La información personal de la víctima de 'la manada' sigue disponible en la red y es accesible para cualquier usuario. Su nombre completo, su DNI, su edad, su lugar de residencia y su centro de estudios, así como fotos de ella y sus amistades que fueron colgadas en las redes sociales están expuestos en algunas páginas web, pese al mandato judicial de mantener a salvo su identidad y su privacidad.
La primera filtración ocurrió la pasada semana en Forocoches y Burbuja.info. Los usuarios de estos foros de Internet publicaron numerosos datos de la víctima e intentaron sortear el bloqueo de los administradores camuflando la información en muchas conversaciones. Los moderadores lograron desactivar las cuentas de los responsables al cabo de unas horas y borraron sus comentarios, pero en el caso de las webs, los datos de la víctima siguen siendo accesibles.
El motivo es que esas páginas tienen la misma consideración legal que cualquier otra publicación de un medio informativo y, por tanto, una protección legal reforzada con respecto a los comentarios de los usuarios de los foros que publicaron esa información inicialmente. Dichos foros, como las redes sociales, tienen sus propias políticas de uso que permiten eliminar determinados contenidos. En el caso de las páginas web, un bloqueo sin orden judicial previa equivaldría a censura.
Su difusión a través de las redes sociales y en mensajes de Whatsapp se amplificó el pasado sábado, lo que provocó que la Agencia Española de Protección de Datos abriera una investigación de oficio y la Policía Nacional elevara al juez un informe sobre las actividades de estas webs. Este martes, el Consejo General del Poder Judicial abrió diligencias este para investigar una posible vulneración de la normativa en materia de protección de datos.
Tras estas iniciativas algunos medios de comunicación minoritarios que habían publicado la identidad de la víctima retiraron esos contenidos. No obstante, otras páginas los mantienen online, sin que esto haya tenido de momento consecuencias jurídicas para ellas o sus responsables.
“La ley da relevancia a la libertad de expresión y de opinión, por encima de la protección de los datos personales, más cuando es un hecho de relevancia pública”, explica Silvia Barrera, inspectora de la Policía Nacional en excedencia, jefa del grupo de forense digital de la Unidad de Investigación Tecnológica durante 3 años.
Pese a ello, Barrera aclara que “la situación que se da en este caso es especial”. “La cuestión es que aquí hay una testigo protegida, algo que hasta ahora nunca había pasado en un tema como este de protección de datos personales, al menos a esta escala. En teoría, permitir la publicación de sus datos sabiendo que es una testigo protegida puede derivar en otro tipo de responsabilidades penales”, explica.
La defensa de la víctima ha anunciado este miércoles la presentación de una denuncia por la difusión de sus datos personales en las redes y algunos medios. Aprecian presuntos delitos de amenazas y contra la intimidad de la joven. Samuel Parra, abogado especialista en la protección de datos, se muestra poco optimista con respecto al recorrido de estas iniciativas legales. “Cuando un contenido se publica en Internet y está ubicado en un sitio diseñado para aguantar este tipo de denuncias, es complicado que se pueda llegar a retirar”, expone.
A las profundidades de la deep web
deep webLa razón, continúa Parra, es que una de las webs que permanece activa con la información personal de la víctima “tiene su versión en la red Tor. Llegar a suprimir eso es imposible”. Tor es un navegador que permite acceder a esa parte de Internet que queda oculta a los buscadores tradicionales. Sin embargo, en el momento de publicación de esta noticia la versión de esa página con información de la víctima es accesible desde cualquier navegador. No ha sido desactivada y está siendo compartida a través de las principales redes sociales.
Como refiere el abogado, la página cuenta con su propio dominio .onion accesible desde Tor como salvaguarda ante una previsible intervención judicial. Se trata de un rincón de la deep web al que la justicia española no puede perseguirla. “Hoy en día se puede montar una empresa en una isla con un servidor Tor funcionando y alojar lo que te de la gana. Y que venga un juez español a decirte algo, puedes pasar completamente del tema”, asevera el abogado.
Parra explica que además de a Tor, se puede recurrir a otras herramientas como dominios registrados por prestadores de servicios “que no se caractericen por proteger derechos considerados, digamos, del primer mundo, como el derecho a la intimidad o a la protección de datos”. “Son prestadores que a no ser que se haya publicado información con delitos muy evidentes, como relacionados con el terrorismo o la pornografía infantil, resisten bastante bien las presiones”.
Los administradores de la página son conscientes de lo que puede suponer la publicación de contenidos con la información personal de la víctima. De hecho, reconocen que se ven obligados “a cambiar de dominio con frecuencia” en un mensaje en la propia web, en el que advierten al lector que su link actual “puede que no sea válido en el futuro”. Recomiendan guardar como enlace permanente su perfil en la red social rusa VK, desde donde actualizan la forma de acceder a la web cuando es desactivada.
El funcionamiento de esta red social es muy similar a Facebook, pero hace todavía más complicada la acción de la justicia. “Ellos alegan que no son nadie para censurar una actividad que en principio no es delictiva”, explica la inspectora Barrera. Tanto ella como Parra adelantan que es muy complicado perseguir este tipo de publicaciones cuando sus administradores conocen las estrategias para sortear los bloqueos legales e ir migrando su contenido de un lugar a otro, con el refugio permanente de la deep web.
“Por mi experiencia, la única forma de pararlo es ir al origen”, opina Barrera: “Hay que erradicar que se de pie a que esas informaciones se empiecen a divulgar”, afirma, refiriéndose tanto al error de la Audiencia Provincial de Navarra, que permitió la descarga de sentencia con todos los datos de la víctima durante algunas horas, como a los medios de comunicación. Algunos de ellos, como El Español, fueron publicando datos aislados que, reunidos por los usuarios de Forocoches y Burbuja.info, les permitieron identificar a la joven.