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El PP pasa de la “estrategia nacional” contra las fake news a crear una gran red de cuentas falsas para intoxicar Internet

El PP pasa de la "estrategia nacional" contra las fake news a crear una gran red de cuentas falsas para intoxicar las redes sociales

Carlos del Castillo

El PP ha pasado de liderar la “estrategia nacional” contra las fake news, protagonizando múltiples iniciativas legislativas en 2017 y 2018 y lanzando un aviso constante sobre los peligros de la manipulación a través de las redes sociales, a ser señalado por Facebook y Twitter como el principal agente de intoxicación de la política online española.eldiario.es destapó en marzo la existencia de una red fraudulenta vinculada al PP en las semanas previas a las elecciones. Twitter y Facebook han ampliado la investigación internamente y confirma ahora que esas cuentas se manejaban desde el partido.

Una de las líneas de actuación del Gobierno de Mariano Rajoy como respuesta al auge del soberanismo catalán fue lanzar un contraataque contra las supuestas noticias falsas que atacaban la democracia española a través de las redes sociales. Las fake news fueron incluidas dentro de la Estrategia Nacional de Seguridad como una amenaza clave, se llevaron a debate en el Pleno del Congreso y se organizó un grupo de trabajo a puerta cerrada entre el Ministerio de Defensa, diputados de varios partidos y los editores de algunos medios de comunicación que siguen teniendo una edición en papel.

Esta estrategia contrasta con la guerra sucia que el PP desató en esas mismas redes sociales en cuanto se convocaron nuevas elecciones. Este viernes, las dos grandes plataformas que centran la conversación política digital en España han acusado directamente al PP de orquestar una campaña para manipularla. Es cierto que las estrategias de intoxicación no son una novedad en las redes sociales. Sí lo es que tanto Facebook como Twitter sean tan específicas y apunten directamente a un partido político como responsable de 359 perfiles fraudulentos que inflaban artificialmente el discurso de sus líderes mientras repartían críticas entre sus adversarios.

“Muchas de las actuaciones venían de territorio ruso, no sabemos si exactamente del Gobierno ruso. Y algunas han sido replicadas desde territorio venezolano”, declaró poco después del referéndum independentista del 1 de octubre la entonces ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, sobre una supuesta campaña de hackers ruso-venezolanos contra el Estado español. Su estrategia era “lanzar noticias falsas contra España y que estas se muevan en la red”, aseguraba paralelamente Mariano Rajoy. Para contrarrestarlas se creó el Centro de Operaciones de Seguridad de la Administración General del Estado, dependiente del CNI, y se debatió en el Congreso la posibilidad de “introducir en las capacidades de los Servicios encargados de la Seguridad Pública sistemas de vigilancia, monitorización, mitigación y respuesta ante acciones extranjeras que hayan sido identificadas como destinadas a cuestionar y debilitar la confianza en las instituciones públicas y, en general, en los valores democráticos”. O, lo que es lo mismo, dar a las fuerzas de seguridad la posibilidad de actuar ante esas noticias falsas, censurándolas o colocándoles un sello. Esa posibilidad fue rechazada por el Pleno.

Han pasado dos años de esa ofensiva total del PP contra las noticias falsas, la injerencia extranjera y la célula de hackers ruso-venezolanos. La iniciativa ha pasado a un estado durmiente y no se ha vuelto a saber de ella.

En el caso de Twitter, España es el único país europeo que ha obligado ya dos veces al equipo de limpieza y desinfección de esta red social a actuar, puesto que en junio otro de los partidos protagonistas del 1-O, ERC, fue acusado de haber operado 130 perfiles fraudulentos. España comparte este podio con países como Arabia Saudí o China.

Intento de ocultación

“Aunque las personas detrás de estas actividades intentaron ocultar sus identidades, nuestra investigación encontró vínculos con personas asociadas con el Partido Popular”, ha explicado este viernes Facebook sobre aquellos que manejaban el centenar de cuentas falsas que ha cerrado en sus plataformas (65 en la propia Facebook y otras 35 en Instagram, de su propiedad).

