UNRWA es la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Medio. Desde 1949 trabajamos para proporcionar asistencia, protección y defensa a más de 5 millones de refugiados y refugiadas de Palestina, que representan más de la quinta parte de los refugiados del mundo y que actualmente viven en campamentos de refugiados en Jordania, Líbano, Siria y el territorio Palestino ocupado (la franja de Gaza y Cisjordania), a la espera de una solución pacífica y duradera a su difícil situación.
Pierre Krahenbühl, Comisionado General UNRWA: “La financiación humanitaria debe despolitizarse”
En primer lugar, deseo transmitir – con confianza y determinación – a los refugiados y las refugiadas de Palestina en Cisjordania, incluida Jerusalén Este, Gaza, Jordania, Líbano y Siria, que nuestras operaciones continuarán y nuestra Agencia prevalece. En el corazón de nuestra misión están la dignidad y los derechos de una comunidad muy angustiada que se enfrenta a una profunda inestabilidad. La decisión sobre financiación de un estado miembro individual – aunque haya sido nuestro donante históricamente más generoso y consistente – no modificará o impactará en la energía y la pasión con la que abordamos nuestro papel y responsabilidad hacia los refugiados palestinos. Solo fortalecerá nuestra resolución.
Para mis colegas, tanto palestinos como internacionales, confirmo que nos aplicaremos, nos esforzaremos, con cada pizca de energía y creatividad para seguir cubriendo las necesidades de la comunidad de refugiados y preservaremos servicios vitales para la población. Todo el personal humanitario estará en sus lugares de destino y mantendremos nuestras instalaciones abiertas y seguras. En este momento es crucial transmitir un sentimiento muy fuerte de unidad y determinación.
La notable historia de UNRWA se compone de millones de actos desinteresados y valientes en una de las regiones del planeta más polarizadas y emocionalmente cargadas del mundo. Me siento orgulloso y honrado de dirigir esta agencia y deseo rendir homenaje a las decenas de colegas que han perdido la vida en los últimos años, particularmente en Gaza, Siria y Cisjordania.
Fuimos creados en 1949 para proporcionar asistencia y protección a los refugiados y las refugiadas de Palestina, a la espera de una solución justa y duradera a su difícil situación. Esta fue y sigue siendo la expresión de la voluntad colectiva de la comunidad internacional y de la Asamblea General de Naciones Unidas, que elogió sistemáticamente los resultados en desarrollo humano logrados por UNRWA y amplió su mandato. El Banco Mundial ha calificado nuestro sistema educativo como un “bien público mundial”.
La necesidad de acción humanitaria surge de la violencia extrema, el dolor, el sufrimiento y la injusticia causados por la guerra. En el caso de los refugiados y las refugiadas de Palestina, a consecuencia del desplazamiento forzado, el despojo, la pérdida de hogares y medios de subsistencia, así como por la apatridia y la ocupación. No importa cuántas veces se intente minimizar o deslegitimar las experiencias individuales y colectivas de los refugiados y las refugiadas de Palestina, el hecho innegable es que tienen derechos bajo la ley internacional y son 5,4 millones de hombres, mujeres y niños que, sencillamente, no pueden dejarse de lado.
La responsabilidad de la naturaleza prolongada como refugiados de la población refugiada de Palestina, el creciente número de refugiados y el crecimiento de las necesidades, recae directamente en los partidos y en la falta de voluntad o incapacidad absoluta de la comunidad internacional de lograr una solución negociada y pacífica en el conflicto entre Israel y Palestina. El intento de hacer de UNRWA de alguna manera responsable de perpetuar la crisis es, en el mejor de los casos, falsa.
Por desgracia, no hay nada único en la naturaleza prolongada de la crisis de los refugiados palestinos. Los refugiados en lugares como Afganistán, Sudán, Somalia, Congo y más allá también han experimentado décadas de desplazamiento y falta de resolución comparten esta situación. Sus hijos y nietos son igualmente reconocidos como refugiados y asistidos por ACNUR. Como contempla el principio de humanidad y según la norma en derecho internacional de unidad familiar, existe el compromiso de continuar sirviendo a las comunidades afectadas por la guerra hasta que se encuentre una solución política para estas. Es la perpetuación de los conflictos lo que prolonga la situación de los refugiados y les niega la opción de definir un futuro propio y digno.
En enero de 2018, EE.UU. anunció que su contribución anual a UNRWA sería de $60M. Nosotros reconocimos la significativa financiación, pero también se destacó lo que representaba la reducción de 300 millones de dólares en nuestro presupuesto, hecho que llevó a nuestra organización a una crisis existencial. En ningún momento durante los últimos ocho meses se nos notificaron las razones específicas de este dramático recorte.
