Fabricar los primeros drones africanos llevaba varios años en la cabeza del camerunés William Elong, que con apenas 25 años acaba de poner en el mercado tres prototipos diferentes de estos artefactos voladores a control remoto.
Tras la presentación oficial en Camerún en febrero pasado de sus tres primeros drones, a Elong y su equipo se les acumula el trabajo en sus oficinas de la costera Duala, la mayor ciudad de Camerún, en el oeste del país.
De hecho, hace falta esperar una semana para que este brillante joven pueda hacer un hueco en su agenda y hablar con Efe. ¿El motivo? Se le multiplican los encargos.
“Somos una empresa que fabrica drones bajo pedido. Hemos recibido numerosos pedidos sobre todo del mundo agrícola, de productores agrícolas de Costa de Marfil y Camerún”, explica a Efe Elong, incluido en 2016 por la revista Forbes entre los “treinta emprendedores jóvenes africanos más prometedores”.
La idea de montar una empresa de drones estaba en la cabeza de este joven empresario desde 2014, cuando se graduó en una escuela militar económica de París.
La empresa, bautizada como Will&Brothers, ha presentado tres prototipos que pueden alejarse hasta los 20 kilómetros y tienen una autonomía de vuelo de 45 minutos.
Se trata de una decisión audaz tomada con la determinación de comenzar una pequeña revolución: “Para mí, es mostrar al mundo que es posible y poder inspirar al resto de jóvenes que buscan personas de referencia”, explica Elong.
El proyecto nace de una revelación repentina que tuvo cuando pensaba soluciones para el problema cartográfico de Camerún.
“Camerún -señala- siempre ha recurrido a empresas extranjeras para realizar mapas locales”.
Sin embargo, sus intenciones van mucho más allá de la producción de mapas, porque “este proyecto de drones africanos va a permitir a Camerún resolver la crisis de seguridad que atraviesa por la guerra con Boko Haram”, indica en alusión al grupo yihadista nigeriano.
Fabricar un dron en África supone que en un país haya gente que sepa cómo arreglarlo si se estropea, y que los construye sabiendo las necesidades existentes.
“Si los drones se estropean es mucho más fácil llamar a un ingeniero para que los repare en el país, que en el extranjero”, aduce Elong, quien cree que “los drones fabricados en Camerún responden a las necesidades esgrimidas por el propietario”.
Ahora, además de los drones para usos agrícolas también trabaja en un aparato con una cámara térmica que permite detectar “enfermedades de muchos tipos”, señala este joven entusiasta.
Los drones están diseñados y construidos por ingenieros locales, pero muchas piezas proceden de otros países.
“La inteligencia artificial -recalca- es obra de ingenieros cameruneses. El resto de las piezas necesarias para montar nuestros dispositivos se importan de muchos otros países, pero el montaje y el diseño se realizan en Camerún”.
Desde su creación hace tres años, la empresa Will&Brother ha pasado de tener 4 trabajadores a 22 y con algunos repartidos por países extranjeros como Francia, Alemania y Estados Unidos.
Elong acudió a Internet y sus plataformas de microfinanciación para financiar su proyecto y, en unos pocos meses, recaudó más de 200.000 dólares.
“Tras lograr una primera ronda de fondos para construir nuestro taller de montaje, lanzamos una segunda ronda para aumentar nuestra producción y conquistar el mercado internacional”, recordó en una rueda de prensa este febrero en Yaundé, en un acto del Ministerio de Telecomunicaciones de Camerún para presentar sus prototipos.
Este pionero, según la revista Forbes Africa, está llamado a ser unos de los jóvenes que “van a revolucionar el continente en los próximos años”.
Ante este reconocimiento internacional, el Ministerio de Telecomunicaciones camerunés acaba de darle su apoyo para desarrollar su actividad en otros países.
A menos de 1.000 euros cada uno, el primer dron africano “made in Camerún” calienta ya motores para conquistar el mundo.
Alain Georges Lietbouo