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Los hijos de Trump lanzan una marca de hoteles para los votantes de su padre

Se llamará “American Idea”. Será una cadena de hoteles low cost. Empezará en el Estado más pobre de Estados Unidos: Mississippi. Y lo lanzarán los hijos de Donald Trump, Donald Jr. y Eric, al mando del imperio inmobiliario de su padre. El objetivo: traducir en habitaciones, y en dinero, los votos que han llevado al millonario neoyorquino a la Casa Blanca.  

Es una nueva forma de hacer negocio: si Trump le gustó de candidato, le encantará ser su huésped. Es un terreno inexplorado por los negocios hoteleros de una marca que siempre se han especializado en el lujo. 

Lo de rentabilizar el segmento más rural de la población que aseguró la victoria del magnate se le ocurrió a los herederos de Trump durante la gira electoral de su padre por Estados Unidos. Todos esos pequeños pueblos y aldeas en medio de la nada, todos esos horrendos moteles de carretera con vistas espectaculares a estacionamientos y autopistas desembocaron en una idea de negocio. 

Así lo explicó Donald Jr. al presentar el proyecto: “Eric y yo hemos aprendido mucho sobre América en estos dos años. Vimos muchos sitios y muchas ciudades, escuchamos historias que nos emocionaron, gente que sentía verdadero entusiasmo por este país y por todo lo estadounidense en general. Eric y yo, como hermanos, empezamos a hablar y nos dijimos: sabes, creo que hay algo ahí, hay un mercado que nos hemos estando perdiendo al enfocarnos sólo en el segmento más adinerado”.

¿Qué distinguirá “American Idea” de otros hoteles de tres estrellas? Básicamente una decoración patriótica y retro, como viejas máquinas dispensadoras de Coca-Cola y detalles “Made in America”.

Mississippi, el Estado más pobre de Estados Unidos no se ha elegido al azar. En las pasadas presidenciales, Trump ganó a Hillary por 18 puntos. Los hoteles se abrirán primero en Cleveland, Clarksdale y Greenville, localidades rurales de entre 15.000 y 30.000 habitantes ¿A qué clientes pueden interesar estos hoteles? A los que quieren vivir la experiencia Trump o quizás a los turistas que siguen la ruta del blues. En Clarksdale está el Devil’s Crossroad, donde se dice que uno de los precursores del género, Robert Johnson, vendió su alma al diablo para tocar el blues.

Como suele ser el caso en las aventuras inmobiliarias de Trump, la organización delegará en otra firma la construcción y en este caso también la gestión de los hoteles. Para este operación se trata de Chawla Hotels, propiedad de una familia de origen indio que ya opera 17 establecimientos en el delta del Mississippi.

El nombre de Trump no aparecerá en los hoteles, porque sólo se destina a una clientela y establecimientos exclusivos, “a los Turnberrys de este mundo”, explicó Eric Trump al referirse al hotel y campo de golf que gestionan en Escocia. 

Durante la campaña electoral, Suresh Chawla, presidente ejecutivo de la firma que dirige con su hermano, escribió una carta al candidato Trump, en otoño de 2015, que fue publicada en varios diarios locales. En ella contaba cómo su padre, que había creado el negocio, había querido seguir el ejemplo del millonario y que incluso le había llamado a su oficina de Nueva York para pedirle un préstamo de 425.000 dólares. Trump le devolvió la llamada, no le dio el dinero, pero, por lo visto, sí le dio algunos consejos sobre cómo encontrar financiación. 

Los Chawla reconocieron que sus candidatos iniciales eran Hillary Clinton y Marco Rubio y que el ídolo de su padre era Bill Clinton, pero acabaron donando 50.000 dólares a la campaña de Trump. Dinesh Chawla, el otro hermano, confesó que había votado por Obama en 2008.  Asociarse con el inquilino de la Casa Blanca “no tiene nada de político, es exclusivamente negocio”, ha explicado el empresario.

La idea de ampliar el imperio a un nuevo mercado también puede obedecer al temor de que la presidencia de Trump repercute negativamente en sus negocios, ya que estos se sitúan tradicionalmente en grandes ciudades, donde el magnate no es exactamente popular.

Por su parte Eric Danziger, responsable ejecutivo de la división hotelera del imperio Trump, ha negado al New York Times que el mapa electoral, que el nuevo presidente sigue mostrando a sus invitados para recordarles que ha ganado las elecciones, vaya a servir de plan de desarrollo de la nueva marca.

Se llamará “American Idea”. Será una cadena de hoteles low cost. Empezará en el Estado más pobre de Estados Unidos: Mississippi. Y lo lanzarán los hijos de Donald Trump, Donald Jr. y Eric, al mando del imperio inmobiliario de su padre. El objetivo: traducir en habitaciones, y en dinero, los votos que han llevado al millonario neoyorquino a la Casa Blanca.  

Es una nueva forma de hacer negocio: si Trump le gustó de candidato, le encantará ser su huésped. Es un terreno inexplorado por los negocios hoteleros de una marca que siempre se han especializado en el lujo.