El nacionalismo hindú, de la mano del Gobierno indio, se ha propuesto reescribir la historia de la India desde el punto de vista de la ideología hindutva, que concibe un país para los hindúes con las minorías supeditadas a ellos, poniendo hincapié en borrar el amplio pasado islámico del subcontinente.
El Gobierno, encabezado por el primer ministro Narendra Modi y su partido Bharatiya Janata (BJP), “quiere que creamos que la India es un país de hindúes y que todas las demás influencias (culturales) fueron adiciones posteriores y, la mayoría, contaminantes”, advirtió a Efe el historiador Apoorvanand, de la Universidad de Delhi.
“Quieren que la India purgue esas influencias para hacerla 'pura' y devolverle su 'gloria original'”, agregó el historiador, en referencia a las afirmaciones de algunos líderes del BJP y la intención de imponer una visión hinduista de la historia.
Es el caso del ministro de Interior y hombre fuerte del partido, Amit Shah, que planteó el reemplazo de lo que percibe como versiones distorsionadas de la historia de la India, para reescribirla conforme al hindutva.
“Solicito a todos la necesidad de reescribir la historia desde el punto de vista de la India, sin culpar a nadie”, dijo Shah el pasado octubre en un seminario celebrado en Varanasi, la ciudad más sagrada para el hinduismo.
NUEVOS ÍDOLOS NACIONALES
En el corazón de su discurso planeaban las ideas de la organización extremista hindú Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS), organizadora del evento y mentora ideológica del BJP, y de uno de sus miembros históricos del siglo XX, Vinayak Damodar Savarkar, al que el titular de Interior propuso otorgar el Bharat Ratna, la mayor distintivo civil de la India.
El objetivo es proyectar a Savarkar como el principal luchador por la libertad de la India, convirtiéndolo en un nuevo ídolo nacional, a pesar de la polémica que suscitó el personaje al haber sido acusado de participar en la conspiración para asesinar en 1948 al padre de la nación Mahatma Gandhi, aunque fue absuelto por falta de pruebas.
En ese sentido, Shah señaló que fue el primero en referirse al motín de 1857 contra los británicos como la primera guerra de independencia del país.
Así, al tiempo que elevan a unos personajes buscan desprestigiar a otros, como es el caso del primer mandatario indio, Jawaharlal Nehru, dirigente del histórico partido del Congreso, quien abogó por consolidar un país secular.
“La ideología nehruviana es una amenaza para ellos (BJP) porque trasciende las fronteras religiosas y es amable hacia las minorías”, comentó a Efe Najaf Haider, profesor de historia de la prestigiosa Universidad Jawaharlal Nehru (JNU) de Nueva Delhi.
Haider aseveró que los líderes hinduistas “quieren inculcar el nacionalismo religioso” y atacar la “idea de una India basada en el liberalismo, el socialismo y la inclusión”.
RESIGNIFICAR MONUMENTOS HISTÓRICOS
El profesor Apoorvanand subrayó que los intentos del BJP por encontrar vínculos hindúes en todo lo que no lo es se extiende también a los monumentos históricos del país, plagado de estructuras construidas durante el dominio musulmán de los mogoles (siglos XVI-XVIII), incluida su capital Nueva Delhi.
Indicó que es una tendencia observable en las afirmaciones de los principales líderes del hindutva, que aseguran que estructuras islámicas en las ciudades sagradas para el hinduismo de Varanasi y Mathura e, incluso el Taj Mahal, fueron construidas por los gobernantes musulmanes tras demoler antiguas estructuras hindúes.
En ese marco, una turba de fundamentalistas hindúes destruyó en 1992 la mezquita de Babri, construida en el siglo XVI por Babur, fundador de la dinastía mogol en Ayodhya, y en la que creen que nació Ram, uno de los principales dioses del panteón hindú.
Hace un mes el Tribunal Supremo resolvió el conflicto por el lugar en favor de los hindúes, a los que autorizó la construcción de un templo, mientras cedía a los musulmanes otro terreno en la urbe para que levanten una nueva mezquita.
MODIFICAR LA HISTORIA DESDE LA EDUCACIÓN
“Los gobernantes y las dinastías hindúes no han estado suficientemente representados en los libros de texto”, aseguró a Efe el portavoz nacional del BJP, Sudesh Verma.
Verma insistió en que “existe la necesidad de reescribir la historia para inculcar un espíritu de nacionalismo. Necesitamos crear el sentimiento de ser indio y de pertenencia al país económica, cultural y espiritualmente”.
Es el caso del sultán Tipu, que dirigió el reino de Mysore (sur) en el siglo XVII, y que también se encuentra en el radar de los extremistas, con ataques recientes como el de un legislador oficialista del sureño estado de Karnataka, que instó a eliminar todas las referencias al sultán de los libros de historia escolares.
Para el historiador Shadakshari Settar, del Instituto Nacional de Estudios Avanzados de la ciudad meridional de Bangalore, “es imposible borrar de la historia (los personajes) que no te gustan”.
“No se puede eliminar a una persona en particular de los libros de texto a menos que se elimine todo el episodio que conformó el siglo”, dijo a Efe Settar.
Ujwala P.