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“UNRWA es más que un simple proveedor de servicios a los refugiados palestinos”

En una escuela gestionada por UNRWA, la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina, en Deir al-Balah, en el centro de Gaza, Saleh Mershed hace cola junto a docenas de palestinos y palestinas desplazados, esperando recibir un paquete de ayuda. 

Durante casi un año, él y su familia se han refugiado en esta escuela de los incesantes bombardeos israelíes, recibiendo ayuda periódicamente de la agencia de la ONU. 

“Antes de que comenzara la guerra, mis hijos asistían a las escuelas de UNRWA en la ciudad de Gaza. Cuando tuvimos que huir de nuestro hogar, al comienzo de la guerra, nos refugiamos en una de ellas. Más tarde, cuando la ocupación israelí emitió órdenes de evacuación, nos mudamos a esta escuela de UNRWA en Deir al-Balah”. 

Mershed, es un padre de cuatro hijos de 42 años y que también ha estado recibiendo los servicios médicos de UNRWA. Alrededor del 70% de los 2,3 millones de habitantes de la franja de Gaza son refugiados y refugiadas de Palestina pero en las circunstancias actuales la totalidad de la población recibe apoyo de la Agencia sin distinciones.  

“Mi esposa dio a luz a todos nuestros hijos en las clínicas de UNRWA. Siempre que mis hijos se enferman, los llevo a sus clínicas para que reciban tratamiento gratuito”. 

Fundada en 1949 por las Naciones Unidas para proporcionar ayuda humanitaria y servicios a los refugiados de Palestina desplazados durante y después de la Nakba (catástrofe), la Agencia se centró inicialmente en ofrecer ayuda urgente a más de 750.000 palestinos que fueron expulsados de sus hogares. 

Con el tiempo, su mandato se amplió para ofrecer diversos servicios esenciales, incluidos alimentos, atención sanitaria, educación y apoyo social a los refugiados y refugiadas en Cisjordania, la franja de Gaza, Jordania, Líbano y Siria. Pero a raíz de las recientes leyes aprobadas por el Knesset de Israel para prohibir a las autoridades del país coordinarse con UNRWA, miles de refugiados y refugiadas de Palestina en Gaza y Cisjordania podrían ver amenazados sus derechos. 

“No sé qué haríamos si, por ejemplo, cerraran las escuelas de UNRWA. No puedo permitirme inscribir a mis hijos en escuelas privadas ni perder el apoyo alimentario regular de UNRWA, que ha sido de gran ayuda para mí y mi familia”, afirma Mershed, que era dueño de un pequeño negocio destruido durante un ataque militar israelí a Gaza. 

“Abrí una tienda de ropa de mujer en 2015, invirtiendo todo mi dinero en ella. A pesar del severo asedio israelí, tuvo éxito. Muchas veces no pudimos hacer llegar nuestros productos a Gaza debido a las restricciones israelíes y al bloqueo, pero logré mantenerla en funcionamiento hasta 2021”, agrega. 

“En mayo de ese año, el ejército israelí bombardeó mi tienda, dejándome sin trabajo ni medios para mantener a mi familia. Por eso, el papel de UNRWA se ha vuelto más crucial que nunca para mí y mi familia”. 

Aunque los refugiados y refugiadas de Palestina dependen en gran medida de los servicios de UNRWA y los consideran una parte crucial, son conscientes de que su cierre significaría mucho más que el mero fin de sus servicios. 

Hedaya al-Waheidi, directora de una escuela de UNRWA que ya está jubilada y que trabajó durante más de 36 años en instituciones de la Agencia, dice que siempre ha habido “esfuerzos para poner fin a UNRWA como parte de los intentos de poner fin a la causa de los refugiados palestinos”. 

“Hace unos años, en medio de una creciente presión, hubo intentos de borrar la frase ‘refugiados de Palestina” de los carteles que mostraban los nombres de las escuelas en sus paredes exteriores. Nos negamos a cumplir en ese momento y no cambiamos los carteles“, explica Al-Waheidi. 

“UNRWA es más que un simple proveedor de servicios a los refugiados palestinos. Tiene un papel más profundo. Mientras exista UNRWA, la causa de los refugiados palestinos y el derecho a regresar seguirán siendo reconocidos internacionalmente. Es el pilar en el que se apoyan los refugiados de Palestina, la esperanza de que no pierdan su derecho” 

Las escuelas de UNRWA atienden a unos 700.000 estudiantes palestinos, descendientes de los que fueron expulsados de sus ciudades y pueblos en 1948. 

“Sus escuelas se distinguen por muchos aspectos: los profesores reciben formación periódica y cursos de desarrollo profesional, los estudiantes participan en competiciones internacionales y se ofrece a los niños una serie de servicios más allá de la educación, incluida la atención médica, así como apoyo periódico en materia de alimentación y ropa”, añade Al-Waheidi. 

“He graduado a 36 generaciones de escuelas de UNRWA y siempre he sido testigo de la importancia de su existencia. Restringir sus servicios o poner fin a su labor sería una auténtica catástrofe, no sólo para los refugiados palestinos, sino para todos los palestinos que, directa o indirectamente, reciben su apoyo”. 

En una escuela gestionada por UNRWA, la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina, en Deir al-Balah, en el centro de Gaza, Saleh Mershed hace cola junto a docenas de palestinos y palestinas desplazados, esperando recibir un paquete de ayuda. 

Durante casi un año, él y su familia se han refugiado en esta escuela de los incesantes bombardeos israelíes, recibiendo ayuda periódicamente de la agencia de la ONU.