Los modelos de producción y distribución de la cultura evolucionan constantemente, pero esto no es algo nuevo. De las películas de 35 milímetros al digital, pasando por el VHS y el DVD, la industria del cine ha tenido que adaptarse constantemente a un entorno cambiante.
Sin embargo, la aparición de internet lleva ya unos años tambaleando los cimientos del sector. En los últimos dos años hemos vivido una explosión de plataformas de distribución de cine online en nuestro país. Filmin, Cineclick, Wuaki y Filmotech son sólo algunas de la amplia oferta que existe.
Pero, ¿hay una fórmula? ¿Qué aportan al cine y a los usuarios? El festival de cine en Creative Commons, CC Mad, que se celebra del 23 al 26 de enero en La Casa Encendida de Madrid, ha inaugurado su tercera edición con un nuevo encuentro de #redadas para intentar arrojar algo de luz sobre estas cuestiones.
“Hace dos años se hablaba del auge de crowfunding. Muchas plataformas se han caído y otras se han mantenido. Vivimos lo mismo con las plataformas de distribución online. Hay propuestas de todo tipo, algunas tienen objetivos más comerciales, otras de difusión de los autores”, explica Luis Román, director del festival. El prime time ha desaparecido. O por lo menos tal y como lo conocíamos, porque ahora es la propia audiencia quien decide qué quiere ver.
“Con internet vimos que nos estábamos quedando fuera de juego, debíamos cambiar radicalmente la manera de distribución de contenidos, de hecho, cambiamos hasta nuestro nombre”. Quien lo explica es Pablo Romero, director de Yomvi, una plataforma impulsada por Canal+ que permite ver películas y series online combinando propuestas de cine comercial con proyectos poco conocidos. El pasado diciembre, 600.000 usuarios vieron 4.000.000 de películas o capítulos de series a través de este canal. Para él, la clave está en el modelo de desarrollo: apuestan por crear una marca fuerte, por “convencer a los usuarios” de la calidad de sus contenidos y que paguen por ellos.
Uno de esos proyectos menos conocidos pero de calidad a los que apoyan es #LittleSecretFilm, que propone un nuevo modelo de producción de películas basado en el riesgo: los autores deben crear una película en 24 horas, en secreto y estrenarlas online. Los contenidos se alojan en canales como Vimeo de manera gratuita.
“En España el usuario no está dispuesto a pagar por contenido online. Eso nos hizo apostar por plataformas gratuitas, porque nuestro objetivo es que estos trabajos se vean. En países como Estados Unidos hay películas que han recaudado mucho más online que en taquillas, pero aquí no hay un gran retorno”, explica una de sus promotoras, Haizea G. Viana.
El rápido fin de la vida comercial de las películas hace que muchas propuestas de calidad “se queden en el cajón”, afirma Víctor Berlín, fundador de Plat.tv, plataforma en la que los autores deciden subir libremente sus trabajos cuando han amortizado la obra. El espacio tiene más vocación pedagógica que de negocio. Las películas se comentan, se pueden ver sin registro ni pago en cualquier país del mundo y cubre costes a base de donativos.
Contenidos exclusivos
Pero no todo es gratuito. #LittleSecretFilm también apuesta por acuerdos comerciales con Yomvi o televisiones como Calle13 con los que consiguen un espacio de difusión con el que se remunera el trabajo de los autores. Para Pablo Maqueda, otro de los artífices de este proyecto, el éxito en internet pasa por ofrecer contenidos exclusivos.
Este es el camino que sigue 400Films, una plataforma de cine que es a la vez un medio de comunicación. Olatz Herrera, cofundadora, explica que el proyecto nace de una necesidad. “Hay muchas películas que no llegan a los cines o que incluso no consiguen distribución. Nuestro criterio para seleccionar las películas es la calidad de la cinta, pero una calidad desde el punto de vista periodístico, crítico”, añade. Así, presentan las películas revestidas con artículos, críticas y entrevistas que explican por qué recomiendan ver ese filme y que aportan un valor añadido al espectador.
Cada plataforma trata de cubrir una necesidad concreta, ya sea de los espectadores o de los propios autores. “Hay lugar para todas. En tres o cuatro años habrá muchísimas más. Algunas plataformas se caerán pero surgirán otras”, apunta Herrera. Ante esta amplia gama de plataformas de cine online –España es uno de los países del mundo con mayor oferta de estas plataformas-, con precios y servicios que también varían de unas otras, buscadores de contenido audiovisual como encuentratupeli.com se convierten en un aliado fundamental de los espectadores.
Oferta dispersa
En España no existe una gran plataforma que aglutine una amplia oferta a precios reducidos, como Netflix, que se erige como el rey de los vídeos a la carta en Estados Unidos y Reino Unido. Pero a pesar de que Netflix quiere expandirse por Europa, en España pasa de largo. “¿Para qué irte a mercados pequeños? Después de hacerse con los mercados más importantes a nivel audiovisual, los siguientes en la lista son Alemania y Francia”, apunta Romero. “La gente cada vez se acostumbra más a ver cine online. Yo creo que este es el futuro. El debate no es plataformas online sí o no, sino cómo, con qué contenido y con qué mimo. Como medio de comunicación tenemos la responsabilidad social de hacer llegar buen cine a todo el mundo”, señala Herrera.
Buen cine, online y offline. Quien quiera cambiar la pantalla del ordenador por la de cine tendrá una buena oportunidad estos días. En La Casa Encendida se pasarán 22 películas con licencia Creative Commons que muestran diferentes modelos de producción y distribución adaptados a la realidad del presente. Entre los filmes que propone el CC Mad se podrán ver “La Luz de Mafasca” de Zacarías de la Rosa, “El Espectáculo” de Erika Sánchez y Xavi Esteban y “15M: Excelente. Revulsivo. Importante” de Stéphane Grueso, todas ellas presentadas por sus directores.