Tras desvelarse que Estados Unidos había financiado entre 2009 y 2012 a través de su agencia de cooperación y ayuda humanitaria (USAID), una red social que pudiera desencadenar una “Primavera Cubana” las reacciones se han sucedido en la última semana, en particular, en las sesiones de control celebradas en el Senado de los Estados Unidos. Desde la calificación de “idea disparatada”, por parte del senador Patrick Leahy, hasta el apoyo, dos días después, del presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores, Robert Menendez.
Sin embargo, a fecha de hoy, a pesar de las explicaciones del director de USAID, Rajiv Shah, que durante tres días consecutivos ha estado compareciendo en distintas comisiones del Senado, y de los comunicados emitidos por los distintos implicados (como el de USAID -“Ocho datos sobre ZunZuneo” publicado en el blog de la agencia un día antes de iniciarse la ronda de declaraciones- o el de la operadora española Lleida.net, del que informamos en su momento), quedan muchos interrogantes por aclarar.
De qué persona o departamento partió la idea de poner en marcha este tipo de programas, en cuántos países se ha llevado a cabo, cuál era el objetivo final de los mismos, hasta dónde llega la participación de las empresas contratadas, o si se han vulnerado derechos de los usuarios (algo que, en el caso ZunZuneo parece más que probado) son algunas de las cuestiones que todavía permanecen en el aire.
“¿De quién fue la idea?”, preguntaba rotundo y serio Leahy, presidente de la comisión del Senado que fiscaliza el presupuesto y las actuaciones de la agencia gubernamental USAID a su director, Rajiv Shah el pasado martes. Ante las respuestas evasivas, Leahy inisitió hasta cuatro veces, en un tono cada vez más enojado: “¿De quién fue la idea?”. Finalmente Shah tuvo que admitir: “No lo sé específicamente”.
Rajiv Shah, un médico de Detroit, especializado en gestión sanitaria, llegó a USAID en 2009 tras un breve paso por el Departamento de Agricultura. Antes había sido el responsable de los programas de desarrollo agrícola de la Fundación Bill & Belinda Gates (una iniciativa bajo sospecha por su vinculación a Monsanto y cuyo actual director es un extrabajador de la multinacional de semillas transgénicas).
Para evitar la respuesta directa a la pregunta del senador Patrick Leahy, Shah había argumentado que ZunZuneo se diseñó entre 2007 y 2008, antes de su mandato, y que no era un proyecto anómalo, porque “crear plataformas que mejoren la comunicación en Cuba y en otros muchos lugares es una parte central de lo que USAID está haciendo en el mundo”.
De hecho, The Atlantic ha repasado, a raíz de las revelaciones de Associated Press, las relaciones de la empresa Mobile Accord (contratista de USAID para ZunZuneo) con la Administración norteamericana y, entre otros vínculos, se encuentra un precedente paquistaní: “Humari Awaz” (o “Nuestra Voz”) presentado por Hillary Clinton durante una visita a ese país como “la primera red social paquistani basada en la telefonía móvil” y desarrollado por la misma compañía.
El contexto de estas acciones estaría en la intención de implantar “un solo internet donde toda la humanidad tenga el mismo acceso a los conocimientos y las ideas”, tal como defendía en 2010 Clinton en su discurso sobre “Libertad de Internet” en el Newseum.
Una afirmación que, tres años después, a la luz de las revelaciones de Snowden, tiene otro alcance.
Para Glenn Greenwald, el periodista a quien Snowden confió los documentos secretos de la NSA, ZunZuneo sería solo “una gota de agua”una gota de agua: “Las discusiones sobre la forma de explotar Internet, en especial las redes sociales, para difundir subrepticiamente puntos de vista cercanos a los intereses occidentales y difundir información falsa o perjudicial sobre objetivos aparecen repetidamente en todo el archivo de los materiales de la NSA proporcionados por denunciante Edward Snowden”.
Como prueba de ello The Intercept publicó uno de estos documentos en el que el GCHQ (la agencia de espionaje británica colaborada de la NSA en el espionaje masivo) contemplaba explotar plataformas sociales como Twitter como instrumentos de propaganda.
Precisamente, gran parte de los esfuerzos de comunicación de USAID se han centrado durante toda la semana en desmentir esa intencionalidad política. En el comunicado en su blog, la agencia de cooperación precisaba: “La referencia específica [en los documentos a los que AP había tenido acceso] a las ”smart mobs“ no tenía nada que ver con Cuba ni ZunZuneo. Los documentos no representan la posición del gobierno de los EEUU o reflejan el espíritu o las acciones emprendidas en el marco del programa en Cuba. El proyecto inicialmente envió noticias, resultados deportivos, el clima y asuntos triviales. Después de lo cual, la empresa concesionaria no dirigió contenido porque los usuarios lo estaban generando por su cuenta”.
Sin embargo, poco después AP contradijo esta afirmación al publicar ejemplos de algunos mensajes de tinte político que se habrían enviado a los suscriptores de la red, escritos por el artista satírico cubano residente en Chile, Alen Lauzán Falcón, a quien se había contratado para esa labor.
