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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Un paso más hacia la 'Runet': Rusia ensaya de madrugada su desconexión total del Internet global

Rusia camina con paso firme hacia su completo aislamiento digital. Siguiendo el modelo chino, el Kremlin lleva años preparando al país con leyes e infraestructura para desconectarse del Internet global y basar su digitalización en la 'Runet', una red propia controlada y censurada por oligarcas del círculo más próximo a Vladímir Putin. Esta semana, en la madrugada del miércoles al jueves, Rusia dio un paso más en los preparativos de la Runet y se desconectó por completo del resto de Internet durante dos horas.

El ensayo general duró desde las 2.00 hasta las 4.00 de la mañana, hora de Moscú. El Kremlin asegura que fue un éxito, pero varios sistemas informáticos críticos del país notificaron problemas justo después de las pruebas. Uno fue el operador ferroviario ruso, cuya página web y aplicación móvil dejaron de funcionar a la vez. En un mensaje en su canal oficial de Telegram, la empresa pública aseguró que la incidencia se debió a un “ataque masivo de piratas informáticos”. La otra fue la Rosselkhoznadzor, la agencia de seguridad alimentaria, cuya caída se achacó a “un fallo de hardware”.

Un portavoz del Kremlin explicó en la RBC, el principal canal de noticias de país, que la desconexión había sido un ejercicio para comprobar si el segmento ruso de Internet podría seguir funcionando “si sufre un apagado desde el exterior” y que las pruebas “habían sido exitosas”. La propia RBC señala que las mismas fuentes se negaron a responder sobre cuáles eran los objetivos concretos del ejercicio.

La desconexión impidió a los usuarios rusos establecer comunicación con servidores del exterior, lo que les imposibilitaba acceder a plataformas como Google, la Wikipedia o medios internacionales. Citando fuentes del sector de las telecomunicaciones, el canal explicó que “durante los ejercicios, pudieron verificar si Runet realmente continúa funcionando con tal apagado. Los chalecos antibalas se prueban de la misma manera cuando se colocan sobre maniquíes y luego se les dispara”.

Teóricamente, es imposible predecir qué parte de Runet dejará de funcionar cuando se desconecte de la red global

En otra declaración igual de gráfica, Alexander Lyamin, fundador de la firma de ciberseguridad con sede en Moscú Qrator Labs, planteó que las pruebas de esta semana “se pueden comparar con cortar una mano y ver cuánto tiempo vivirá sin el resto del cuerpo”: “Teóricamente, es imposible predecir qué parte de Runet dejará de funcionar cuando se desconecte de la red global. Los ejercicios son un intento de un experimento en vivo para probar la preparación para tal desarrollo de eventos: hasta qué punto el segmento ruso de Internet puede funcionar de manera estable sin conexión al resto de la red”.

La balcanización de la Red

A pesar de que los funcionarios rusos han justificado la desconexión como una forma de prepararse ante posibles cortes del Internet ruso realizados desde el exterior u otro tipo de ataques, lo cierto es que el Kremlin lleva preparando su aislamiento digital desde mucho antes de que Putin diera la orden definitiva de invadir Ucrania. Se trata de un plan que se lleva desarrollando desde al menos 2014 y cuyo punto de inflexión se dio en 2019.

Ese año Rusia aprobó su Ley de Soberanía de Internet, que le permite censurar la red y desconectarse de la del resto del mundo cuando lo considere oportuno. Las pruebas actuales son la última vuelta de tuerca del proceso, que los expertos denominan “balcanización de la Red”: la fragmentación de lo que una vez fue un Internet sin fronteras en una serie de parcelas digitales donde los gobiernos nacionales ejercen un alto nivel de control y cada intercambio con el exterior se produce bajo supervisión.

Este modelo no permite las plataformas interoperables a nivel mundial que han caracterizado Internet hasta ahora. El mejor ejemplo para explicarlo es TikTok: en este momento existe un TikTok para China (llamado Doujin) censurado desde Pekín; un TikTok adaptado a la censura rusa, que cortó su conexión con el del resto del mundo tras la invasión de Ucrania; y un TikTok global. La herramienta tecnológica es la misma pero los usuarios y los mensajes no se mezclan en ningún momento.

Gracias a la invasión de Ucrania, el Kremlin pudo dar un paso más en esta política al forzar a todos los servicios digitales (no solo a TikTok) a aceptar normas especiales para sus segmentos en Rusia o a marcharse.

Una pugna geopolítica

Esta política no solo tiene una vertiente interna. Rusia y China están presionando a nivel internacional para que se reconozca el derecho de cada país a obligar a cualquier plataforma digital a balcanizar su servicio y levantar las mismas fronteras que ha construido TikTok por orden de Pekín. En 2021 Putin y Xi Jinping firmaron un tratado bilateral para “preservar el derecho soberano de los Estados a regular el segmento nacional de Internet”, que tenía como punto clave “reforzar la representación de ambos países” en los organismos que gestionan el futuro de la red, como la Unión Internacional de Telecomunicaciones.

Un año después, un candidato ruso se lanzó a por la presidencia de esta organización con un discurso basado en que los Estados deben aumentar su poder en Internet y que no pueden depender de empresas privadas para cuestiones como la identidad digital o el acceso a la nube. EEUU, que no había presentado candidaturas para dirigir la UIT desde 1959, logró evitar que el candidato ruso se hiciera con su control. Unos meses antes la Casa Blanca promovió un tratado internacional para contraponerse a la visión de Internet que defiende la alianza ruso-china, que España y otros 58 países rubricaron.

Aunque Rusia y China no han conseguido avances en el terreno internacional, su política de aislamiento digital sigue de puertas adentro. Algo que se ha traducido en violaciones sistemáticas de los derechos humanos de sus ciudadanos. “Ante el temor de que se bloqueen YouTube, Telegram y las últimas fuentes de información veraz que quedan en Rusia, este hecho es extremadamente alarmante”, ha avisado Natalia Krapiva, consejera de la ONG de derechos digitales Access Now.

“Con las autoridades poniendo a prueba su ”Internet soberana“ desconectando a millones de personas de la red global, la amenaza contra el espacio cívico, la libertad de expresión y el acceso a información veraz en Rusia se intensifica aún más”, ha lamentado esta organización.

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