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ENTREVISTA
Alliance Niyigena, ingeniera

La ingeniera que escapó del genocidio de Ruanda con 18 meses y ahora crea tecnología punta en España

Alliance Niyigena, investigadora del Instituto de Microelectrónica de Barcelona (CSIC)

Carlos del Castillo

21 de mayo de 2021 22:07 h

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“Yo nací en Ruanda. Pero por el genocidio de 1994 mis padres tuvieron que dejar el país. Se fueron al Congo pensando que solo serían dos semanas. Pero vivir justo al lado de Ruanda también era peligroso, así que caminaron hacia el interior del Congo, hasta Kinsasa. Allí tampoco se sentían seguros, así que continuaron caminando hasta Tanzania, y de ahí a la República Centroafricana, buscando trabajo y un lugar en el que establecerse. Allí encontraron a la Cruz Roja, mi madre estaba embarazada y fueron considerados una familia vulnerable. Cruz Roja les ofreció la posibilidad de solicitar asilo político en Noruega. Ellos no sabían nada de Noruega, solo que estaba al norte de Europa, pero no tenían mucho dinero, yo tenía un año y medio y mi hermano estaba a dos semanas, así que decidieron ir”.

Es la historia de cómo Alliance Niyigena llegó a Europa y los 8.000 kilómetros en ocho meses que recorrieron sus padres, buena parte a pie. Ahora ella es una ingeniera de 24 años que investiga en el Centro Nacional de Microelectrónica en su sede en Barcelona, dependiente del CSIC, donde desarrolla una pila para dispositivos que se carga con fluidos corporales, como sangre o sudor.

Su entrevista con elDiario.es se concertó antes de que Marruecos desatara una crisis migratoria en Ceuta e iba a estar centrada en su currículo, que también incluye una especialización en nuevas formas de energía, una selección para participar en el proyecto Hyperloop de Elon Musk y una portada de Telos, la revista de tecnología de la Fundación Telefónica. Pero el drama vivido en torno al espolón de la ciudad autónoma sobrevuela la conversación: “Sientes que les debes algo. Te preguntas por qué tú has tenido suerte, porque te ha tocado a ti esta vida y no a ellos. Si mis padres no hubieran tenido la posibilidad de irse a Noruega seguro que yo no estaría aquí hablando contigo”.

Aunque destaca que ambas migraciones son diferentes (“yo nunca he tenido esa experiencia porque mis padres nunca habían pensado en ir a Europa, no fue algo que ellos escogieran”) quiere aprovechar la oportunidad para reivindicar visibilidad. Especialmente la de aquellos que, como ella, descienden de personas migrantes, se han criado en Europa y se sienten parte de ambos. “Somos una fortaleza, representamos a nuestros países pero también un puente con nuestros lugares de origen”.

¿En qué consiste el proyecto de la pila de fluidos corporales?

Estamos usando elementos de la sangre para hacer pilas que pueden producir un voltaje y así alimentar un dispositivo. Puede ser también con sudor, glucosa y otros elementos que puedan generar una oxidación, ya que esa oxidación puede proporcionar energía que luego puedes usar para alimentar dispositivos. Eso sería guay porque hoy en día tenemos muchos dispositivos pequeños que podrían aprovechar la energía del propio cuerpo humano.

¿Podría hacerse solo por contacto o se necesita acceso directo a la sangre?

Hace falta una muestra pequeña de sangre, sí.

¿Y esa sangre se guardaría dentro de la propia pila?

De momento no puedo darte más detalles porque todavía no lo hemos publicado nuestra investigación [sonríe].

¿Cree que este tipo de pilas podrán ir más allá de un prototipo? ¿Podríamos llegar a usar dispositivos que usen la energía de nuestro propio cuerpo?

Se está investigando mucho sobre esto porque hay un mercado bastante grande de aplicaciones diferentes para usar la energía que puede producir el cuerpo de esta forma. También hay muchos experimentos para aprovechar el movimiento del cuerpo, de tu muñeca por ejemplo, para generar energía dentro del dispositivo. Creo que en algunos años ya tendremos productos, ya sea en alimentación continúa o no del cuerpo. Vamos a lograr hacer dispositivos que se alimenten de la energía del cuerpo, aunque al final no sea a través de una pila como la nuestra, de oxidación, y es factible que al final sea de movimiento porque tu cuerpo siempre está en movimiento y está gastando energía. Si podemos capturar esta energía podremos alimentar cosas con ella. Ya hay investigaciones sobre ello y en los próximos años sabremos más y empezaremos a ver productos.

