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The Guardian en español

Italia, Francia, California... el asombroso confinamiento de China va llegando al resto del mundo

Personal sanitario reparte material médico en Wuhan, donde surgió el brote de coronavirus

Emma Graham-Harrison

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El cierre de la ciudad de Wuhan y de la mayor parte de la provincia de Hubei por las autoridades chinas fue recibido con asombro en todo el mundo. Los expertos advertían de que era una medida sin precedentes y arriesgada para controlar el virus y que podía no funcionar.

Casi dos meses después, el número de casos nuevos por día que China reportó la semana pasada se ha reducido a un solo dígito. El enfoque de Wuhan, que empieza a salir de sus dos meses de aislamiento, se ha convertido en un modelo para otros países con brotes de coronavirus a punto de salir de control. En otros países como Taiwán y Singapur, la enfermedad se ha suprimido o contenido sin medidas tan rigurosas pero con mayor prontitud en la realización de los tests, la localización temprana de los contactos de cada infectado y el distanciamiento social.

Wuhan (China)

El 23 de enero China cerró la ciudad de Wuhan, donde se cree que tuvo su origen el Covid-19 y donde viven 11 millones de personas. Ha sido probablemente el cierre más extremo hasta el momento. Cuando se produjo, fue recibido con cierto escepticismo por la comunidad internacional. No se permitían viajes de entrada o salida de la ciudad, ni siquiera por motivos médicos de peso o razones humanitarias.

El transporte público se suspendió en la ciudad y los vehículos privados tenían prohibido el paso en la mayoría de las circunstancias, salvo cuando formaban parte de los esfuerzos para contener el virus. La mayoría de la población de Wuhan vive en bloques de edificios o en complejos residenciales en los que las visitas estaban prohibidas. Sólo se permitía la entrada a residentes, autoridades y personas que prestaban ayuda a ancianos y discapacitados.

Cerradas por las fiestas del año nuevo lunar, las escuelas y universidades no abrieron cuando terminó el período de descanso. La mayoría de las tiendas permanecieron cerradas, con sólo las farmacias y los supermercados abiertos. Obtener suministros esenciales o ayuda médica eran los únicos dos supuestos que permitían salir de casa. En la calle, todos debían llevar mascarilla.

Dos semanas después del cierre, las condiciones se endurecieron y las autoridades ordenaron registros casa por casa en busca de personas infectadas para obligarlas a entrar en cuarentena.

Algunas restricciones se han levantado para que los empleados de industrias clave puedan volver al trabajo, pero siguen vigentes el cierre de los colegios y las limitaciones en el transporte.

Italia

Italia cerró la región del norte, más afectada por el virus, el 8 de marzo. Dos días después extendió los controles a todo el país: sólo permite los desplazamientos por “situaciones laborales urgentes y verificables, así como emergencias o motivos de salud”.

Las personas que dan positivo en las pruebas de COVID-19 no deben abandonar sus hogares por ningún motivo y se recomienda encarecidamente a los que tengan fiebre o síntomas de infección respiratoria permanecer en sus casas y limitar el contacto social, incluso con el médico.

Para evitar los desplazamientos relacionados con el trabajo, se ha pedido a empresas públicas y privadas que concedan permisos al personal. Los supermercados y las farmacias siguen abiertos, pero poco más.

Las escuelas y universidades están cerradas y todos los exámenes cancelados. Las instituciones religiosas permanecen abiertas siempre y cuando los fieles puedan estar a un metro de distancia unos de otros, pero ceremonias como bodas, bautizos y funerales están prohibidos.

Además de los grandes eventos se han prohibido todas las reuniones “en lugares públicos”. Los museos y lugares culturales permanecen cerrados, así como los cines, teatros, clubes nocturnos y casinos. Los eventos deportivos han sido cancelados y las piscinas, spas, salas de deportes y estaciones de esquí del país también están cerradas.

Francia

El cierre total de Francia comenzó al mediodía del pasado martes 17. La gente tiene prohibido salir de casa excepto para comprar comida o artículos de primera necesidad, visitar al médico o ir a un trabajo certificado como no realizable desde casa. Es necesario portar un documento que acredite el motivo por el que están en la calle, para ser mostrado a las fuerzas de seguridad. Para hacer cumplir el bloqueo se han desplegado unos 100.000 policías, con puntos de control por todo el país.

Son las restricciones de la vida pública más duras que ha tenido Francia en tiempos de paz. El presidente, Emmanuel Macron, habló de la batalla contra el coronavirus como de una “guerra de salud pública... contra un enemigo invisible y escurridizo, no puede haber más reuniones fuera, no se puede ver a la familia o a los amigos en la calle o en el parque”.

Los bares, restaurantes y tiendas de productos no esenciales de Francia ya estaban cerrados desde la medianoche del sábado. Para las guarderías, escuelas y universidades, el cierre se produjo el lunes por la mañana. Como mucha gente seguía reuniéndose fuera, París cerró todos sus parques y jardines.

California, Estados Unidos

Se ha decretado una cuarentena para los casi 40 millones de residentes del Estado y ordenado el cierre de negocios no esenciales con el objetivo de combatir la propagación del coronavirus en el Estado norteamericano de la Costa Oeste.

La medida obliga a los residentes en California a permanecer en casa excepto en caso de necesidades “esenciales”, para lo que estarán abiertas tiendas de alimentación, bancos, farmacias, restaurantes que envíen comida a domicilio y gasolineras.

El plazo del primer cierre de este tipo en Estados Unidos se cumple el 7 de abril. En contraste con las restricciones legalmente vinculantes de otros lugares, las medidas en la bahía de San Francisco tuvieron carácter voluntario hasta este viernes, que el gobernador del estado ha decidido incrementar las medidas y ha decretado la cuarentena obligatoria.

Los residentes pueden salir por tareas esenciales, para hacer ejercicio o para cuidar a otros, pero se les ha pedido que mantengan unos dos metros de distancia con otras personas. Todas las reuniones no esenciales están prohíbidas, independientemente del número de personas, así como los desplazamientos no esenciales “a pie, en bicicleta, en patinete, en automóvil o en transporte público”. Los aeropuertos, los taxis y el transporte público siguen funcionando, aunque sólo para desplazamientos esenciales.

Traducido por Francisco de Zárate

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