede ser un motor de crecimiento y creo que es positivo que también lo aprovechen otros territorios
“Claro que es mucho más fácil y cómodo que todo esté en Madrid. Pero la tecnología puede ser un motor de crecimiento y creo que es positivo que también lo aprovechen otros territorios”, continúa en conversación con elDiario.es.
La Agencia que supervisará los productos basados en inteligencia artificial emulando el control de otros organismos sobre la comida o los medicamentos es un proyecto en el que España será pionera. La Agencia Espacial Española, al contrario, es una institución reclamada durante años por el sector y que no tomó verdadero impulso hasta que el astronauta Pedro Duque la apoyó como ministro de Ciencia.
Estamos acostumbrados a trabajar de manera descentralizada
En este caso, el sector coincide en que lo importante es la creación de la Agencia y no dónde se ubique. “En PLD Space estamos convencidos de que el trabajo de la futura Agencia Espacial Española será óptimo, independientemente de la ciudad en la que acabe instalándose”, expone a este medio Raúl Verdú, cofundador de esta startup que quiere convertirse en la primera empresa lanzadora de satélites fundada en España. “Nuestra actividad se produce de forma paralela en diferentes puntos del país (Elche, Teruel y Huelva). Estamos acostumbrados a trabajar de manera descentralizada”, añade.
Me gustan los países en red y concebidos en red. Cualquier sitio en el que esté será fantástico
“Me gustan los países en red y concebidos en red”, coincide Jordi Hereu, presidente del gigante espacial español Hispasat. “Su papel de impulso y coordinación se puede hacer desde muchos puntos de España. Cualquier sitio en el que esté será fantástico”, declaró en junio en una conferencia de la Asociación de Periodistas Económicos cubierta por Valencia Plaza.
Una experiencia previa y dos retos
Las dos agencias con las que el Gobierno ha lanzado el proceso para llevar organismos nacionales fuera de Madrid y Barcelona son del ámbito tecnológico. Esto juega un papel determinante a la hora de cumplir sus dos principales retos: atraer profesionales experimentados y fomentar la creación de un tejido industrial a su alrededor que aproveche la presencia del organismo y de esos profesionales.
Existe un ejemplo previo para ambas agencias que deja algunas lecciones. El Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) se estableció en León en 2006 durante el mandato del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, oriundo de la localidad.
Este medio ha contactado con dos reputadas voces del sector de la ciberseguridad española que exponen que su ubicación en León, fuera del circuito tradicional de ciudades fuertes del sector, no afecta negativamente al trabajo de la institución. No obstante, destacan que su mera presencia no ha bastado para convertir a la ciudad en un polo tecnológico especializado en ciberseguridad.
“Que esté lejos de Madrid tampoco influye demasiado en la era de la videoconferencia”, dice uno de estos expertos, que piden que no se les identifique para no perjudicar sus relaciones con el organismo. “Algo de empleo crea. En el caso de Incibe subcontratan a unos cuantos empleados en lugar de crear puestos fijos. Hay mucha movilidad, parece más una cantera donde se forma mucha gente que sale nueva de la universidad para acabar en otros lugares”, continúa el mismo especialista.
Sin duda, el principal punto en el que el Incibe no ha cumplido las expectativas es en la creación de un ecosistema a su alrededor. Como muestra su propio buscador de empresas de ciberseguridad, León no cuenta con ninguna representativa. “Más allá del Incibe... poco más hay por allí”, lamentan ambos expertos.
Además, avisan de que las nuevas agencias pueden encontrarse con otro reto derivado de su carácter tecnológico. “Estamos hablando de un campo en el que se puede trabajar remotamente sin ningún problema. De hecho, muchos profesionales van a exigir trabajar en remoto, con lo que esa ventaja o favor a comunidades o ciudades menos favorecidas se diluye un poco”, recuerdan.
En pack con la universidad y el “hub”
“Hace falta una estrategia más amplia. Que no sea solo la institución, sino que vaya acompañada de un hub de innovación y de una universidad bastante potente. Pienso, por ejemplo, en el ejemplo de Málaga”, pide uno de los especialistas en ciberseguridad consultados para que las dos nuevas agencias logren un mayor impacto en sus zonas que el Incibe. El hub, que funciona como incubadora de talento y startups, unido a un centro formativo especializado en ese campo, es un binomio que ha funcionado muy bien tanto a la capital de la costa del sol como a otras ciudades como Valencia.
El Gobierno ha publicado una serie de requisitos en ambos procesos para asegurar la viabilidad de las sedes y su impacto territorial. En el caso de la agencia espacial, entre los criterios que tendrá en cuenta la comisión consultiva figuran que el lugar cuente con una amplia red de acceso a medios públicos de transporte, especialmente tren de alta velocidad, y que se encuentre a menos de una hora de un aeropuerto internacional. Estos factores han provocado quejas de Teruel, peor comunicada que otras aspirantes como Sevilla. Se esperan unas 20 candidatas, entre las que se han postulado la propia León, Huelva, Puertollano (Ciudad Real) o Canarias.
Para la agencia de supervisión de la IA, el Ejecutivo pide que “la localidad cuente con un ecosistema propicio para la Inteligencia Artificial”, como la existencia previa de un centro de formación de referencia. “Debido a su papel como foco de las políticas europeas, también se valorará su grado de relación con otros Estados punteros en IA. Deben tener infraestructuras y equipamientos apropiados para albergar las actividades relacionadas con la Agencia y, por supuesto, estar preparadas para generar y recibir talento multidisciplinar”, detallan fuentes de la SEDIA.