Un miembro de El Yunque lanzó la conspiración sobre las amenazas a políticos de izquierda que leyó Carlos Herrera y ahora intoxica las redes
La teoría de la conspiración que asegura que las cartas con amenazas de muerte a políticos de izquierda forman parte de una estrategia para manipular las elecciones del 4M corre desde hace días por las redes de la ultraderecha española. Una de sus variantes fue difundida este lunes por Carlos Herrera en la Cope, a partir de lo cual se viralizó en páginas de extrema derecha y canales de Telegram. El relato asegura que a partir del 1 de mayo se dará a conocer que los remitentes de las amenazas eran falsos afiliados de Vox infiltrados para llevar a cabo esta acción, ensuciar la imagen del partido y que la derecha pierda las elecciones.
“Yo quiero preguntaros sobre el relato que ahora mismo, interesadamente a lo mejor, corre por todo tipo de medios”, interpeló Herrera a los tertulianos de su programa. “Dice: el 1 de mayo sale en los medios la detención de los responsables del envío de cartas con balas a Marlaska y tal. Gente turbia y radical, pasado poco conocido, miembros de un grupo radical neonazi. Imagínate. El 2 de mayo se filtran fotos de los personajes en mítines de Vox con actitudes fascistas. Nadie de Vox les conoce pero están afiliados desde hace dos semanas”.
Y continuaba el presentador: “El 3 de mayo hay manifestaciones espontáneas en toda España con alerta antifascista para echar a la extrema derecha y tal. Toman la sede del PP y de Vox. En fin, lo de siempre. Ayuso desbordada, los mensajes de Vox no llegan a la gente, hay histeria colectiva. El 3 de mayo por la noche, rueda de prensa institucional de Sánchez con los partidos demócratas y rebotada por todos los medios de comunicación. La izquierda arrasa en Madrid”.
“¿El relato es bueno, eh?”, opinaba Herrera, a lo que un tertuliano le responde que lo “compraría como verosímil” porque “ese es el manual del 11M. Del 13M del 2004”, relacionando así las amenazas de muerte contra los ministros Fernando Grande Marlaska y Reyes Maroto, el candidato Pablo Iglesias y la directora de la Guardia Civil, María Gámez con el Pásalo, el movimiento que organizó a través de SMS una protesta frente a la sede del PP por los intentos del entonces presidente, José María Aznar, de atribuir los atentados de Atocha a ETA.
El relato tomó velocidad en las redes a partir de la difusión de Herrera y su enlace con lo ocurrido el 11M. Varios usuarios informaron de haberla recibido a través de WhatsApp como texto plano. También se redactaron contenidos sobre la conspiración, siendo uno de los más compartidos el del blog 'Verdades ofenden'. Está gestionado por un candidato al Senado de Vox por Ibiza al que Twitter expulsó de su plataforma por incitación al odio por asegurar que “el 67% de los casos de pederastia lo cometen homosexuales”, como recogió El Diario de Ibiza. “Lo de las balas de hoy repite el modelo de mentiras y propaganda que utilizó Iglesias en el 11M”, asegura el texto, replicando la cronología que sucederá a partir del sábado “según el periodista radiofónico Carlos Herrera”.
Aunque el presentador de Cope evita citar la fuente original de la conspiración, lo cierto es que solo existe un rastro previo a que él lo comunicara en antena. Es una publicación en Twitter de Marcial Cuquerella, al que varias fuentes han apuntado como miembro de la secta ultracatólica de El Yunque, próxima a Vox y que sostiene organizaciones como Hazte Oír o Abogados Cristianos y sus acciones contra el aborto o los derechos LGTBI. Herrera leyó literalmente el hilo de Cuquerella sobre lo que él denomina “La Rubalcabada”, que recuerda a la teoría de la conspiración sobre manipulación electoral difundida por Donald Trump y sus seguidores.
Cuquerella ha reconocido a elDiario.es ser el autor original de la conspiración, pero ha negado ser miembro de El Yunque. “Es interesante que lo haya negado directamente. Quizá lo hayas pillado desprevenido. Lo que ellos suelen hacer es afirmar que desconocen la mera existencia de El Yunque, porque lo que quieren es mantener en secreto la organización”, explica a este medio Santiago Mata, autor El Yunque en España: La sociedad secreta que divide a los católicos (Amanecer). Se trata de la primera investigación sobre los miembros de esta organización en España, que apunta a Cuquerella como uno de ellos. “El libro es de 2015 y hasta ahora él nunca lo había desmentido”, cuenta.
La existencia de El Yunque fue considerada como probada por la jueza titular del Juzgado de Primera Instancia nº48 de Madrid en 2014. Entonces varios testigos señalaron que Cuquerella se encuentra entre sus integrantes, como recogió El Confidencial. Apenas existe información sobre esta sociedad secreta, pese a que se le asigna un gran impacto. “Son muy pocos, pero están en todas partes, hacen mucho ruido y tienen engañada a mucha gente, también en la Iglesia”, explicó Mata a elDiario.es. “Yo he sufrido mucho. El Yunque es una realidad y no hace ningún bien a la sociedad”, declaró Pablo Hertfelder, presidente de la asociación Jóvenes Pro-Familia.
Los miembros de El Yunque han sido acusados de “infiltrarse” en medios de derecha para extremar su línea editorial hacia el ultracatolicismo. Cuquerella llegó a dirigir el Grupo Intereconomía hasta 2013. En la actualidad colabora con La Gaceta de la Iberosfera, una página controlada por la dirección de Vox a través de Hermann Tertsch. El inicio de su colaboración, en octubre de 2020, coincidió con una explosión en los seguidores de Cuquerella en Twitter, que pasó de 8.000 a 45.000 en apenas dos meses. El análisis de su cuenta también muestra un inusual salto en agosto de 2020, cuando pasó de 4.000 a 8.000 seguidores en dos días.
Durante las elecciones estadounidenses Cuquerella fue señalado por traer a España los bulos de Trump. El especialista en análisis de redes, Marcelino Madrigal, lo identificó como uno de los difusores de las mentiras sobre supuestos parones en el recuento de votos.
Con la campaña hacia las elecciones del 4M en su recta final, las teorías de la conspiración de Cuquerella se centran en Madrid. Su impacto, esta vez, se ha visto multiplicado por los micrófonos de la Cope.
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