Jerusalén, 29 jul (EFE).- En la acomodada ciudad de Herzliya, núcleo de empresas tecnológicas de Israel, NSO Group ideó Pegasus, un poderoso software espía que muchos Estados usan contra el crimen, pero que acumula una larga lista de denuncias por un supuesto uso para vigilar a disidentes políticos en varios países.
Los últimos escándalos son en España, donde se habría utilizado para espiar los móviles de líderes del independentismo catalán como Roger Torrent, presidente del parlamento regional.
El programa se introduce en los teléfonos a través de un mensaje o una videollamada perdida y otorga un control casi ilimitado.
Es capaz de detectar la ubicación, entrar en las aplicaciones, grabar conversaciones, acceder a correos electrónicos, listas de contactos, fotos y vídeos, leer mensajes de texto e incluso puede accionar en remoto la cámara para tomar imágenes o grabar conversaciones, todo ello sin que el usuario se dé cuenta.
Según Citizen Lab, un laboratorio de la Universidad de Toronto, la aplicación “secuestró” de este modo en 2019 el móvil de Torrent y los de otras más de 1.400 personas, parte de ellos reporteros, defensores de derechos humanos o miembros de la sociedad civil de una veintena países.
Facebook, propietaria de Whatsapp, denunció el año pasado a NSO en California por aprovechar una brecha de seguridad en su sistema para introducirse en móviles ajenos, un caso aún pendiente de resolver que pone foco en el uso poco ético de Pegasus.
REFERENTE DEL ESPIONAJE
La capacidad invasiva de este software ha llevado a NSO a ser un referente en poco tiempo: fundada en 2010, sus servicios cuestan hoy decenas de millones. Se venden por todo el globo y está en la vanguardia de las empresas de ciberseguridad de Israel, un sector en el que este país es puntero.
La empresa, que no quiso contestar a preguntas de Efe sobre detalles del uso de software, afirma que lo vende a Gobiernos y agencias estatales que lo usan para luchar “contra el terrorismo y crimen”, y asegura que investiga las infracciones que se denuncian. Pero también admite que no puede responsabilizarse plenamente del uso tras ceder su tecnología.
Tampoco revela sus clientes “por confidencialidad”, lo que sus críticos ven como una forma de esconder los lazos con Gobiernos que se sirven del programa para pisotear a sus rivales o a activistas de los derechos humanos.
Las luces y sombras de este arma son patentes en México, donde Pegasus fue clave para luchar contra el narcotráfico y atrapar al Chapo Guzmán, líder del cartel de Sinaloa, pero también se denunció que fue utilizado para vigilar a decenas de críticos del Ejecutivo, un patrón que se ha repetido en otros lugares.
Investigaciones de Amnistía Internacional (AI) y Citizen Lab denuncian que la herramienta es vendida a regímenes autoritarios que lo emplean contra periodistas, activistas y opositores, por lo que piden que NSO cancele su actividad y deje de vender a países en los que se han registrado vulneraciones de derechos.
Expertos calculan que se ha utilizado en al menos 45 Estados y que gran parte de las ganancias que genera procede de países de Oriente Medio que no brillan por su garantías democráticas.
Entre ellos estaría Bahréin, Emiratos Árabes Unidos o Arabia Saudí, acusada de cometer graves abusos de derechos humanos.
A pesar de no mantener relaciones diplomáticas frontales, estos países árabes se han ido acercando progresivamente a Israel en los últimos años, animados por su oposición común a Irán. Según el diario Haaretz, los sistemas de ciberespionaje israelíes son los predilectos de estos países.
Pegasus apareció mencionado incluso en el ecaso del asesinato del periodista saudí Jamal Kashoggi, que en 2018 murió y fue desmembrado en el consulado de ese país en Estambul. El activista saudí Omar Abdulaziz presentó una demanda en Israel contra NSO.
Según este, las autoridades saudíes piratearon su móvil y rastrearon sus conversaciones con Khashoggi, un espionaje que habría contribuido a acorralarle en la legación donde le mataron.
UN TIPO DE ARMAMENTO
El abogado israelí Eitay Mack señala Efe que Israel es el responsable último del extendido uso de Pegasus y apunta que los escándalos con el uso de este producto suman y siguen.
El software es considerado “armamento”, por lo que el Ministerio de Defensa debe revisar y dar el visto bueno a todas sus exportaciones. Mack denuncia que existe “secreto absoluto” en torno al proceso, la información de venta de armas está clasificada, una “falta de transparencia” que, afirma, impide la supervisión pública y ayuda a NSO a exportar casi “sin límites”.
Esto le llevó a presentar una demanda junto con AI para anular la licencia de exportación de NSO, pero una corte israelí la rechazó este mes al considerar que la concesión se daba tras “un proceso riguroso”, por lo que este abogado anima a presentar querellas en el extranjero.
Tras difundirse en los medios el caso del presidente del parlamento catalán, anima a España a revisar y dar explicaciones, ya que “solo con investigaciones y respuestas oficiales” se descubrirá qué hay detrás de NSO: una empresa que te puede ver desde la pantalla de tu móvil y saber todo sobre ti sin que tu sepas nada de ella.
Joan Mas Autonell