Boardwalk Empire
“Atlantic City, wet as a mermaid twat” Enoch Nucky Thompson
Quedan dos horas para las doce de la noche del 31 de diciembre de 1919. Está a punto de entrar en vigor la ley seca en Estados Unidos. En un local de Atlantic City, Enoch Nucky Thompson, el ex-sheriff metido a político más listo de la ciudad, llega el último a una reunión de mandatarios y empresarios locales con la intención de tranquilizarles: “I am in the midst of concluding arrangements that will keep Atlantic City wet as a mermaid twat” (Estoy a punto de concluir con los planes que mantendrán Atlantic City tan húmeda como el clítoris de una sirena). Queda prohibida la distribución del carburante que mantiene funcionando su ciudad y, lejos de preocuparse, Nucky está decidido a aprovechar la oportunidad de su vida.
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Esa frase y lo que representa significan el punto de partida de Boardwalk Empire la miniserie de doce capítulos producida por Martin Scorsese (que además dirige el piloto estrenado ayer en Estados Unidos) y Terrence Winter para HBO y protagonizada por Steve Buscemi.
“You can’t be half a gangster. Not anymore.” James “Jimmy” Darmody
Boardwalk Empire desprende universo Scorsese desde el comienzo. De hecho, la descrita más arriba no es la primera escena del piloto. El capítulo empieza con un flashback que culmina en una acción violenta, un recurso al más puro estilo Goodfellas. Scorsese escogió entonces un pasaje del libro en el que estaba basada la película, The wise guys (Nicholas Pileggi), lo sacó de contexto y lo colocó al principio de la película.
No es ese el único elemento del piloto de Boardwalk Empire que recuerda a la que muchos consideran la mejor película de gangsters jamás realizada. Viendo a Jimmy Darmody (Michael Pitt), el protegido de Nucky, abriéndole a este los ojos con la frase que encabeza este párrafo, ante la corrupta decisión que éste deberá tomar con su vida, pero sobretodo atisbando la incipiente ambición del aprendiz, uno no puede evitar recordar a Henry Hill diciendo aquello de “As far back as I can remember, I’ve always wanted to be a gangster”.
Fascinado desde siempre –como todo el mundo sabe- por el mundo de la mafia, Scorsese debe contar ahora la historia de alguien que, a diferencia de los gangsters de pie de calle, cuenta con el aura de legitimidad que otorga el cargo de político, la progresiva corrupción del cual resulta increíblemente atractiva en manos de Buscemi.
Thelma Schoonmaker, histórica montadora de Martin Scorsese, cuenta que el director es, entre otras muchas cosas, una formidable discoteca ambulante. Scorsese tiene miles de canciones en la cabeza y, cuando edita sus películas, sabe qué tema es el más adecuado para cada momento, lo rescata de su memoria y hace bailar las imágenes al son de su ritmo. También hay varios ejemplos y muy buenos de esta capacidad en el piloto de Boardwalk Empire.
“First rule of politics kiddo: Never let the truth get in the way of a good story” Enoch Nucky Thompson
Si algo hace especial este piloto de Boardwalk Empire es el hecho de que dos mundos, el de Scorsese y el de HBO, conjuguen y resulten uno solo. El encargado de que esto ocurra no es otro que Terrence Winter, uno de los cerebros de The Sopranos (HBO), obviamente el otro gran referente de la serie.
La integración de Boardwalk Empire en la estética y la narrativa propia de HBO se percibe desde los aspectos más importantes hasta los detalles más sutiles pasando por elementos tan imprescincibles como la cabecera.
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Llama la atención, por ejemplo, que la fórmula escogida para contar la convulsa vida de Atlantic City en los años 20 haya sido la misma que la que la cadena ya utilizó en la miniserie del año pasado John Adams (HBO). Como en aquél caso, el protagonista no resulta ser el personaje histórico más conocido, a pesar de que a lo largo de los capítulos vayan apareciendo sus coetáneos ilustres como el caso de Lucky Luciano o Al Capone en una o George Washington y Thomas Jefferson en la otra.
Respecto a los detalles, y entre muchas otras cosas, a los muy seguidores de la cadena no se les escapará el cameo de Michael Keneth Williams, para muchos el mejor actor de The Wire (HBO) en su inolvidable papel de Omar Little. El personaje al que interpreta en Boardwalk Empire, Chalky White, cobrará más importancia a medida que avance la serie, pero seguro que Scorsese decidió darle una línea para que su presencia despertara la memoria de muchos. Otro ejemplo lo encontramos en la mujer fallecida de Nucky Thompson, cuya cara solo vemos en una foto en la que es fácil reconocer a Molly Parker, la nunca comprendida Alma Garreth de Deadwood (HBO).
En definitiva, ha arrancado una de las series más esperadas, que ha llegado para hablarnos de ambición, de corrupción, de avaricia, de violencia, de lealtad, de la frontera entre lo intocable y lo insaciable, lo incorrecto y lo malvado, lo honesto y lo valiente. Ha llegado Boardwalk Empire y la mejor noticia es que aún nos quedan once capítulos por delante.
“Atlantic City, wet as a mermaid twat” Enoch Nucky Thompson
Quedan dos horas para las doce de la noche del 31 de diciembre de 1919. Está a punto de entrar en vigor la ley seca en Estados Unidos. En un local de Atlantic City, Enoch Nucky Thompson, el ex-sheriff metido a político más listo de la ciudad, llega el último a una reunión de mandatarios y empresarios locales con la intención de tranquilizarles: “I am in the midst of concluding arrangements that will keep Atlantic City wet as a mermaid twat” (Estoy a punto de concluir con los planes que mantendrán Atlantic City tan húmeda como el clítoris de una sirena). Queda prohibida la distribución del carburante que mantiene funcionando su ciudad y, lejos de preocuparse, Nucky está decidido a aprovechar la oportunidad de su vida.