El hacker informático británico Lauri Love, cuya extradición reclamaba Estados Unidos por haber robado supuestamente información oficial de agencias norteamericanas como el FBI o la NASA, ha ganado este lunes un recurso de apelación presentado ante el Tribunal Superior contra su entrega a ese país.
En una vista judicial celebrada en la citada corte londinense, dos jueces indicaron que se había admitido el recurso por el que el solicitante “queda liberado” de la extradición.
EEUU reclamaban a Love, de 32 años y con síndrome de Asperger, por supuestos ciberataques cometidos en 2012 y 2013 -que podrían conllevar sentencias de hasta 99 años de cárcel- en los que habría sustraído datos confidenciales de agencias como la Reserva Federal, el Ejército estadounidense, el departamento de Defensa, la NASA o el FBI en una serie de ataques online cometidos en 2012 y 2013.
El juez Ian Burnett, de la Alta Corte, anulaba así un fallo de instancias inferiores y anunciaba su decisión entre vítores de los partidarios de Love, de 33 años.
Arrestado en 2013
Lauri Love fue arrestado el 25 de octubre de 2013 en la casa que sus padres tienen en Stradishall, una pequeña localidad situada en el Este de Inglaterra. En el transcurso de esa operación, la policía requisó seis ordenadores y varios discos duros de su domicilio.
Lo consideraban sospechoso de haber hackeado sistemas informáticos de instalaciones especialmente sensibles desde el punto de vista estratégico para Estados Unidos entre 2012 y 2013, en concreto, los del Departamento de Defensa, la Agencia de Protección para el Medio Ambiente, el Departamento de Energía y la NASA, así como de haber robado datos sensibles tanto de la agencia espacial como de la Reserva Federal.
Esta serie de ataques informáticos se dieron en el contexto de la operación de Anonymous #OpLastResort y, además, también se le atribuyó el hackeo llevado a cabo contra la Agencia de Misiles de Defensa en represalia por el suicidio de Aaron Swartz.
Cuando la policía requisó los equipos informáticos, se dieron cuenta de que todo el contenido de los mismos se encontraba cifrado. La NCA británica, equivalente al FBI estadounidense, le exigió que descifrara el material, algo a lo que el acusado se negó.
Este organismo de seguridad acudió entonces a los tribunales para exigir a Love que entregara sus claves. Al final los argumentos de la NCA no convencieron a la juez Nina Tempia, según ella misma manifestó entonces, y Love no se vio en la obligación de descifrar el contenido de sus equipos.
A finales de junio de 2016 se celebró la sesión donde se decidía si Reino Unido respondía afirmativamente a las tres órdenes de extradición emitidas contra Love por separado desde varias jurisdicciones de Estados Unidos y en septiembre un tribunal aprobaba su extradición, una decisión ante la que cabía el recurso que se ha fallado hoy.
Kaim Todner, la firma de abogados que representa a Love, ha asegurado que este es un “fallo fundamental” que sentará precedente.
“El sistema judicial británico ha adoptado la posición de que nosotros deberíamos lidiar con este asunto, más que aceptar las demandas del gobierno estadounindese”, señala el bufete en un comunicado.
“Además ha reconocido que la atención a la salud mental en las cárceles estadounidenses no es lo suficientemente adecuada como para garantizar que Lauri no sufriría serios daños si era extraditado”, añaden.