- Los emoticonos entraron de puntillas en nuestras vidas y se han convertido en una forma esencial de comunicar sentimientos complejos
Renfe y LaLiga han llegado a un acuerdo de patrocinio para esta temporada a través del cual la compañía ferroviaria ofrecerá a sus clientes todos los partidos de la competición nacional, así como los principales encuentros de Champions y Europa League a bordo de los trenes AVE. Según el contrato, Renfe será “transporte oficial” de la liga de fútbol para la temporada 2019/2020 e incluirá algunas ofertas de viaje “adaptadas a las necesidades de los desplazamientos de las diferentes aficiones”. Pero las aficiones de equipos localizados en ciudades o pueblos mal conectados por tren se han eco de la noticia en redes con cierta ironía:
Varias aficiones se mostraban escépticas, irónicas o enfadadas por el anuncio del acuerdo. Pero los que más se quejaron fueron los extremeños. Hay quien llegó a decir: “A los extremeños nos estáis vacilando, ¿verdad?”. Y en ese clima de indignación y respuestas a lo anunciado por Renfe y LaLiga, surge esta respuesta del Extremadura UD.
Un solo emoticono como respuesta. No un comunicado para ser difundido en prensa y redes. No una comparecencia con medios para poder ampliar y matizar. Un simple (¡y complejo!) emoticono. Lo curioso es que lo que a priori podría parecer evidente con respecto al significado del mensaje se ha convertido en una amalgama de interpretaciones (todas similares, eso sí).
En medios hemos podido leer: “El aclamado troleo del Extremadura a Renfe”, “El mensaje viral del Extremadura a Renfe en redes sociales”, “La pullita del Extremadura UD”, “La irónica respuesta del Extremadura al último anuncio de LaLiga”, “El dardo viral del Extremadura a Renfe”, “La cómica reacción del Extremadura al acuerdo entre LaLiga y Renfe”, etcétera. Aunque todos los titulares aluden a sentimientos similares, la variedad de adjetivos se debe a la polisemia que genera un emoticono. Y justo ese, el de la “cara pensativa” es de los más ambiguos y de los más usados en contextos donde hay que tirar de diplomacia para mostrar un desacuerdo elegante. ¿Quién puede ver como ofensiva a una carita amarilla que arquea la ceja para mostrarse pensativa?
Es elegante porque lo que hay detrás de esta historia es un enfado colectivo monumental. La ciudadanía extremeña atesora una larga historia de deficiencias ferroviarias. Solo en 2019 nos podemos encontrar con las siguientes noticias:
- El tren más obsoleto de España está en Extremadura: traviesas fabricadas en 1886 que siguen en uso, en elmundo.es
- “Coger el tren de Extremadura es como jugar a la ruleta rusa, nunca sabes qué pasará”, en elconfidencial.es
- Un tren descarrila en el trayecto entre Madrid y Extremadura sin dejar heridos, en eldiario.es.
- La línea de tren Madrid-Extremadura estará cortada un mes en Toledo por obras, en hoy.es.
- “Y yo también”, el problema del tren extremeño incendia las protestas ferroviarias en varias provincias, en eldiario.es en su edición de Extremadura.
El pasado mes de noviembre hubo una manifestación en la que salieron en Cáceres entre 15.000 personas (según la Delegación de Gobierno) y 25.000 (según la organización) para reclamar un buen servicio ferroviario. Un año antes, en noviembre de 2017, se había producido en Madrid la mayor manifestación de la historia protagonizada por extremeños: se desplazaron 40.000 para protestar por el mismo motivo. De hecho hay organizada una Plataforma por el #TrenDignoYa.
De ahí que resulte curioso e interesante ver como la respuesta a toda esta historia sea un emoticono. O como dijo alguien en Twitter en respuesta al mensaje del Extremadura UD: “Nunca un emoji dijo tanto con tan poco”.