En todo caso, el contenido preciso de los mensajes no es particularmente relevante a la luz de las investigaciones sobre la potencia de las redes sociales para crear “multitudes inteligentes” (“smart mobs”), por usar el término de Rheingold, capaces de auto-organizarse y crear movimientos de protesta.
Así, Rasha Abdulla, de la Universidad Americana de El Cario, en un ensayo de 2011 sobre el uso de los distintos medios sociales por parte de los activistas egipcios en los años previos al estallido de la “Primavera Árabe” (“The Revolution Will Be Tweeted”), destaca el impacto que tuvieron actividades cotidianas y aparentemente triviales en la Red, al permitir crear una cultura de comunicación democrática y horizontal y al promover vínculos de pertenencia entre personas que no se conocen. Estas comunicaciones intrascendentes demostraban “el papel que los medios sociales han jugado durante años preparando indirectamente a sectores de jóvenes egipcios para este momento [las protestas de la plaza Tahrir] y capacitándoles para aprovechar la oportunidad para el cambio cuando llegó el momento…”.
Todo apunta a que justamente esta era la idea que buscaba lograrse con el “Twitter cubano”.
Pero ¿y si se fallaba? Zeynep Tufekci, socióloga y profesora de la Universidad de Princeton que investiga el impacto social de la tecnología, censura que nadie se plantease ese escenario y previese el daño que podría causarse “a activistas que usan herramientas digitales para organizarse frente a regímenes autoritarios”.
También fue esta una de las críticas del senador Leahy al director de USAID durante su comparecencia: “Estamos recibiendo correos electrónicos de los empleados de la USAID en todo el mundo diciendo: '¿cómo pudieron hacer esto y ponernos en peligro?'”, le dijo.
Otro de los reproches fue el de poner en peligro a ciudadanos norteamericanos, como Alan Gross, quien fue arrestado en Cuba en diciembre de 2009 mientras trabajaba como empleado contratado por USAID. Gross suspendió este viernes la huelga de hambre que había iniciado el 3 de abril, coincidiendo con la exclusiva de AP. “La revelación de que USAID había implementado ZunZuneo aún después de su detención, fue para Gross ”la gota que colmó el vaso“”, según declaraciones de su abogado recogidas por France Press.
Finalmente el Senado, a través de la Comisión de Exteriores presidida por Robert Menendez, ha decidido revisar todo el programa y otros similares con la idea de poder seguir apoyándolos y financiándolos.
Actuaciones en España
En cuanto a la participación española, que habría sido de forma “no activa” según afirmó la empresa señalada en los documentos (Lleida.net), y a sus posibles responsabilidades, hemos podido saber que, por el momento, la Agencia Española de Protección de Datos no ha iniciado ninguna actuación.
Aunque que para que la AEPD actúe en materia de tutela de derechos hace falta una denuncia previa (según el artículo 117 del Reglamento de desarrollo de la Ley Orgánica de protección de datos), no es así cuando se produce al amparo de su capacidad sancionadora. En este caso (art. 120 y siguientes) la AEPD puede actuar de oficio.
La AEPD es competente para evaluar si ha habido alguna vulneración en materia de protección de datos (por ejemplo, si se hizo un tratamiento automatizado sin que mediase el consentimiento expreso de los usuarios, o si este consentimiento era para otro fin, como parece que ocurrió); de servicios de la sociedad de la información y de comercio electrónico (como el envío de mensajes no solicitados, prohibido -con salvedades- por la Ley 34/2002 ); o de las obligaciones impuestas a los operadores por la Ley 32/2003 General de Telecomonicaciones (como el secreto de las comunicaciones que podría haberse vulnerado de ser cierto que se realizaban perfiles en función cómo interactuaban los usuarios ante los mensajes recibidos).
Es decir que la AEPD es competente para sancionar tanto si se vulnera la ley de protección de datos carácter personal, y no se cumplen las obligaciones que contempla, como la de servicios de la sociedad de la información y de comercio electrónico (Ley 34/2002), o la Ley General de Telecomunicaciones Ley 32/2003.
En este caso, además de evaluar la normativa y sopesar las posibles infracciones, habría que determinar previamente en qué consistió la participación de los distintos agentes que intervinieron en ZunZuneo, para poder concluir si hubo alguna infracción de las normas mencionadas.
Las actuaciones previas que puede iniciar la Agencia con anterioridad a la apertura de un procedimiento sancionador se pueden llevar a cabo “bien por iniciativa propia o como consecuencia de la existencia de una denuncia o una petición razonada de otro órgano”. Hasta el momento no tenemos conocimiento de que se haya producido ninguno de estos supuestos.
Lleida.net, una empresa pionera en las comunicaciones electrónicas certificadas, con una estrecha relación con la Guardia Civil para quien ha desarrollado varios programas, tiene una delegación en Miami desde 2012.