Cada vez es más habitual ver perfiles en Twitter o Instagram donde los usuarios indican junto a su información personal unos pronombres, normalmente en inglés: “she/her/hers” o “ella”, “he/him/his” o “él”, y “them/they” o “elle”. Se trata de una manera de explicitar con qué palabras espera esa persona ser tratada, como parte de la lucha y la visibilización del respeto a la identidad de género.
“Al poner los pronombres en la bío de tu red social, dejas claro cuál es el trato que prefieres por parte de los demás, y así nadie tiene que asumir tu género ni preguntarte, lo que podría ponerte en una posición incómoda”, explica Asra Chueco, escritor y activista LGTB que se define como persona no binaria y tiene indicados los pronombres “él/elle” en su biografía de Twitter. “Elegí poner mis pronombres en mi perfil de Twitter para reflejar un poco mejor lo que hago en mi vida diaria y apoyar al colectivo trans”.
Asra señala que “existe una concepción predeterminada de 'cómo' son las mujeres y los hombres cis [cisgénero, personas cuyo sexo sentido se corresponde con el asignado al nacer], y esa concepción machaca mucho a la gente trans”. Por eso, el activismo trans defiende la necesidad de preguntar a otras personas cómo quieren ser llamadas en lugar de realizar suposiciones basadas en el físico.
El uso singular de “they/them”, que fue escogido como palabra del año 2015 por la American Dialect Society y está reconocido en la guía de estilo del Washington Post, correspondería en español a “elle”. La forma en 'e' (todes, elle, nosotres) se ha popularizado en los últimos años para denominar a las personas de género no binario y ejercer además de neutro genérico (la función que tradicionalmente ha asumido el masculino, como cuando decimos “nosotros” para referirnos a un grupo mixto). El empuje que el feminismo y el movimiento LGTBI han dado a esta opción ha cristalizado en países como Argentina, donde desde la semana pasada la Justicia permite dictar fallos con la 'e'.
Apoyar a personas trans: ¿Cuáles son tus pronombres?
“Yo me puse she/ella porque a pesar de ser una mujer cis, en ocasiones por confusión la gente me trataba en masculino, y me resultaba molesto”, relata una usuaria de Twitter que prefiere mantener el anonimato. “Además, es una forma de normalizar la pregunta '¿Cuáles son tus pronombres?', que permite dirigirnos de forma adecuada a los demás”. “Me pareció útil, así como una forma de solidarizarme con personas trans y no binarias”, concluye.
“Preguntar proactivamente los pronombres de alguien es el primer paso a dar”, dice Gillian Branstetter, portavoz del Centro Nacional para la Igualdad Transgénero de EE.UU. “Las personas trans tenemos que educar a la gente que nos rodea todo el tiempo; el hecho de poner los pronombres en una firma de correo electrónico y ofrecer proactivamente los tuyos ya alivia algo de esa carga”.
La importancia de los pronombres personales ha llegado incluso a la primera línea la política estadounidense: seis de las principales figuras demócratas, entre ellos Alexandria Ocasio-Cortez o Kamala Harris, han indicado en su perfil de Twitter el género con el que se identifican y con el que desean ser llamados, sumándose a las reivindicaciones del activismo trans.
“Cada persona merece ser tratada con dignidad y respeto, y eso empieza por usar los pronombres correctos”, publicaba en Twitter la senadora y candidata en las primarias demócratas Elizabeth Warren el pasado 17 de octubre, un día después del International Pronouns Day, una iniciativa que desde 2018 busca visibilizar las identidades diversas. “Soy Elizabeth. Mis pronombres son she/her/hers [ella]. Y seguiré luchando para construir una América donde todo el mundo se sienta visibilizado y respetado”.
“A la gente tiene que darle igual cuál es mi género, sólo necesitan saber cómo tratarme”, señala Asra. “Al hacer esto y desvincular el género del trato, se fomenta la destrucción de diferentes roles de género”. “Evidentemente, esto -indicar el pronombre de preferencia en el perfil Twitter- es a nivel súper pequeño y no marca una gran diferencia, pero a la vez es un pequeño grano de arena para normalizar algo que a muchísima gente sí le puede cambiar la vida”, concluye.