Aparentemente, la decisión estaba relacionada con las tensiones entre Estados Unidos y los dirigentes palestinos tras el anuncio de Estados Unidos sobre Jerusalén, algo que nada tenía que ver con el trabajo de UNRWA. Por lo tanto, este recorte representó una evidente politización de la ayuda humanitaria. La decisión desafía aún más la noción de que la financiación humanitaria debe despolitizarse. Se corre el riesgo de socavar los cimientos de los sistemas internacionales multilaterales y humanitarios.
Es un cambio radical tras casi siete décadas de genuino – a veces crítico – apoyo a nuestra Agencia. Un cambio incompatible con el acuerdo de cooperación firmado a principios de diciembre 2017 entre Estados Unidos y UNRWA, en el cual EE.UU. reconocía la robustez e integridad en la gestión de nuestra organización y sus recursos, y cómo abordamos nuestros múltiples desafíos operativos, de seguridad y financieros.
Nuestro compromiso con la rendición de cuentas, la estricta y sólida disciplina financiera, el establecimiento de prioridades y la actuación decisiva cuando se desafía la neutralidad de la Agencia, son temas de conocimiento público. En 2018, UNRWA ha introducido estrictas medidas de gestión para superar la crisis financiera.
También hemos logrado resultados notables diversificando y expandiendo los apoyos que recibimos. Quiero aquí reconocer con profundo agradecimiento a los más de 25 países que han adelantado sus contribuciones anuales previstas a principios de año para ayudarnos a mantener las operaciones. También deseo expresar mi inmensa gratitud a los 30 donantes que han aportado contribuciones adicionales a las actividades principales y de emergencia de UNRWA este año y a quienes han firmado nuevos acuerdos plurianuales con nosotros.
Deseo destacar con especial énfasis las generosas donaciones hechas por los países del Golfo, específicamente el Estado de Qatar, el Reino de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, así como el apoyo histórico del Estado de Kuwait.
Todavía tenemos una necesidad crítica de más de $200M para sobrevivir a la crisis de este año y hacemos un llamamiento a los donantes para que se sumen a una movilización colectiva y conseguir afrontar un momento éxito crucial.
Estoy en deuda con el Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, por su confianza y liderazgo en la movilización de apoyo para nuestra Agencia. Deseo agradecer sinceramente a todos los países de acogida por sus incansables esfuerzos, como lo ilustran con particular vigor y dedicación el Reino Hachemita de Jordania y Palestina. También reconocemos el compromiso demostrado por Egipto y por Turquía como presidentes sucesivos de la Comisión Asesora de UNRWA.
Cuando conseguimos inaugurar el año escolar a tiempo esta semana, con el admirable apoyo de nuestros donantes, y 526.000 niñas y niños regresaron a las aulas de nuestras 711 escuelas en la región, fue un momento de celebración, orgullo y esperanza.
UNRWA no se excusa cuando se trata del derecho a la educación, al empoderamiento de las jóvenes, el desarrollo del pensamiento crítico y la enseñanza de la tolerancia y los Derechos Humanos. No hay nada artificial en nuestro compromiso con la preservación de oportunidades y derechos. Actuamos con concreción en estas difíciles líneas de frente, estamos comprometidos en mantener la integridad de nuestro mandato y nos esforzamos por alcanzar altos estándares en nuestra educación, salud, servicios sociales y respuesta de emergencia.
Les digo nuevamente a todos los refugiados y las refugiadas de Palestina: no les fallaremos. Nuestro compromiso con vosotros es más fuerte que nunca. Vuestra dignidad no tiene precio.
En primer lugar, deseo transmitir – con confianza y determinación – a los refugiados y las refugiadas de Palestina en Cisjordania, incluida Jerusalén Este, Gaza, Jordania, Líbano y Siria, que nuestras operaciones continuarán y nuestra Agencia prevalece. En el corazón de nuestra misión están la dignidad y los derechos de una comunidad muy angustiada que se enfrenta a una profunda inestabilidad. La decisión sobre financiación de un estado miembro individual – aunque haya sido nuestro donante históricamente más generoso y consistente – no modificará o impactará en la energía y la pasión con la que abordamos nuestro papel y responsabilidad hacia los refugiados palestinos. Solo fortalecerá nuestra resolución.
Para mis colegas, tanto palestinos como internacionales, confirmo que nos aplicaremos, nos esforzaremos, con cada pizca de energía y creatividad para seguir cubriendo las necesidades de la comunidad de refugiados y preservaremos servicios vitales para la población. Todo el personal humanitario estará en sus lugares de destino y mantendremos nuestras instalaciones abiertas y seguras. En este momento es crucial transmitir un sentimiento muy fuerte de unidad y determinación.