Estas personas emplearon los perfiles fraudulentos para “comentar, amplificar y difundir su propio contenido y publicaciones de otros. Si bien la mayor parte de esta actividad se centró en amplificar el contenido de los demás, algunos de los propietarios de cuentas también publicaron noticias y temas políticos locales y nacionales, incluidos temas sobre las elecciones, el Partido Popular y las críticas a sus opositores políticos”, ha detallado Nathaniel Gleicher, jefe de la política de ciberseguridad de Facebook.

El PP siguió una estrategia similar en Twitter. Esta red ha informado, también este viernes, de que las cuentas falsas que impulsaron artificialmente el discurso de Pablo Casado antes de las elecciones locales, autonómicas, nacionales y europeas de la pasada primavera estaban “operadas por el PP”. eldiario.es destapó su existencia en las semanas previas a las elecciones en varios artículos gracias al apoyo de investigadores independientes.

Este medio también pudo informar de la conexión de la red fraudulenta con un miembro del partido, David Díez Nieto. Secretario de Redes Sociales del PP de A Coruña, Díez Nieto se desplazó a Madrid para ser uno de los responsables del equipo de redes sociales de Pablo Casado durante la campaña para las elecciones nacionales, autonómicas, locales y europeas de 2019. Además de con su cuenta, la red estableció una vinculación sospechosa con la cuenta de otra persona real, José López Puy, militante de Nuevas Generaciones.

La explicación que ha proporcionado el PP, señalado directamente por las dos redes sociales, ha sido prácticamente la misma que ofreció cuando este medio destapó su relación directa con el enjambre de cuentas falsas de Twitter. El partido niega su participación en la gestión de estos perfiles, acusando veladamente de llevar a cabo esta actividad a sus simpatizantes. “El PP nunca ha creado cuentas falsas porque considera que la efectividad real en las redes se materializa con los voluntarios reales y sus propias cuentas. Otra cuestión es lo que puedan hacer usuarios de la red que, bajo su responsabilidad, interactúan con las cuentas de nuestro partido, como lo pueden hacer igualmente con las cuentas de otras formaciones”, ha asegurado desde el partido.

La estrategia en la red social de los 280 caracteres, donde el debate político tiene un gran peso debido al uso extensivo que hacen de ella políticos, periodistas y líderes de opinión, era muy similar a la de Facebook. No obstante, estaba más influida por la aparición de Casado en la televisión, puesto que gran parte de sus actividades se centraban en aumentar el impacto de sus mensajes en las conversaciones de los usuarios que se generaban en torno a esos programas. Uno de ellos fue El Objetivo de Ana Pastor, en La Sexta, en cuyo debate online un usuario denunció que uno de estos perfiles falsos había escogido como foto de perfil la imagen de un estudiante mexicano asesinado. La investigación de la red por parte de varios investigadores y eldiario.es comenzó a raíz de esa denuncia.

Internacionalización fallida

En su intento de llevar las noticias falsas al centro del debate y emular la estrategia del presidente estadounidense Donald Trump, el Gobierno de Mariano Rajoy intentó que la Unión Europea hiciera suya su narrativa de la injerencia de los hackers ruso-venezolanos en la política española. Falló. El entonces ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, intentó arrancar declaraciones que apuntalaran la teoría por parte de sus homólogos en un Consejo Europeo, pero ninguno se prestó a ello.

El fracaso se consumó cuando la prensa preguntó sobre el asunto a la anterior representante para la Política Exterior Europea, Federica Mogherini, que rechazó mencionar esa presunta injerencia rusa en Catalunya a través de noticias falsas. Al contrario, se limitó a recordar que había solicitado con anterioridad que se aumentaran los fondos de la unidad europea que se dedica a detectar la propaganda rusa. Unidad que no detectó discursos trucados por parte de los medios rusos sobre la política española durante 2017.

En cambio, España se encamina en 2019 a una nueva campaña electoral con el PP, uno de sus principales partidos nacionales señalado directamente por las redes sociales de protagonizar estrategias de manipulación del debate, al igual que el partido más votado en Catalunya, ERC.

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