Revertir Madrid Central raya la temeridad
Los resultados de las elecciones municipales van a conformar nuevas mayorías de gobierno. Aunque obvio, conviene recordarlo: si hay algo que ha de transcender al debate partidista y a las distintas ideologías políticas es que cualquier gobernante ha de velar por la salud de la ciudadanía y la protección del medio ambiente con el fin de garantizar ciudades sostenibles y saludables.
Sin embargo, las alarmas no han tardado ni 24 horas en sonar ya que en una ciudad icónica como Madrid, el Sr. Almeida, candidato del PP a la alcaldía, lo primero que ha anunciado es que reabrirá Madrid Central a los vehículos contaminantes. Esta medida raya entre la ocurrencia y la temeridad. Convendría refrescarle la memoria porque quizás no recuerde que Bruselas exigió el pasado año, en realidad lo venía haciendo desde hace mucho más tiempo sin mucho éxito, medidas urgentes, creíbles y eficaces para reducir la contaminación atmosférica en los Estados miembros. Y abrió procedimientos contra algunos países por no adoptar medidas urgentes para revertir la situación y esto no pasó con España, como recordó en su momento el comisario de Medio Ambiente de la UE, Karmenu Vella, por las medidas adoptadas en los últimos meses por los ayuntamientos de Barcelona y Madrid, entre ellas Madrid Central.
Hay un hecho que es irrefutable: Madrid Central ha reducido la contaminación y el ruido que causa el tráfico a motor, tanto en el centro como en los alrededores, sin causar el apocalipsis que muchos profetizaban. Por ello, pedimos a quien finalmente ostente la alcaldía de la capital del Estado que se mantenga una medida que se ha demostrado positiva para la salud pública y el medio ambiente. Nuestras ciudades no admiten más humos y mucho menos, los malos humos. Madrid Central no es una rareza, hay Zonas de Bajas Emisiones similares ya implantadas en multitud de ciudades europeas, tras haberse demostrado que reduce el tráfico, la contaminación y el ruido, a la vez que incentiva el uso del transporte público y del número de peatones.
Según los jueces, la ordenanza municipal que da carta de naturaleza a Madrid Central busca “intereses generales como la seguridad vial, la necesaria, ordenada y respetuosa convivencia entre los medios de transporte, la protección de la salud o la sostenibilidad medioambiental, entre otros”. Y frente a ese interés general no pueden prevalecer intereses de otras administraciones públicas ni los intereses particulares de los ciudadanos más intensamente afectados por las medidas, argumentó el tribunal al denegar la suspensión cautelar solicitada por el Partido Popular.
Las emisiones de NOx se han reducido un 38% y las de CO2, un 14,2%. Y a nivel global de la ciudad, la reducción de emisiones alcanzaría el 9% para el NOx y del 2% para el CO2. Es evidente que aún falta por hacer, pero la zona de bajas emisiones es una pieza clave del conjunto de medidas para atajar la contaminación, unas zonas que desde 2023 serán obligatorias en todas las ciudades españolas de más de 50.000 habitantes.
Además, se ha experimentado un aumento de la demanda en los autobuses que pasan por esta área central, de un 6,5% en días laborales y un 10% los fines de semana y festivos, mejorando la regularidad de éstos y reduciéndose el tiempo de espera en las paradas. Y como sucede en actuaciones similares, también ha aumentado la afluencia de visitantes a Madrid Central. Las cifras de transacciones y declaraciones del IVA desmienten las pérdidas que algunos comercios han achacado a la falta de automóviles en el centro. Siempre que se limita espacio al coche surgen miedos y reticencias, pero la experiencia demuestra que cuantos más peatones y menos coches, la actividad comercial aumenta.
Es crucial que los malos humos no nublen la vista de quienes aspiran a la Alcaldía de Madrid. Porque lo que está en juego es la salud de la ciudadanía y su derecho a respirar aire limpio y a disfrutar de un medio ambiente saludable.