La histórica misión Artemis I ha terminado su viaje con éxito después de casi un mes de viaje de ida y vuelta hasta la Luna. La cápsula Orión de esta misión no tripulada, que sirve como primera prueba para la expedición que llevará a astronautas a la Luna por primera vez desde 1972, se ha sumergido en el océano Pacífico a las 12.40 horas del este de EEUU (17.40 GMT) de este domingo.
En su viaje de descenso, la nave, protegida con un escudo térmico de cinco metros de ancho, ha estado sometida a unos 5.000 grados Fahrenheit (2.800 grados celsius), equivalente a la mitad de la temperatura en la superficie del Sol, como ha advertido la agencia espacial estadounidense. La nave será remolcada ahora a una base naval en San Diego, California (EEUU), desde donde luego será trasladada al Centro Espacial Kennedy, en Florida, para las evaluaciones correspondientes.
Los equipos de recuperación, compuestos por miembros de la Marina de EEUU e ingenieros de la NASA, se ubicaban ya esta mañana en las inmediaciones de la isla de Guadalupe, frente a las costas de Baja California (México) para esperar la llegada de la cápsula. A bordo del buque anfibio de la Marina USS Portland, los miembros del equipo han realizado en las últimas horas operaciones y simulaciones de cara al éxito del remolque de la nave, que ha atravesado la atmósfera terrestre a una velocidad de 25.000 millas por hora (40.000 km/h).
La atmósfera ha frenado la velocidad hasta los 480 km/h y ha elevado la temperatura alrededor del vehículo hasta los 2.800ºC, lo que servirá para probar los escudos de calor incorporados. Una vez superada esa zona de calor, se han desplegado los paracaídas. Durante su descenso, una vez que la atmósfera ha reducido la velocidad de la nave hasta unas 324 millas por hora (520 km/h) se ha iniciado el despliegue progresivo de un sistema de once paracaídas que le han permitido alcanzar la superficie del mar a poco menos de 20 millas por hora (32 km/h).
Durante las dos próximas dos horas, los ingenieros de la NASA recopilarán información sobre cómo impactaron en la nave las altas temperaturas que experimentó durante el reingreso y si es que tuvo efectos en la temperatura de la cabina de la tripulación, ahora solo ocupada por maniquíes.
La misión ya logró un importante hito cuando a fines del pasado mes alcanzó una distancia de 434.522 kilómetros (270.000 millas) de la Tierra, la máxima lograda por una nave espacial diseñada para transportar humanos y superando el récord que logró en 1970 la misión Apolo 13.
El objetivo general del programa Artemis de la NASA es devolver a los humanos a la Luna por primera vez en medio siglo y la misión Artemis I pondrá a prueba la nave espacial Orión de la NASA y su módulo de servicio europeo durante un viaje de ida y vuelta a la Luna. El cohete SLS, con una altura superior a un edificio de 30 plantas (98 metros), ha costado a la NASA unos 4.000 millones de dólares. La agencia ha tenido que retrasar cuatro veces la partida de la misión, dos por razones técnicas y otras dos por causas meteorológicas.
El viaje de Artemis I comenzó el pasado 16 de noviembre, cuando consiguió despegar con éxito rumbo a la Luna desde el Centro Espacial Kennedy de Cabo Cañaveral, en el estado de Florida, en Estados Unidos. Durante seis semanas de viaje, la nave, con dos maniquíes en su interior, consiguió en la órbita lunar utilizando la gravedad del satélite para ganar velocidad y propulsarse después a casi medio millón de kilómetros de la Tierra, más lejos de lo que jamás ha viajado ninguna nave espacial con capacidad de albergar a personas en su interior.
La nave Orión alcanzó la órbita lunar el 21 de noviembre y permaneció allí aproximadamente una semana para probar los sistemas de la nave. La órbita retrógrada distante llevó a Orión 64373 km más allá de la Luna antes de regresar a la Tierra. La mayor distancia de Orión con respecto a la Tierra se produjo el lunes 28 de noviembre a más de 432.108 km, y respecto a nuestro satélite, el viernes 25 de noviembre, a más de 92.134 km.