En pocos años tendremos dispositivos alimentados por la energía de nuestro cuerpo

Hay toda una serie de nuevos desarrollos tecnológicos que se basan en un acceso más directo a nuestro cuerpo. ¿Cree que eso puede plantear nuevos problemas?

Hoy en día es verdad que se habla mucho de los datos, de inteligencia artificial. Pero cuando las cosas se hablan es porque la ola ya ha pasado. Hay una ola nueva que llegará en un período de dos a cinco años, que será la mezcla de biología y tecnología. Identificaciones biométricas, dispositivos que midan la salud, dispositivos más pequeños para la identificación de ADN. Es un sector super potente y que puede suponer mejoras para la población pero que también va a suponer un riesgo muy grande para la privacidad. Con esta tecnología ya no solo serán tus datos de las redes sociales los que habrá que cuidar, sino tus datos humanos, biológicos.

Por eso veremos que, otra vez, si los gobiernos no se hacen con el liderazgo y no se colocan por delante de tecnología, habrá abusos con estos conocimientos. Esto puede ser muy peligroso para la seguridad de una persona porque implica a tu identidad como ser humano, que es posible que en el futuro se pueda robar muy fácilmente. Es la próxima ola, podríamos tenerla encima en unos cinco años. Deberíamos tener cuidado, estudiarlo y comprenderlo también a nivel económico. Es básico que nuestros datos biológicos estén seguros porque no se pueden cambiar, no puedes controlar tu biología. Si no los protegemos vamos a tener problemas.

Es básico que nuestros datos biológicos estén seguros porque no se pueden cambiar, no puedes controlar tu biología. Si no los protegemos vamos a tener problemas

No parece un futuro demasiado halagüeño.

Sí, por eso creo que en el futuro deberíamos educar a la gente para que pueda ser multidisciplinar. Abogados con conocimientos de biología, por ejemplo. Biólogos que sean también programadores. Informáticos que sepan de inteligencia artificial pero también de leyes. Creo que así podremos asegurarnos de que sabemos qué estamos haciendo y que no nos pase otra vez que toda una tecnología queda en manos de muy pocas personas, como ha pasado ahora con Google, Facebook, etc. que están controlando este sector.

¿Qué cree que ocurrirá con ese problema? ¿Cree que las redes sociales terminarán desapareciendo por todos los problemas (manipulación, burbujas de realidad, filtros polarización) que se asocian con ellas?

Creo que algo que la gente debería comprender es que una empresa como Facebook es consciente de que las redes sociales cambian. Ellos las han creado, saben que los intereses de los usuarios y las formas de uso cambian muy rápido. Por ejemplo ahora tenemos TikTok y en unos años tendremos otras. Pero yo creo que Facebook como empresa seguirá existiendo. Ellos ganaron esta ola, la de las redes sociales, al principio de la década de los 2000. Ahora tienen un almacén de datos gigantesco y ellos saben que eso es oro. Es su oro, es su producto. Su producto no son las redes sociales, sino los datos que han logrado de todo el mundo. 

El cambio a ellos no les va a pillar por sorpresa, Facebook ya está investigando cuál será la nueva fase de Facebook. Puede ser que no sea solo un mercado de anuncios y aprovechen los datos para otra cosa, pero no podemos decir que Facebook no existirá. Facebook seguirá aunque desaparezca la red social Facebook. Pero tus datos los tienen y eso lo van a aprovechar. Con Google sucede algo parecido. Todas esas empresas son las ganadoras de la ola de digitalización y lo van a aprovechar todo lo que puedan.

Facebook seguirá aunque desaparezca la red social Facebook. Pero tus datos los tienen y eso lo van a aprovechar

¿Cómo fue su participación en Hyperloop, el proyecto promovido por Elon Musk para crear una red de transporte de personas y mercancías a través de tubos al vacío?

