En Gales del Sur han sentado un peligroso precedente: la policía ha detenido por primera vez a un hombre basándose en los datos proporcionados por un algoritmo. La técnica se conoce como AFR (Automatic Face Recognition - Reconocimiento de rostro instantáneo) y se lleva experimentando con ella varios años en el Reino Unido. Pero lo realmente novedoso no es eso, sino que el pasado 31 de mayo un hombre fuera detenido por la policía en base a los datos que proporcionaba el sistema.
Hay casos similares, como el de la policía de Leicestershire (Reino Unido) utilizando un software semejante en 2014; el de sus homólogos londinenses haciendo algo parecido en el carnaval de Notting Hill en agosto del año pasado y, más recientemente, el del FBI guardando cada foto que encuentra en Internet para “alimentar” a su propio software de reconocimiento facial. No podemos tener pruebas de que los agentes de uno y otro país nunca hayan usado este tipo de software para detener sospechosos, pero la versión oficial nunca fue “lo detuvimos utilizando la técnica AFR”. Como ahora.
La policía de Gales del Sur se lo ha reconocido a ArsTechnica, aunque al mismo tiempo ha rechazado dar más detalles del sospechoso. Solo sabemos que el hombre se encontraba el 31 de mayo merodeando por las afueras del estadio de Cardiff, donde tres días más tarde se disputó la final de la Champions League y que el arresto no tiene nada que ver con ese acontecimiento. “Era un paisano”, dice la policía.
“La tecnología actual permite poder reconocer a través de cámaras a los ciudadanos”, explica a eldiario.es Alicia Mora, directora de operaciones y cofundadora de Emotion Research Lab. “Si tenemos unas listas faciales precargadas en bases de datos, que obviamente será lo que tenga la policía de allí, eso es lo que ha facilitado la detención”, continúa. Su empresa tiene sede en Valencia y trabaja en varias ramas, desde el marketing hasta la seguridad, pasando por la política; y su cometido es el análisis de las emociones y los estados de ánimo a través del reconocimiento facial.
Escanear caras a discreción: ¿una buena idea?
En abril, la policía de Gales del Sur anunció que planeaba “escanear las caras de la gente que se encontrasen en localizaciones estratégicas en y alrededor del centro de la ciudad”. El contrato durará dos años y les cuesta 177.000 libras a los galeses (unos 203.000 euros). Para identificar a un sospechoso, el AFR utiliza la base de datos del Niche RMS, un gran sistema de guardado de datos utilizado por las policías de EEUU, Canadá, Reino Unido y Australia que contiene 500.000 imágenes de sospechosos.
“El mundo el que vivimos está cambiando y con eso aparece una necesidad de cambiar la manera de la que patrullamos. Invertimos en asegurarnos de que nuestros oficiales cuentan con las herramientas y la tecnología necesaria para proteger a la comunidad de la forma más efectiva posible. Así como la tecnología evoluciona en el futuro, así será la manera en la que nuestra fuerza policial opere”, ha dicho la policía después de la detención. También se muestran muy contentos con cómo les ha funcionado y piden al gobierno un despliegue a gran escala de la tecnología.
Según la American Civil Liberties Union (Unión americana de libertades civiles), el software de reconocimiento facial lo usan algunos aeropuertos en EEUU (muy pocos) y ha sido utilizado varias veces durante la Super Bowl. Varios estudios señalan que no es la técnica para identificar sospechosos más precisa del mundo, con un 43% de falsos negativos en fotos tomadas con apenas 18 meses de antelación. Cambiando la orientación de la cámara 45 grados, el software se vuelve loco y no reconoce a nada ni a nadie.
Otro estudio de la ACLU determina que un software de estas características implantado en Tampa (Florida, EEUU) fallaba al identificar a solo un sospechoso de la base de datos y daba numerosas falsas alarmas. “¿El futuro? Pues no lo sé. Hay temas de privacidad que, dependiendo en qué país, lo que se está haciendo en Londres no se podría hacer. La tecnología llevada al extremo es mala, pero llevada al extremo positivo es buena”, dice Mora.
¿Cómo funciona un software de reconocimiento facial?
Su empresa se dedica a reconocer emociones y estados de ánimo en un vídeo. Según el algoritmo, Susana Díaz se mantuvo la mayor parte del tiempo “neutral” en su discurso tras perder las primarias contra Pedro Sánchez. A su vez, el político del PSOE experimentó la mayor parte del tiempo “enfado” y “desagrado” ante los medios cuando explicó su dimisión.
“Con nuestro software, podemos detectar las emociones básicas y las que está sintiendo una persona. No te voy a poder decir si alguien está mintiendo o no. No somos una máquina de la verdad. Ayudamos a poder reconocer, por ejemplo, incongruencias entre lo que verbalizas y lo que sientes”, explica la cofundadora de Emotion Research Lab.
La técnica sirve para medir estímulos. “Por ejemplo, en una tienda de ropa. Para saber si me está gustando, si no, o incluso cambiar la publicidad en función de quien sea yo o en función de cómo me esté sintiendo en ese momento”. También trabajan en el plano de la seguridad, aunque Mora no da muchos detalles: “Dependiendo de quién es el cliente, tienes que ir con las leyes de protección de datos por delante”.
Su algoritmo trabaja a partir de una máscara de puntos que recoge las emociones de una persona en un vídeo. “Los puntos faciales son los que llevan los movimientos musculares. Entonces, trasladamos los movimientos musculares en microexpresiones”, dice Mora. Además, trabajan con estudios oficiales y archivos académicos (papers) o de universidades, de donde obtienen los patrones globales que tiene la felicidad, la tristeza o el enfado. El algoritmo, después, “traslada esos movimientos musculares en las emociones que tienen base científica y universal”.
Mora rechaza dar detalles sobre si su técnica de reconocimiento facial a partir de las emociones la utilizan en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado: “No te lo puedo decir”. Cuando su software es utilizado para captar emociones en “entornos reales” (lugares como tiendas, centros comerciales, etcétera), Mora aclara: “no hacemos grabaciones. Lo único que hacemos es guardar información de esas caras, pero esa cámara no sabe que yo soy Alicia Mora”.