Corría el mes de noviembre de 2013 y Mark Zuckerberg se las prometía muy felices cuando puso sobre la mesa una oferta de 3.000 millones de dólares a Bobby Murphy y Even Spiegel, los creadores de Snapchat. Los dos jóvenes, que por aquel entonces tenían 24 y 22 años, rechazaron. Muchos se echaron las manos a la cabeza. Era un big deal a todas luces. Hoy, la red social vale cerca de 16.000 millones de dólares y cuenta con unos 100 millones de usuarios activos diarios. Aunque aún muy lejos de los 1.600 millones de Facebook, Snapchat mira alto: este año espera ganar, por lo menos, 300 millones de dólares.
Si la progresión continúa, y teniendo en cuenta que Snapchat fue lanzado en 2010, la red social pasará de startup a gran compañía. Facebook, que fue lanzado en 2004, tras cuatro años ya contaba 140 millones de usuarios mensuales. Snapchat, en 2014, registró 200 millones. De momento, los vídeos de la aplicación del fantasma sobre fondo amarillo ya se reproducen unas 6.000 millones de veces al día y subiendo, por los 8.000 millones de reproducciones diarias de los vídeos de Zuckerberg. Y eso que estos cuentan con autoplay, por lo que ese número, muy probablemente, sea menor.
Esta semana también hemos sabido que Facebook ha comprado Masquerade. Es una aplicación que permite aplicar filtros y efectos divertidos en vídeos y selfies, como Snapchat. Los fundadores de la empresa, tres bielorrusos, han dado el “sí quiero” a Zuckerberg tres años después de la negativa del fantasma. Aunque la intención del gigante azul es que MSQRD siga funcionando por separado, el movimiento de Zuckerberg tiene aire de puñetazo en la mesa ante la competencia que se avecina. “MSQRD posee una gran tecnología que nos ayudará a ofrecer más herramientas creativas en Facebook y ayuda extra para vídeos”, decía la compañía en un email. Lo que no han desvelado han sido las cifras de la operación. ¿Habrán sido más o menos de 3.000 millones de dólares?
Y es que la sombra del fantasma es cada vez más alargada y sus previsiones de ganancias superan en seis o siete veces a las del año pasado. A pesar de todo, los 100 millones de usuarios diarios están muy lejos de los 1.600 que dice tener Facebook. Además, posee un enfoque radicalmente opuesto: Snapchat sirve para divertirse, en primer lugar. Aunque se puede chatear, no es el principal objetivo. Aunque se pueden crear grupos, la finalidad no es coordinar eventos. Aunque puedas responder a un contacto con una foto de tu viaje a las islas griegas, probablemente la persona al otro lado no esté esperando eso. Y es que el target de la aplicación creada por Murphy y Spiegel no es otro que el de los Millennials. Esa generación que nació entre finales de los 80 y los 2000. Los que ahora tienen entre 13 y 23 años, según la compañía.
¿Pero qué es?
Snapchat es una red social. También es una aplicación de mensajería instantánea que permite enviar fotos y recibirlas. Pero lo que le hace diferente de Facebook o WhatsApp es que, tanto las imágenes como los vídeos se autodestruyen después de 10 segundos. Y es que la aplicación se enfoca más para enviar contenido multimedia que para chatear: como nada se guarda, Snapchat otorga la libertad que en otras redes sociales no existe. Si el futuro pasa por los jóvenes, en 2014 la aplicación aglutinaba al 45% de la gente de entre 18 y 24 años, según el gráfico de Comscore y del que la web recode se hizo eco el marzo pasado.
Antes de que lo pienses. Sí, seguro que en Snapchat hay sexting. Pero no lo es todo. Un estudio realizado a 5.475 personas por Survata reveló que tan solo el 13% de los usuarios de Snapchat (que eran 715) hacían sexting. Como no sabían si ese 13% era un dato muy alto o muy bajo decidieron comparar con otra muestra de 453 personas que no habían usado Snapchat en su vida, personas que no utilizaban más aplicaciones de mensajería que los SMS. Y el 27% dijo que sí. Que hacían sexting habitualmente. Así que, aunque a priori pueda parecer que eso de que las fotos no duren más de 10 segundos en el teléfono favorezca el contenido subido de tono, la estadística no dice lo mismo.
Si la gente no utiliza Snapchat para enviar fotos de contenido erótico, entonces, ¿para qué lo usa? No está muy claro. El propio estudio de Survata preguntó a 260 usuarios de la aplicación. Las contestaciones más habituales eran “para hacer bromas a mis amigos” y “para mandar fotos divertidas”. La aplicación tiene filtros dependiendo de la ubicación en la que el usuario se encuentre para ponerle tanto a las fotos como a los vídeos. También es reseñable que en el menú de la aplicación aparezca contenido patrocinado de empresas como CNN, MTV o Vice. Y es que, como contó el New York Times, la empresa posee acuerdos para promocionar a estas marcas desde 2015 hasta 2018. Las 8796 fotos que se comparten por segundo en Snapchat no podían estar equivocadas.