La aplicación de mensajería WhatsApp acaba de activar las videollamadas, un servicio que irá desplegando progresivamente en los próximos días entre sus más de 1.000 millones de usuarios. Sin embargo, muchos de ellos ya habían probado el servicio, que fue incorporado en las versiones beta previas a la definitiva.
Para usar el nuevo servicio hay que pulsar el botón en la esquina superior derecha de la conversación. Después, WhatsApp nos preguntará si queremos una llamada de voz al uso o con vídeo. En el transcurso de la videollamada, se puede alternar entre la cámara frontal y la trasera, silenciarla o colgar.
La compañía, propiedad de Facebook desde 2014, incorpora así un servicio del que ya disponía el propio Facebook Messenger y otras aplicaciones similares como Skype, LINE, Viber o Apple FaceTime. “Queremos que estas funciones estén disponibles para todos, no sólo para quienes pueden costearse teléfonos más caros y novedosos, o para aquellos que viven en países con las mejores redes de telefonía móvil”, explica la compañía en un comunicado.
En el punto de mira
WhatsApp está siendo investigado por la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) por sus polémicos nuevos términos de uso que introdujo en agosto. En ellos, la compañía de Jan Koum explicaba que transferiría los datos de sus clientes a Facebook y a las otras nueve empresas de Mark Zuckerberg.
El comisionado para la protección de datos de Hamburgo (Alemania) fue más allá a finales de septiembre y prohibió a WhatsApp acceder y guardar los datos de sus usuarios. Además, obligó a la compañía a borrar la información que ya tuviese almacenada. En la misma línea se mostró Reino Unido hace poco.
Recientemente, varias agencias de protección de datos europeas escribieron una carta conjunta a Koum donde expresaban sus dudas y su preocupación por las nuevas condiciones de uso y la política de privacidad del servicio.