Hacerse pasar por una institución pública, un banco o la empresa que debe entregar un paquete es un timo muy rentable. Los cibercriminales pueden sacar cientos de miles de euros si tan solo un puñado de víctimas pica, lo que ha multiplicado las campañas de suplantación a la Agencia Tributaria, a Correos o a entidades bancarias a través de correo electrónico y SMS. La última vuelta de tuerca del timo se ha dado en Google: webs que se cuelan en los primeros puestos de sus resultados de búsqueda simulando ser los portales oficiales de esas empresas e instituciones y engañan al usuario para que llame a números de tarificación especial 118 donde no le darán ningún servicio. El buscador reconoce que esas webs violan sus sistemas, pero como ocurre con las estafas por SMS y email, está teniendo problemas para controlarlas.
El manual de la nueva variante del timo tiene varios puntos. El primero es conseguir aparecer en las posiciones más altas en Google cuando se busca el teléfono o información de esos organismos. El método para hacerlo es pagar a la multinacional para que se salte su algoritmo y coloque sus webs en lo más alto de sus listas de resultados como contenidos patrocinados, como muestran las siguientes imágenes. En determinadas búsquedas, hasta los cuatro primeros resultados que muestra Google los ocupan este tipo de páginas:
El plan no es que el usuario pinche en el enlace. La treta se basa en que este llame directamente al número que aparece en el resultado de búsqueda. Es el segundo punto del manual: ese teléfono siempre será uno con prefijo territorial que no implica un coste extra, lo que ayuda a que el usuario confíe en que lo que Google le ha mostrado es efectivamente el portal oficial de la institución.
Las estafas de suplantación de identidad intentan aprovecharse de que el usuario actúe en piloto automático y no se fije en las señales que invitan a desconfiar del anzuelo que le lanzan aquellos que las perpetran. Cuando se ejecuta por email o SMS esto se consigue con la sensación de urgencia y mensajes que informan de un problema en la cuenta bancaria o con el envío de un paquete. Los cibercriminales rentabilizan los casos en los que la necesidad de solucionar ese problema cuanto antes se impone a la prudencia.
El engaño a través de los resultados de Google también depende de que el usuario obvie esas señales que indican que no va a contactar realmente con la empresa o institución que ha buscado, como la etiqueta de “patrocinado”. Por eso se trata de una práctica que solo se reproduce en las búsquedas a través del móvil, donde los primeros resultados tienen aún más relevancia y es necesario hacer scroll varias veces para descubrir que las páginas oficiales se encuentran más abajo, detrás de los resultados pagados.
Si aquellos que llevan a cabo el engaño consiguen que el usuario llame al teléfono que le ponen delante sin darle más vueltas, comienza la segunda parte del timo.
Hasta 11 euros el minuto
Los operadores que reciben esas llamadas a números sin coste escucharán la consulta del usuario sobre la entrega de un paquete, la solicitud de una cita con Hacienda o con la Seguridad Social o los problemas de una cuenta bancaria. Según ha podido comprobar elDiario.es a partir de varias llamadas, en ningún momento le sacarán de su error ni le comunicarán que no están hablando con la compañía o institución con la que necesitan tratar sus dudas sino con un tercero sin relación con ellos.
Tras recibir la consulta del usuario, le comunicarán que para resolverla debe llamar a otro teléfono. Ese nuevo contacto es un 118 donde se consumará el timo. El coste de una llamada a un 118 puede superar 11 euros por minuto, según un informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). El precio medio supera los cinco euros el minuto, a lo que hay que añadir el establecimiento de llamada.
El servicio que recibirá el usuario no irá más allá de suministrarle la información que pueda encontrar o gestionar de manera gratuita en las páginas oficiales de las empresas e instituciones con las que quería contactar en un principio, ya que el operador no tiene ninguna relación con ellas ni acceso a sus sistemas. Pero será a precio de oro.
La orden de las personas que responden al número de teléfono con prefijo territorial es interactuar con los usuarios tan solo para derivarles al 118 e indicarles que en ese número resolverán todas sus dudas. Si se les pregunta cualquier otra información, como para qué empresa trabajan realmente, se limitan a cortar la comunicación.