Yo estudié en Edimburgo. Algunos de mis compañeros eran muy fans de Elon Musk. Él lanzó un concurso en 2014, una propuesta para desarrollar una tecnología del futuro, que se llamaba Hyperloop. Era una especie de competición internacional para ver ideas de cómo podemos lograr este tipo de tecnología de transporte 

Era un concurso abierto a todo el mundo y en Edimburgo hicimos un grupo y participamos. Nos seleccionaron como uno de los 12 grupos escogidos para ir a presentarlo a California. Allí construimos un modelo físico para testarlo dentro de la fábrica que tienen en Los Ángeles. Fue súper interesante: trabajar en los talleres de Space X, ver la investigación que estaban haciendo, su manera de pensar y conocer a la gente que trabaja allí. Fue una inspiración.

¿El proyecto de Hyperloop tiene potencial para hacerse realidad? ¿Se podrá llegar a lograr un transporte de ese estilo?

Cuando hablamos de este tipo de innovación siempre hay dos salidas de éxito. La primera es el producto en sí mismo pueda convertirse en algo de verdad en 10, 15, 20 años. Algo que se pueda vender, algo que se pueda usar. Para mí Hyperloop, tras haberlo seguido desde el concepto de 2014 hasta ahora, se ha desarrollado de forma increíble. Ya hay empresas, hay presupuesto, hay inversión pública e inversión privada y están desarrollando realmente la posibilidad de tener un transporte, pero claro, no sería mañana. Es a muy largo plazo. Podemos estar hablando de 50 años. Pero al menos es un principio.

El segundo éxito es que desde esa innovación se desarrollen otras tecnologías, que podrían estar ligadas a Hyperloop o ser completamente diferentes. Desde la idea del Hyperloop ha nacido mucha tecnología, por ejemplo aquí en Valencia hubo un grupo seleccionado, en Múnich, el nuestro de Edimburgo, hay personas que han empezado sus propias empresas a partir de la tecnología que hicimos allí. Eso está muy bien. De Hyperloop han nacido muchísimas otras cosas que vamos a aprovechar en el futuro.

¿Por dónde cree que irán las nuevas tecnologías energéticas?

Algo super importante será la captura de carbono, una tecnología que está ahora mismo en desarrollo. Porque al final la transición hacia las renovables no es algo que puedas hacer de un día para otro. No va a ser fácil eliminar al 100% el carbón o el petróleo, pero sí podemos desarrollar maneras de hacerlos más verdes mientras vamos hacia eso. Un método para hacerlo es la captura de carbono.

No va a ser fácil eliminar al 100% el carbón o el petróleo, pero sí podemos desarrollar maneras de hacerlos más verdes mientras vamos hacia eso. Un método es la tecnología de captura de carbono

El problema es que este tipo de proyectos son muy caros porque necesitan muchísimo capital y muchísima investigación. Hoy en día las únicas empresas que podrían financiar estos desarrollos por si mismas son las petroleras tipo BP, Total, Equinor, que ya están invirtiendo en ello. En Noruega hay un proyecto que está empezando ya, también en Reino Unido. Son tecnologías que sabemos que van a funcionar, pero la pregunta es si se pueden distribuir con equidad por todo el mundo. Ahora mismo no lo creo, porque es muy caro.

¿Qué aconsejaría a los políticos para frenar el cambio climático?

Que nosotros, como sociedad, como ciudadanos normales, solo podemos llegar hasta cierto punto. No podemos tomar las decisiones de hacia dónde va el dinero. Hay que diseñar regulaciones para que entre más dinero privado dentro del mercado de renovables, algo que es fundamental para que baje el precio. La energía solar ya ha bajado, pero hay que seguir con la eólica, geotérmica, etc. Lograr nuevas inversiones. Es fundamental para lograr más diversidad de energías.

Ahora que está investigando en Barcelona, ¿cómo ve el panorama de la innovación y desarrollo en España?

Antes de trabajar en España no sabía demasiado sobre cómo era el mundo de la investigación aquí. Yo hice mis estudios en Inglaterra y puedo decir que existe un prejuicio como estudiante a la hora de mirar más las instituciones que hablan inglés. Sí, claro, se habla inglés en España, pero no pertenece a esa esfera anglófona. Se mira más hacia Inglaterra y Estados Unidos. En mi sector también tiene bastante peso China.

