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La historia da la espalda a la población refugiada de Palestina

UNRWA España

Gaza —

Tanto jóvenes como mayores siguen sobreviviendo en medio de la indescriptible violencia de casi nueve meses de guerra. En casi nueve meses 37.626 personas han sido asesinadas en Gaza por el ejército israelí.  

Abu Kefah Qadih, refugiado de Palestina de 81 años de Khan Younis, ha soportado el desplazamiento forzado no una, sino dos veces en su vida. Cuando era niño, vivió el horror de la Nakba: el desplazamiento masivo y el despojo de palestinos y palestinas durante la guerra Árabe-Israelí de 1948. Ahora se ha visto obligado a presenciar el destierro de sus propios nietos. Juntos están viviendo actualmente la misma terrible experiencia que él conoció demasiado bien cuando era niño. Esta desgarradora realidad deja al anciano profundamente conmocionado, destrozando cualquier esperanza que pudiera haber tenido de que su familia pudiera salvarse de un destino tan cruel. 

“Las escenas que presencié cuando era niño se repiten con mis propios nietos”, se lamenta con la voz temblorosa de pura emoción. “Observar impotente cómo la gente huye de la muerte, obligada a vivir en tiendas de campaña destrozadas, aferrándose a la desesperada esperanza de algún día regresar a casa, me destroza el corazón”, cuenta Abu Kefah. 

Sus ojos envejecidos reflejan el cansancio de una vida llena de desplazamiento y pérdida implacable. “Muchos han sido asesinados y sus hogares reducidos a escombros, pero aun así nos mantenemos firmes”, afirma mientras se le escapa una lágrima de los ojos. 

Hajjeh Zainab, de 88 años, es otra superviviente de la Nakba. Su familia huyó en 1948 de las tierras de pastoreo que llamaban hogar en el área de Maghazi, al sur de Wadi Gaza. 

Antes de la Nakba, su familia cultivaba la tierra y vivía del ganado que criaba, como ovejas, cabras y camellos. Hajjeh Zainab recuerda: “Solíamos honrar a los huéspedes y darles la bienvenida a nuestros hogares y a nuestras tierras de las que nos veíamos obligados a huir. Nosotros, la buena gente de esta tierra, vivimos una vida sencilla llena de amor, armonía y felicidad. Pero una noche, las pandillas nos atacaron, nos mataron, masacraron a nuestros hijos, familias y hombres, y nos obligaron a abandonar nuestros hogares bajo amenaza de fuego, asesinatos y masacres”, lamenta. 

Ahora está soportando nuevos desplazamientos. “Fuimos desplazados de nuestros hogares en el área de Maghazi a escuelas en Nuseirat. Durante ocho meses no salimos de la escuela porque no podíamos encontrar un lugar seguro y no teníamos alternativas. Vivíamos en la escuela, que fue bombardeada varias veces. Experimentamos todas las formas de sufrimiento, fatiga y miedo. La mayoría de nosotros resultamos heridos por metralla y fuego mientras dormíamos en nuestras habitaciones. Creíamos que los refugios de UNRWA serían seguros, pero incluso las escuelas fueron bombardeadas y atacadas”, dice.   

“Nuestras casas fueron atacadas y grandes bloques quedaron completamente arrasados. Perdimos a muchos familiares, vecinos y amigos. Perdimos el ganado y las aves de corral que criábamos, y nuestras tierras que cultivábamos con nuestro sudor fueron arrasadas. El momento más trágico fue cuando la escuela en la que nos habíamos refugiado fue bombardeada. Me recuerda al miedo y horror de nuestro desplazamiento en 1948”, explica Hajjeh Zainab. “Había partes de cuerpos esparcidas en el patio de la escuela. Fue una escena aterradora. Los gritos de auxilio de los heridos, las víctimas, los niños, los hombres y las mujeres resonaron, pero no fuimos rescatados hasta mucho después, cuando la mayoría ya había perdido la vida”. 

La población refugiada de Palestina ha estado viviendo una tragedia desde la Nakba de 1948. Están cansados del dolor, la pena, la muerte y el tormento. Sus recuerdos, y hogares se perdieron durante la Nakba y ahora viven una nueva en la que se repite la misma escena de horror, pero a mayor escala.  

“¿Hasta cuándo viviremos estas tragedias? ¿No tenemos derecho, como seres humanos, a vivir una pequeña parte de la vida? He cumplido 88 años y nunca había visto tanta devastación. No hay diferencia entre una tienda y otra; todos estamos en la misma miseria”. 

Lamentablemente, una nueva generación de refugiados y refugiadas de Palestina en Gaza cargará con un trauma como el que soportaron Hajjeh Zainab y Abu Kefah Qadih.  

Tanto jóvenes como mayores siguen sobreviviendo en medio de la indescriptible violencia de casi nueve meses de guerra. En casi nueve meses 37.626 personas han sido asesinadas en Gaza por el ejército israelí.  

Abu Kefah Qadih, refugiado de Palestina de 81 años de Khan Younis, ha soportado el desplazamiento forzado no una, sino dos veces en su vida. Cuando era niño, vivió el horror de la Nakba: el desplazamiento masivo y el despojo de palestinos y palestinas durante la guerra Árabe-Israelí de 1948. Ahora se ha visto obligado a presenciar el destierro de sus propios nietos. Juntos están viviendo actualmente la misma terrible experiencia que él conoció demasiado bien cuando era niño. Esta desgarradora realidad deja al anciano profundamente conmocionado, destrozando cualquier esperanza que pudiera haber tenido de que su familia pudiera salvarse de un destino tan cruel.