- LaLiga niega que el micrófono de sus de su app de resultados haya tenido “un papel relevante” para localizar a esos establecimientos
Estaba jugando el Real Madrid con el CSKA, estaba jugando el Valencia con el Manchester United, cuando la Policía se presentó en la puerta de cientos de bares en toda España. Era el primer golpe de varias redadas producidas en los últimos días contra miles de establecimientos públicos para imponer sanciones por poner en sus pantallas partidos de fútbol de manera irregular. Los agentes actuaron en plena emisión de los encuentros de la Champions League y de la Europa League del pasado 11 y 12 de diciembre.
La operación sigue en marcha así que la Policía Nacional evita dar cifras oficiales, pero en España no se puede puede hacer una macrorredada en bares y mantener la discreción. Diferentes portavoces policiales han tenido que ir dando detalles parciales en algunas provincias. Solo en la Comunidad Valenciana, cerca de 300 establecimientos fueron registrados y sancionados por los agentes de la Brigada Central de Ciberdelincuencia, según El Levante. También han trascendido las intervenciones en Vigo, en Badajoz, en Morón de la Frontera.
Todo empieza con una denuncia por parte de la Liga Nacional de Fútbol Profesional. LaLiga ha localizado e inspeccionado de incógnito más de 9.000 bares donde se emite fútbol “de manera irregular o ilegal” y ha presentado denuncias y evidencias ante la Policía contra más de 4.000 de ellos. ¿Cómo hacen eso? ¿Cómo los han identificado?
La macro-operación se produce apenas unos meses después de que se activara un polémico sistema de espionaje a través del teléfono móvil de todos los usuarios que tuvieran instalada la aplicación de LaLiga. Al aceptar la letra pequeña de las condiciones de uso, cualquier persona con esa app daba permiso a que un sistema activara el micrófono a la hora de la emisión del fútbol para detectar, usando también datos de geolocalización, si el usuario se encontraba en un bar donde se emitía el fútbol. Con los datos de geolocalización de ese móvil, a los que también accede LaLiga, se puede saber en qué bar o establecimiento está cada persona. Ese dato se cruza con la base de datos de locales autorizados para emitir el fútbol. Si el local no paga lo que debe, queda fichado como sospechoso de piratería.
Sin embargo, LaLiga niega a eldiario.es que esta operación policial en marcha tenga que ver con este sofisticado sistema de espionaje que tanta polémica causó el pasado mes de junio. “El sistema está todavía en fase experimental y ha tenido un impacto mínimo en esta operación que hemos llevado a cabo con la Policía”, aseguran fuentes oficiales de La Liga Nacional de Fútbol Profesional.
“El operativo va mucho más allá de lo que hacemos con la app”, aseguran en La Liga. El organismo ha desarrollado lo que denomina una Red de Verificación, un sistema de tres fases para localizar, clasificar y denunciar a aquellos locales públicos donde se emita su señal sin permiso. LaLiga se ha dotado de un equipo con experiencia policial y contactos para hacer con fondos privados lo que quizá la Policía no habría hecho por ellos con fondos públicos. Clave en ese equipo está Florentino Villabora, que fue número 2 de la Policía durante el Gobierno de Rajoy; en 2016, Villabona le dio la medalla al mérito policial con distintivo blanco al presidente de LaLiga, Javier Tebas. Año y medio después, Villabona dejaba su cargo como Director Operativo Adjunto, se jubilaba de la Policía y fichaba luego como asesor de Seguridad de LaLiga.
Así funciona la Red de LaLiga contra la piratería
En una primera fase, el equipo encargado de investigar la piratería cruza todas las bases de datos que puede (Google Maps, Páginas Blancas y otras bases de datos que se pueden comprar) para localizar dónde están los bares de toda España. Trabajan con una tesis abrumadora: de 120.000 locales de este tipo que hay en todo el país, al menos 60.000 usan irregular o ilegalmente las emisiones deportivas para atraer clientela. “Aplicamos la inteligencia de negocio y el big data para optimizar la información”, explican desde LaLiga.
Es entonces cuando el sistema de espionaje a través del teléfono móvil de los usuarios de su app debería entrar en juego. “El micrófono captará fragmentos de audio con el único objeto de poder conocer si estás viendo partidos de fútbol” y “detectar fraudes”, admitió La Liga a eldiario.es el pasado mes de junio. La aplicación acumula más de 10 millones de descargas en España. La Agencia de Protección de Datos anunció que estudiaría el caso ya que LaLiga hace algo que no es equivalente a otros usos del micrófono en la mayoría de las app: el micrófono se activa remotamente para hacer un análisis de lo que ocurre alrededor del teléfono, con lo que el mecanismo registra afectar a otras personas más allá del usuario que ha dado su consentimiento.
Cuando los bares más sospechosos están localizados, es el momento de los infiltrados, los hombres de negro de LaLiga que se camuflan entre los clientes para detectar si el fútbol que ponen en la tele cumple con los requisitos. Hasta 100 personas dedican sus ocho horas de jornada laboral de sus 22 días hábiles al mes para peinar miles de bares por toda España a la caza del fútbol pirata. Solo esta temporada, estas personas han realzado “más de 20.000 visitas a establecimientos públicos, detectándose más de 9.000 emisiones fraudulentas”, según La Liga.
A veces, detectar la emisión irregular es fácil. Si en la pantalla es visible el logo del canal que emite el fútbol (GolTV, BeinSports, Movistar, etc.) ya es indicativo de una irregularidad. En las emisiones para establecimientos públicos (que pagan una tarifa diferente a los canales de televisión que tienen los derechos) se incluye un logo diferente en la pantalla: el de LaLiga.
A estos casos en los que simplemente el dueño del bar está pagando la tarifa para domicilio -más barata- en vez de la tarifa para negocios, LaLiga los clasifica como “irregulares”. Según fuentes oficiales de LaLiga, ninguno de los establecimientos denunciados que han sido registrados o sancionados por la Policía esta semana entra dentro de este tipo de irregularidades, ya que por ahora están “dándole la oportunidad de regularizarse y adoptar la tarifa adecuada para poder seguir poniendo fútbol a sus clientes”.
Cosa diferente pasa con el otro tipo de irregularidades que suelen encontrarse, en las que el límite de lo legal es claramente traspasado: se trata del uso de páginas web y/o de decodificadores falsos o modificados para conseguir una señal pirata de emisión que puede ser la prevista para establecimientos públicos pero por la que no se paga nada. Ese es el caso de la mayoría de los bares sancionados estas semanas, en una operación que incluye la detención de 29 personas solo en Castellón precisamente acusadas de la fabricación de dispositivos para piratear la señal de Movistar, Vodafone u Orange. LaLiga y Policía dan por seguro que existe toda una red de fabricación y comercialización de aparatos que permiten a los bares emitir el fútbol sin ni siquiera pagar la tarifa básica para los hogares.
Los delitos que se atribuyen presuntamente a los responsables de los establecimientos que pudieran haber resultado intervenidos se encuentran tipificados en los artículos 270.1 y 286.4 del Código Penal y llevan implícitos penas de hasta 4 años de prisión.
Con este sistema LaLiga defiende los derechos comerciales de los operadores televisivos a los que autoriza para la emisión deportiva. “Estamos además protegiendo a los establecimientos que sí cumplen la ley frente a la competencia que jo cumple las normas. Y protegemos los ingresos del fútbol, que repercuten en los equipos y los aficionados”.