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Bitcoin da el gran salto a pesar del recelo de los gobiernos

Bitcoin, como divisa de cambio, ha pasado a ser conocida fuera de la red. Además se ha desarrollado un gran ecosistema de mercadeo de bienes y servicios a su alrededor. Fue protagonista de principio a fin de 2013, pero también ha despertado el interés de los gobiernos, que han comenzado a plantear las formas de regular su uso.

2014 ha arrancado con cerca de 150.000 direcciones bitcoin únicas activas frente a las 35.000 con las que empezó el año anterior, es decir, cuentas creadas dentro del sistema con su propio generador que contienen una unidad o más. No hay que asociarlo directamente a número de usuarios porque es frecuente que se generen nuevas direcciones para nuevas transacciones entre los mismos participantes, pero permite apreciar la dinamización de uso a lo largo del tiempo.

La oferta ha aumentado y ya se han superado los 12 millones de bitcoins, pero también lo ha hecho la demanda, lo que ha provocado un incremento del precio de compra en los mercados de cambio por divisas. La casa de cambio de referencia, Mt.Gox, abrió el 1 de enero de 2013 a 10,2 euros por bitcoin y cerró el 31 de diciembre a 579,9 eur/btc, es decir, el crecimiento anual acumulado fue del 5.570%. Una explosión de la que también merece reconocimiento la Bitcoin Fundation, un organismo de finales de 2012 creado para vigilar y controlar lo que ella misma define como libre y descentralizado.

El primer impulso coincidió con la crisis del euro de la pasada primavera. Su valor pasó de poco más de 25 eur/btc a principios de marzo a casi 165 en su pico, el 9 de abril. Pero Mt.Gox no disponía de una infraestructura preparada para tanto éxito, y sufrió una caída del sistema que provocó pánico en los inversores. Su precio se hundió en cuatro días. En ese periodo el volumen de negocio en ese mercado rebasó en dos ocasiones los cuatro millones de euros al día y se estabilizó por encima del millón. Aquella fue su primera gran caída desde la del miniboom experimentado en 2011.

Con la fama llegaron nuevos agentes, unos interesados en el largo plazo y otros cortoplacistas, incluso fondos buitre, multiplicando su volatilidad. Hasta que en octubre todo se disparó. En un mes y medio pasó de 100 eur/btc a 875 eur/btc, superando incluso denuncias de que el sistema estaba corrupto y podría ser controlado por una minoría de mineros. Después, en cuatro semanas bajó a 550 eur/btc por la orden del Gobierno chino a sus bancos de no aceptar los bitcoin en ninguna transacción, rebotó hasta 700, descendió a poco más de 400 para encontrar su suelo y se estabilizó de vuelta a los 500 eur/btc.

Mira mamá, salgo en la tele

Si hay dinero, hay foco. La espiral creciente de popularidad de las bitcoin atrajo las miradas de los medios de masas, que trataron de explicar a su manera cómo puede existir algo tan grande sin padre ni madre conocidos, solo un creador misterioso llamado Satoshi Nakamoto cuyas referencias apuntan más al Espíritu Santo que a una persona real.

El ruido comenzó con su primer pico de precio, el de marzo y abril. Fue cuando llamó por primera vez la atención de un periodismo que hasta entonces desconocía o no consideraba este proyecto. Basta con echar un vistazo al buscador de la web de RTVE para comprobar cómo coinciden sus apariciones con los momentos calientes de su cotización, que incluso le dedicó un espacio en La tarde en 24h. Las webs de inversión y mercados también le han dado el visto bueno, poco a poco sitios como bolsamania o eleconomista van incluyendo su cotización diaria en su cesta de divisas.

Como divisa virtual que es, el ruido generado ha tenido repercusión continua en internet. Esta es la gráfica de búsquedas en Google durante los últimos doce meses, con una forma que coincide en forma pero no en intensidad con la de cotización.

Regulación externa, entran los gobiernos

Regulación externa, entran los gobiernosAnte este crecimiento, este año también ha sido el de la regulación, al menos en cuanto a las operaciones de intercambio y los beneficios que genera. Los gobiernos de los dos países que muestran mayor dinamismo en el mercado de Bitcoins, Estados Unidos y China, ya han comenzado a debatir la forma de legislar sobre esta criptomoneda. No es sorprendente porque una moneda de curso alegal estaba destinada a ser vehículo de operaciones ilegales como el blanqueo de capitales o la venta de droga al estilo Silk Road. El FBI cerró el pasado otoño este supermercado online oscuro, solo accesible mediante Tor, y se incautó de 3,6 millones de bitcoins en el que es hasta ahora el caso más sonado de compraventa multitudinaria con esta criptomoneda.

