¿Qué es la edad biológica? No es la del DNI

Edad biológica y edad cronológica

Darío Pescador

18 de febrero de 2023 22:36 h

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A partir de cierta edad, no es extraño que la gente decida quitarse unos años, especialmente en las aplicaciones de ligue, o ser ambiguos acerca de su fecha de nacimiento, pero estas mentirijillas suelen tener las patas cortas. Intuitivamente sabemos que hay personas que no aparentan su edad, mientras que otras aún no han llegado a cumplir la edad que aparentan. Pero ¿hay una base biológica para que el tiempo pase más lentamente en algunas personas?

La respuesta es la diferencia entre la edad cronológica y la edad biológica. La edad biológica es una medida del funcionamiento fisiológico y la salud de un individuo en relación con su edad cronológica (es decir, su edad real en años). Esto incluye el estado en el que se encuentran las células, los órganos, y la eficiencia de los procesos que nos mantienen vivos. Aunque la fecha del DNI no se puede cambiar, la edad biológica puede variar mucho entre individuos de la misma edad cronológica debido a diferencias en el estilo de vida, la genética y la exposición a factores ambientales.

De qué depende la edad biológica

Uno de los factores que determina la edad biológica es la epigenética, es decir, los cambios en la función de los genes. Aunque el ADN de nuestras células no cambia (a no ser que sufran mutaciones), los genes se pueden “encender” o “apagar” químicamente. Estos cambios, como la metilación del ADN, las modificaciones de las histonas y las moléculas de ARN, determinan la expresión de los genes. Por ejemplo, podemos tener genes que nos predisponen a sufrir obesidad, pero si hacemos ejercicio y comemos bien, es probable que estos genes no se expresen, es decir, estén “apagados”.  

La investigación ha demostrado que los cambios epigenéticos pueden acumularse con la edad, dando lugar a cambios en la función génica que están asociados con el envejecimiento y las enfermedades relacionadas. Por ejemplo, la epigenética puede provocar cambios en los genes que regulan la reparación del ADN, la inflamación y el estrés oxidativo, que pueden contribuir al proceso de envejecimiento biológico. 

Otro factor que hace que envejezcamos a mayor ritmo que el que marcan nuestros años son las células senescentes, también llamadas células zombie. Son células que han dejado de dividirse y ya no son funcionales, pero siguen vivas. Estas células pueden acumularse en los tejidos y contribuyen al proceso de envejecimiento segregando sustancias inflamatorias que pueden dañar las células y tejidos circundantes.

Todos estos factores se reúnen en un índice llamado MARK-AGE, suscrito por 26 países europeos. Sin embargo, todos ellos tienen mucho que ver con lo que hacemos en nuestra vida que con nuestros genes de partida:

  • Estilo de vida: la mala alimentación, la falta de actividad física, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol.
  • Toxinas ambientales: la exposición crónica a contaminantes, radiaciones y sustancias tóxicas, como la contaminación atmosférica.
  • Estrés crónico: puede causar daño oxidativo e inflamación, y un envejecimiento prematuro de las células.
  • Enfermedades crónicas: las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y el cáncer pueden recortar la edad biológica.

Cómo medir la edad biológica

¿Quieres saber cuál es tu edad biológica? Hay varias formas, unas requieren ir a un laboratorio y pruebas complejas, mientras que otras consisten en responder una serie de preguntas. Hay que tener en cuenta que la edad biológica es siempre una estimación:

  • Metilación: los modelos de edad biológica basados en la epigenética analizan los patrones de metilación con un test de ADN en el que se examinan genes específicos. Los resultados de estos análisis pueden utilizarse para comparar la edad biológica de un individuo con su edad cronológica y así predecir el riesgo de padecer enfermedades relacionadas con la edad.
  • Telómeros: los telómeros son los extremos de las cadenas de ADN, una secuencia repetida que sirve para protegerlas, como el plástico en la punta de los cordones de los zapatos. Cada vez que la célula se divide, los telómeros se acortan, y cuando desaparecen, el ADN se “deshilacha” provocando el envejecimiento y la muerte de la célula. Como en el caso anterior se toma una muestra de sangre y se analiza el ADN de los glóbulos blancos (leucocitos).
  • Salud metabólica: un simple análisis de sangre durante un chequeo puede dar muchos datos para estimar la edad biológica, como los niveles de azúcar en sangre, niveles de colesterol e inflamación, que se asocian con el riesgo de enfermedades relacionadas con la edad.
  • Sistema inmunitario: nuestras defensas no solo nos protegen de virus y bacterias, sino que se dedican a eliminar las células dañadas, envejecidas o cancerosas. Es fácil entender por qué el sistema inmunitario determina el envejecimiento. Para evaluar su funcionamiento hay un test en el que analiza la inmunoglobulina G (IgG), una proteína presente en el suero sanguíneo que interviene en la respuesta inmunitaria, y que da una medida de la edad biológica. 
  • Pruebas físicas: ¿puedes sentarte y levantarte del suelo sin manos? Y ¿cuántas flexiones seguidas puedes hacer? Pruebas como estas permiten dar una medida de la resistencia, la flexibilidad, el equilibrio y la fuerza, que están relacionadas con el deterioro de la movilidad y el envejecimiento. 
  • Pruebas cognitivas: el declive de la función del cerebro es uno de los signos de envejecimiento prematuro. Lo que se ha podido descubrir es que la medida de la inteligencia en la juventud, tomada como coeficiente intelectual, predice el nivel de envejecimiento biológico más adelante en la vida.  
  • Cuestionarios: hay varias calculadoras en Internet basadas en encuestas sobre nuestra salud básica y nuestros hábitos de vida (dieta, ejercicio y satisfacción general). Como se trata de medidas estadísticas y aproximadas, podemos obtener números distintos, pero nos pueden orientar bien sobre nuestra edad biológica real.  

¿Se puede retrasar la edad biológica?

Los años de nuestra vida no se pueden rebobinar, pero teniendo en cuenta los factores que determinan la edad biológica, ¿es posible rejuvenecer reparando nuestros tejidos y devolviendo la funcionalidad a nuestros genes? Algunos experimentos indican que sí. 

Un pequeño estudio en California comprobó que los voluntarios sanos perdieron una media de 2,5 años de su edad biológica en un año, medida según un análisis genómico. El secreto para rejuvenecerlos está en la glándula del timo, encargada de despachar las células T que nos protegen de las infecciones y el cáncer. Esta glándula pierde función con la edad, pero con un cóctel de hormona de crecimiento, la prohormona DHEA y el medicamento para la diabetes metformina no solo se detuvo el reloj biológico, sino que se consiguió rejuvenecer el timo, sino que mejoraron sus marcadores genéticos de edad biológica y se eliminaron las células senescentes.

Medicamentos aparte, una cosa es segura: la edad biológica de las personas que no fuman, beben poco alcohol o nada, hacen ejercicio regular y abandonan la comida basura es por lo general menos que la que indican las velas en su tarta de cumpleaños.

  * Darío Pescador es editor y director de la revista Quo y autor del libro Tu mejor yo publicado por Oberon.

¿En qué se basa todo esto?

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