Primero Bruce Springsteen canceló su concierto en Greensboro (Carolina del Norte) el pasado domingo. Después Bryan Adams canceló el suyo en el estado de Misisipi. Ahora ha sido una página web porno la que ha decidido bloquear a todos los usuarios que vengan de Carolina del norte. Algo huele a podrido en los estados del sur, y parece ser una la ley que limita los derechos del colectivo LGTBI.
Los estados de Carolina del Norte y Misisipi han promulgado dos leyes que discriminan los derechos del colectivo LGTBI, relegándolos casi a la condición de apestados. El bloqueo se mantendrá hasta que el gobierno de Pat McCrory derogue la House Bill 2, algo que quizá no ocurra nunca. ¿Qué hay de la famosa hospitalidad sureña? McCrory considera su ley muy apropiada a los tiempos que corren: “Otorga unas expectativas básicas en materia de protección de la intimidad en baños y vestuarios públicos”, defiende el gobernador. En vigor desde el 1 de abril, la HB2 lleva, entre sus medidas más controvertidas, varias relacionadas con los aseos públicos.
La ley establece que un hombre no podrá entrar en el baño de una mujer y viceversa, así como la prohibición de los aseos mixtos. Se aventura en una definición del concepto “sexo biológico” y plantea los supuestos en los que alguien puede entrar a un baño que no sea el indicado según su sexo. En materia de derechos laborales, suprime la regulación a nivel federal convirtiéndola en una competencia estatal. Y es que, si bien la HB2 no establece discriminación en base al color de piel, raza, religión u origen étnico de la persona, sí lo hace en lo relacionado con la orientación sexual o la identidad de género.
“Hemos pasado los últimos 50 años luchando por la igualdad para todos y estas leyes son discriminatorias, algo que xHamster.com no tolera”, defiende la página web en un comunicado. Además de la pantalla negra que experimentan los usuarios al intentar acceder, xHamster también ha publicado un tweet a modo de bofetón a McCrory en el que incluye las estadísticas de las búsquedas de contenido gay y shemale de su portal en Carolina del Norte desde que empezó el año. “A juzgar por lo que veis, ciudadanos de Carolina del Norte, creemos que este castigo es desmedido [en referencia a la HB2]”, continúa la web.
“La tierra donde la homofobia es Ley”
Aunque tres demandas federales y la presión desde diversos colectivos y organizaciones de derechos civiles han situado a Carolina del Norte sobre el mapa, lo cierto es que Pat McCrory no ha dado ni un paso atrás. El gobernador cedió mínimamente el martes al incorporar algunas modificaciones y suavizar varios preceptos, algo que no ha conseguido aliviar la presión sobre su cabeza lo más mínimo. Según NPR, la “Ley de baños” -como ha sido bautizada popularmente-, no ha sido sino una represalia por las medidas aprobadas el pasado febrero en Charlotte -la ciudad más grande del estado- y que otorgaba protecciones en el entorno laboral a los gays, bisexuales, transgénero y lesbianas.
“Cualquier acción que se haga desde la legalidad es bienvenida”, dice Jesús Generelo, presidente de la FELGTB (Federación Española de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales) en referencia al boicot llevado a cabo por xHamster. Un portavoz de la web aseguraba al Huffington Post que “solo en marzo tuvimos 400.000 búsquedas del término 'Transexual' [...] La gente de Carolina del Norte buscó 'Gay' 319.907 veces”. Por eso el título del pantallazo con las estadísticas y “la increíble hipocresía de Carolina del Norte. La tierra donde la homofobia es Ley”.
“Hay cosas que son más importantes que un concierto de rock. Esta lucha contra los prejuicios y el fanatismo es una de ellas”, dijo Bruce Springsteen el pasado viernes al cancelar el concierto que pensaba dar el fin de semana en una localidad de Carolina del Norte. El comunicado, colgado en su página web, continuaba: “[La HB2] es un intento de dar marcha atrás en el progreso que ha hecho nuestro país en el reconocimiento de los derechos humanos de todos nuestros ciudadanos por parte de gente que no puede soportar ese progreso”.
Ni The Boss ni xHamster han sido los únicos que se han mostrado en desacuerdo con el giro de los acontecimientos en Carolina del Norte. Gigantes como Paypal, Deutsche Bank, Nissan, Apple, American Airlines y Google ya han expresado su preocupación o cancelado su planes de negocio en un estado donde el 88% de su población es cristiana. Según el Washington Post, la ley ha provocado varias cancelaciones de conciertos y una bajada del turismo en la región.
Carolina del Norte, mal. España ¿bien?
En España no existe ninguna ley de carácter nacional que proteja los derechos del colectivo LGTBI. Tan solo pequeñas disposiciones en los estatutos de cada Comunidad Autónoma. “No pienso que en España haya ninguna ley del calibre de la de Carolina del Norte. Es inimaginable y anticonstitucional. Aunque si rascamos un poco sí hay casos de discriminación”, cuenta Jesús de la FELGTB a eldiario.es. Las pocas leyes con las que cuenta España actualmente son de ámbito autonómico, como la Ley de Igualdad Social de Lesbianas, Gais, Bisexuales, Transexuales, Transgénero e Intersexuales y de Políticas Públicas contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género de Extremadura o la aprobada en Cataluña en octubre de 2014. En Madrid “la ley está ya en trámite parlamentario y seguramente tendremos una ley parecida [a la de ambas comunidades mencionadas] antes de junio”, cuenta Jesús.
“Dependiendo de la comunidad en la que nos encontremos se da la paradoja que una persona LGTBI puede tener diferentes derechos y libertades, o ser defendidos sus derechos de diferente forma, y lo mismo pasa con las sanciones, que nunca podrá llegar a la parte penal por ser exclusividad del Estado”, dice Paco Ramírez, director del Observatorio STOPLGTBFobia. Las leyes autonómicas actuales sancionan de forma administrativa, nunca de forma penal. Es por eso que desde ambos colectivos se demanda la creación de una ley unificadora para todo el territorio nacional. Unas leyes que, actualmente, “no son efectivas”, según Paco.
“Es fundamental invertir la carga de la prueba en faltas administrativas”, dice Jesús. “Tiene que ser el discriminador el que pruebe que no lo ha hecho, porque probarlo a la inversa es prácticamente imposible”, continúa. La mayoría de agresiones a personas que forman parte del colectivo LGTBI se castigan como delitos de odio, aunque a veces ni eso: “Es muy raro que en España, si existe algún agravante de odio, los jueces lo apliquen de forma efectiva y certera”, dice Paco. En la retina quedan casos como el de la niña trans de Málaga, la agresión sufrida por un chico el pasado febrero o el profesor de Cádiz al que no renovaron por ser gay.
Tanto STOPLGTBFobia como la FELGTB coinciden en que “es urgente una Ley Estatatal de Igualdad y No Discriminación”, además de una “Ley Estatal contra los delitos de odio”, porque “sigue habiendo una discriminación muy oculta, muy denunciada y muy poco trabajada por parte de las administraciones”, según Jesús. Y concluye: “Bienvenida sea la actitud militante de esta página porno”.