Multas
A la CNMC no se le ha pasado por alto este uso de los números 118, cuyo uso debe destinarse a la información sobre otros números de abonado (como “para conocer el número de teléfono de otro abonado, de un restaurante o de una tienda”, explica el organismo). En diciembre comunicó varias sanciones a titulares de estas líneas de tarificación especial. Una de las multas se interpuso contra un usuario que utilizaba el 118 para hacerse pasar por otras empresas.
“Tras la búsqueda en internet del número correspondiente al servicio de atención de una empresa (se publicitaba un número geográfico) y llamar a éste, el agente facilitó el número corto 11895 como número de atención al cliente de la empresa buscada. Tras efectuar la correspondiente llamada al número corto, el operador del servicio de consulta prestaba un servicio de atención al cliente, y no el de consulta telefónica”, expone la CNMC en su comunicado.
La empresa sancionada es Promo Megastore, con sede en Murcia. La multa asciende a 46.000 euros. La CNMC empezó a investigarla tras recibir denuncias de ciudadanos que la acusaban de haberse hecho pasar por el servicio de atención de la Seguridad Social. Durante la investigación, el regulador pudo comprobar que además de por el organismo público, los operadores se hicieron pasar por Iberdrola y por Naturgy. “A continuación, el inspector pregunta si está llamando al «servicio de atención de Iberdrola» y la operadora responde: «Sí, pero le estoy dando el del departamento de atención ¿vale? De promoción de Iberdrola once ocho nueve cinco»”, detalla la resolución.
Entre las sancionadas hay otras compañías a las que la CNMC ha pillado entreteniendo al usuario más allá de lo necesario para aumentar el importe del servicio, así como extendiendo la comunicación más allá de los 10 minutos que marca la Ley General de Telecomunicaciones para los números 118.
Google los bloquea pero vuelven a aparecer
elDiario.es ha puesto en conocimiento de Google esta actividad. Fuentes de la multinacional reconocieron en un primer momento que las webs referidas violan sus políticas de resultados patrocinados y comunicaron su eliminación. Sin embargo, otros resultados patrocinados fraudulentos ocuparon su lugar. El buscador volvió a comunicar que los había eliminado tras las preguntas de este medio. Al cierre de esta información, Google no ha facilitado una explicación sobre su sistema de resultados patrocinados que detalle lo que está ocurriendo o por qué es vulnerable ante estas suplantaciones, pero asegura que sus equipos están trabajando para impedirlas.
En el caso de las webs que se hacen pasar por empresas, lo habitual es que sus gestores incluyan algún tipo de aviso de que en realidad no tienen relación con ellas. “www.service24h.plus es una web independiente que no tiene relación alguna con cualquier organismo privado o público presente en ella”, refleja una que incluye imágenes de Seur. “Estas imágenes son incluidas con ï¬nes decorativos y no guardan relación alguna con las empresas, organismos o instituciones sobre los que se ofrece información”.
Sin embargo, en el caso de aquellas que suplantan a la Seguridad Social y la Agencia Tributaria, las páginas fraudulentas llegan a hacerse pasar por los portales oficiales de estas instituciones para conseguir que los usuarios llamen a los números 118.
“Es un fraude al consumidor”, denuncia Rubén Sánchez, portavoz de la organización de consumidores Facua. “Tanto las autoridades de Consumo autonómicas o el Ministerio de Consumo podrían aplicar multas contra las empresas que estén detrás de estas numeraciones por el engaño al consumidor. También puede hacerlo Competencia. Pero hay muy pocas sanciones. Por tanto, es importante que los propios consumidores afectados denuncien”, detalla el experto. “Pueden exigir a su compañía de telecomunicaciones la devolución del importe de esas carísimas llamadas, argumentando que han sido fruto de un fraude y, evidentemente, elevar denuncia ante las administraciones de consumo y competencia”, añade.
Otro de los problemas para las empresas afectadas, refleja Sánchez, es que los usuarios piensen que son ellas las que han establecido números de tarificación especial como método de contacto con sus clientes. “Es frecuente que nosotros recibamos quejas de consumidores que denuncian que esas compañías les han obligado a llamar a un 118, pero luego descubrimos que han sido víctimas de este mecanismo de captación en Google. Por eso es importante que también las empresas emprendan acciones legales, ya que se les está causando un daño reputacional”, concluye.