Ahora sí, me parece que en España la investigación no se valora lo suficiente. Eso es un problema, es triste que haya este potencial pero que la gente no lo valore. Yo solo puedo hablar desde mi experiencia, pero me parece que haría falta una mayor inversión para competir con la investigación mundial. En Europa en general estamos en medio de una caída. Si queremos tener más innovación hace falta más apoyo. Puede ser en investigación, pero también en la producción. 

En España la investigación no se valora lo suficiente. Eso es un problema, es triste que haya este potencial pero que la gente no lo valore

Me parece que España está un poco por detrás, desafortunadamente. Pero no creo que no es porque no exista el potencial, está claro que sí porque hay instituciones bastante buenas y hay gente que está haciendo proyectos muy interesantes. Por ejemplo el Instituto de Microelectrónica de Barcelona es el tercero mejor de Europa, están haciendo muchísimas cosas en nanotecnología, en el desarrollo de dispositivos... pero si no hay dinero, es imposible llegar.

¿Qué siente cuando ve las imágenes de la crisis migratoria en Ceuta?

Yo nunca he tenido esa experiencia, porque mis padres nunca quisieron irse de Ruanda. Creo que es algo en lo que han influido mucho las redes sociales, porque estamos vendiendo una mentira. Es verdad que crecer en algunos lados del mundo es mejor que en otros. Eso no se puede negar. Pero también creo que hay mucha gente que viene aquí con un punto de vista que no es real, al menos de la realidad de España. Eso es triste. Estamos vendiéndoles que aquí vivimos como reyes y que si llegas aquí vas a estar mejor. Yo entiendo por qué quieren venir porque allí no hay nada, pero me da mucha pena que la gente haga caminos tan largos y luego no haya ninguna manera de darle la bienvenida. No hay bienvenidas.

Sería mejor educar y que ellos supieran la realidad tan dura que van a encontrar. Pero no es solo su problema, también es el nuestro. ¿Por qué la gente quiere irse? Porque sus gobiernos son muy malos, son corruptos. ¿Pero por qué lo son? Porque nosotros nos aprovechamos de ello para quedarnos con sus recursos y venderles armas. Parece que la gente no quiere darse cuenta de eso, de que nosotros somos el problema y la razón por la que ellos quieren irse.

¿Por qué la gente quiere irse? Porque sus gobiernos son muy malos, son corruptos. ¿Pero por qué lo son? Porque nosotros nos aprovechamos de ello para quedarnos con sus recursos y venderles armas

¿Cómo me siento? Cada inmigrante no puede hablar por todos. Siempre hay un sentido de aflicción, pena... sientes que les debes algo. Te preguntas por qué tú has tenido suerte, porque te ha tocado a ti esta vida y no a ellos. Si mis padres no hubieran tenido la posibilidad de irse a Noruega seguro que yo no estaría aquí hablando contigo. Esto me da mucha pena. 

Una cosa que me parece super importante fomentar, con esta entrevista, la portada de Telos, es visibilizar que hay más gente como yo que habrá más. Ahora hay toda una generación de jóvenes cuyos padres llegaron a Europa en torno al año 2000 y un poco antes y ahora esas personas son adultos y se sienten tanto europeos como procedentes de su lugar de origen. Ambos. Representamos a nuestros países, España, Francia, en mi caso Noruega, pero también esta relación, este puente con nuestros países de origen. Somos una fortaleza en la población

¿Ha sentido racismo durante su formación? La gran masculinización y el machismo también son un debate abierto en el mundo tecnológico.

Tengo que ser realista, claro que ha habido. En mi carrera había muy pocas mujeres, yo hice doble grado de ingeniería eléctrica e ingeniería mecánica. Había 25 alumnos y solo cuatro éramos chicas. Primero está esta capa de que hay pocas mujeres. Después está la capa de que yo era la única negra de la clase. Creo que es porque hay menos gente de color en Europa y hay menos en estudios de ciencias. Eso es estadística. La diferencia es que la gente piensa que tienes menos posibilidades por estas capas. 

Yo lo he sentido, sí. En Noruega no, porque me fui de allí con 15 años. Pero hice el periodo de instituto en Francia y allí sí, porque fui al instituto de ciencias y yo era la única chica negra allí. Hay mucha gente que piensa que lo que yo hago no lo voy a lograr por esto: porque soy mujer y negra. Notas que necesitas convencerles de que eres capaz.

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