De repente se convirtió en un tema de interés nacional en Estados Unidos y llegó al Senado, que estudia si autorizar o regular su existencia. El debate se centra en el anonimato en las transacciones porque algunos como el senador del partido Demócrata Tom Carper ven riesgo por la venta de “armas, pornografía infantil e incluso sicarios”. Sin embargo para Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal de EE.UU., las criptomonedas virtuales pueden ser “promesas a medio-largo plazo” para lograr sistemas de pagos más rápidos y seguros en el mundo digital.

China ha sido rápida en definir su posición. En un comunicado difundido por el Banco Popular Chino y cinco ministerios el 5 de diciembre de 2013 reconoció que “el comercio con Bitcoins constituye un método de comprar y vender online materias primas, y las personas son libres de participar mientras estén dispuestas a asumir el riesgo”, pero también recalcó que “no tiene el mismo estatus que una moneda legal” y por tanto no debería ni puede ser usada como tal. Fue uno de los desencadenantes de la reciente pérdida de valor. Entonces BTC China, el mayor operador mundial con bitcoins, suspendió parte de sus servicios y varias empresas del país dejaron de aceptar pagos.

Mientras tanto, Europa se está movimiento más despacio y a distintas velocidades. La Autoridad Bancaria Europea (ABE) emitió un comunicado “alertando sobre la serie de riesgos que derivan de la compra, la posesión y el comercio con divisas virtuales como Bitcoins”, pero no se ha puesto en marcha ningún mecanismo de regulación supranacional. Está siendo una tarea de país a país, y mientras que algunos como Noruega van a establecer impuestos semejantes a los que gravan otros productos financieros, otros como Dinamarca aclaran que su marco jurídico no reconoce esta figura y por tanto la gente es libre de operar como desee.

Un negocio más allá del mundo virtual

Un negocio más allá del mundo virtualHasta el boom, tanto la minería como el uso de bitcoins era principalmente casero, arraigado en lo más profundo de internet, alimentándose de los recursos personales de curiosos que se atrevían a experimentar, aprender, ganar dinero o solo participar. Pero la explosión de su cotización y la difusión de los medios han atraído a auténticos inversores.

Frente a las agrupaciones tradicionales de mineros (así se reparten la cuota actualmente) se han creado compañías con numerosos equipos instalados en centros de datos de todo el mundo con ordenadores configurados exclusivamente para este propósito, como una especie de buscadores de oro del siglo XXI picando en su propia mina. Entre ellos destaca Emmanuel Abiodum, un extrabajador del HSBC que posee instalaciones en Islandia y Estados Unidos y alquila equipos virtuales a sus 4.500 clientes por 999 dólares.

La conexión de esta criptomoneda virtual con el mundo real se ha intensificado en el último año a medida que los medios de comunicación de masas han puesto su nombre en bocas nuevas. En primer lugar por el gasto en hardware y electricidad que acarrea la minería, cada vez más exigente en la obtención de recursos dado que el algoritmo ha sido creado para dificultar el descubrimiento de un nuevo paquete si los mineros avanzan demasiado rápido. También por el crecimiento del comercio de bienes y servicios que se pueden pagar con la moneda, como por ejemplo la matrícula de un curso de la Universidad de Nicosia.

Y por último está por toda la infraestructura financiera que se ha creado en torno a la divisa con sus casas de cambio, préstamos e incluso algún cajero automático. Aunque BitcoinATM, que ya ha presentado su máquina en un evento celebrado en San Diego, fue la primera en proponer este modelo, RoboCoin se adelantó al poner en marcha el primer cajero de este tipo en Vancouver, Canadá, el pasado mes de octubre.

En un mes movió más de un millón de dólares canadienses y asegura que ya tiene licencia para instalarse en Hong Kong a finales de este mes. El elemento común en estos casos es que permiten ingresar divisas para obtener Bitcoins y viceversa o conectarse al monedero virtual del cliente.

El mundo político y el financiero ya están involucrados en bitcoin. Aunque no puedan alterar la ecuación de partida, sus decisiones pueden ser determinantes para este año.