TikTok ha tenido desde el principio una imagen asociada a contenido banal adolescente: doblajes, coreografías y humor no asociado a cuestiones sociales. La app acumula 2.000 millones de descargas en todo el mundo, 500 millones de usuarios activos y un incremento notable en EEUU durante la cuarentena. Por tanto, como toda herramienta con un crecimiento repentino, era cuestión de tiempo que los contenidos se diversificaran y comenzaran a viralizarse otros que dialogaran con la actualidad política. Es lo que ha sucedido en EEUU a raíz de las protestas contra la violencia policial y el racismo tras la muerte de George Floyd, asfixiado por un policía.
“Estoy cansada. Crecí luchando por mi gente. Amando, educando y sanando a través del activismo. Mi corazón se rompió cuando me di cuenta de que el mundo no cambiaría antes de que me graduara en el Instituto o quizás en toda mi vida. Así que aprendí a seguir adelante y me concentré en mi arte y mi creatividad (...) Pero eso no hace que vivir en este mundo sea más fácil. Las personas negras estamos unidas a través de un hilo generacional que se corta cada vez que perdemos a alguien por el ODIO o el MIEDO. Estoy cansada”. Son palabras de Simone Leanora, una actriz y fundadora de una ONG que apoya a actrices negras en EEUU en el post en el que publicaba el vídeo.
Una de las cuestiones interesantes de TikTok es que siempre que la persona que ha subido un contenido lo permita, otras podrán descargarlo fácilmente. Esto es lo que multiplica la viralidad de vídeos como el de Leanora. Que de hecho tuvo una distribución bastante discreta en TikTok pero que fue a través de su Instagram (donde no aparecen los logos de TikTok que suelen aparecer a modo de marca de agua en las esquinas inferior y superior del vídeo vertical) y sobre todo a través de Twitter donde llegaron a millones de personas.
Otro de los aspectos relevantes en este caso es cómo resignifica un meme que originalmente no contenía ningún mensaje político. TikTok siempre ofrece un enlace a la música o sonido usada por un vídeo. En este caso se trata de un fragmento de la canción titulada “Wipe it Down” del rapero BMW Kenny que se ha viralizado a través de un challenge en el que las personas limpian un espejo y se convierten en otras (como Will Smith convirtiéndose en el Agente J de “Men in Black”). Leanora tomó la misma estructura formal del resto de vídeos de la cadena y a partir de la desaparición del hombre que la acompaña y la aparición del mensaje “Stop Killing US” (Dejad de matarnos) lo convirtió en un meme político audiovisual.
Los TikToks de homenaje a George Floyd se sucedieron en los días posteriores a su muerte, como recopila en este vídeo el periodista y antropólogo Miquel Pellicer. Una de las canciones que se ha convertido en un himno de protesta es un remix de la canción “This is America” de Childish Gambino. Si el tema original ya es de por sí una obra política, la combinación con la canción “Congratulations” de Post Malone han convertido la pieza resultante en un himno en contra de la opresión y el racismo sistemático de las personas negras que ha generado miles de vídeos en TikTok.
En este último vídeo imita otra de las herramienta que permite TikTok: generar un dueto audiovisual con una persona que no conoces de nada. En el vídeo original (el de la derecha), alguien realiza un montaje en 40 segundos en la que emula cómo es la vida siendo negro en EEUU y luego hace un homenaje a las personas fallecidas en los últimos años en actos de violencia policial. En el vídeo de la derecha podemos ver una secuencia similar de una persona blanca y cómo su vida sigue adelante a pesar de tener algún incidente con la policía. Termina reclamando “El privilegio blanco existe. Úsalo para cambiar las cosas”.
Como muestra este vídeo publicado en octubre del año pasado, los contenidos políticos no son nuevos en TikTok. En aquel momento, se pusieron de moda vídeos en los que estudiantes de EEUU hacían revisiones de eventos históricos a través de una mirada decolonial: ni Cristóbal Colón ni los colonos europeos que desembarcaron en África salían bien parados. Hace poco también se desató la polémica por un baile que se había viralizado en TikTok y cuya autora, una adolescente negra, fue ignorada durante semanas mientras que el crédito se lo llevaban otras TikTokers blancas.
De hecho, durante las protestas de estos días TikTok se ha visto obligado a pedir disculpas porque comenzaron a recibirse denuncias públicas contra la plataforma por estar censurando la etiqueta #blacklivesmatter. Una persona denunció en Twitter que la etiqueta mostraba 0 resultados y TikTok respondió: “Hoy hemos encontrado y arreglado un problema que ha afectado a la visualización de los contadores de hashtags”. Reuters confirmó la no censura pero muchas personas consideran que en ocasiones se modifica el algoritmo en lo que se considera “shadow banning” (baneo en la sombra, que la plataforma invisibiliza ciertos contenidos a través de criterios que no deja claros públicamente porque podría ser problemático para su imagen).
Mientras Trump continúa incendiando el debate público con sus declaraciones contra el antifascismo y su ausencia de declaraciones sobre el racismo estructural y sistemático que las comunidades activistas están reclamando, en TikTok la rabia continúa siendo transformada en expresiones creativas y políticas para denunciar lo que consideran una situación que ha llegado a un punto insostenible.