'Friends: The Reunion': una fiesta perfecta de nostalgia, lágrimas y alguna revelación
Han pasado más de 15 años desde que Friends emitiera su último capítulo. Pero no importa. Rachel, Chandler, Ross, Monica, Joey y Phoebe se han mantenido como el grupo de amigos más queridos de la televisión. Gracias a sus múltiples reposiciones en abierto y su presencia en plataformas han logrado aumentar la gran familia de adeptos; y al mismo tiempo, permitir que volver a reencontrarnos con ellos estuviera a golpe de clic.
Fue a finales de 2019 cuando salto la gran -y arma de doble filo- noticia. Se estaba “trabajando en algo” con el equipo de la serie. Aquel proyecto se acabaría confirmando y sí, volveríamos a ver juntos a Jennifer Aniston, Courteney Cox, Lisa Kudrow, Matthew Perry, David Schwimmer y Matt LeBlanc. La euforia se desató, la reunión orquestada por HBO Max iba a tener lugar y, tras su retraso por la irrupción del coronavirus, este jueves 27 de mayo, por fin se estrena en la plataforma. Y lo mejor, el resultado es perfecto.
Perfecto porque han optado por entregarse a la nostalgia, por el propio cariño que el elenco sigue teniendo a la ficción que les cambió la vida para siempre, y que durante diez años alimentó los corazones de todos los fans; pero también los suyos.
Asistir a su emoción volviendo a entrar en sus míticos platós/apartamentos, recordando capítulos, las 'perrerías' que se hacían en los rodajes y las más inocentes tomas falsas; es un regalo. Emociona porque es de verdad, porque han pasado más de dos décadas y verles leer escenas como en la que Phoebe descubría que Chandler y Mónica estaban juntos desde el nuevo apartamento de Ross; o el inolvidable primer beso -también para ellos- de Ross y Rachel, encoge sin atisbo de artificio.
El especial se desarrolla en varios escenarios: los platós de los apartamentos y del Central Perk (con público y sin él), los pasillos de los estudios -camerinos incluidos- y el lugar donde se grabó su icónica cabecera. Allí son entrevistados por James Corden, que funciona como hilo conductor de los diferentes temas. Además, se entremezclan con entrevistas con sus creadores y productores ejecutivos Marta Kauffman, David Crane y Kevin Bright; e imágenes de archivo, tanto de los capítulos como de las propias grabaciones. Un abanico de lugares que se muestran tan intactos como en nuestras memorias.
Solo tiene un pero: haber incluido a estrellas invitadas de más. Es cierto que en la serie hubo numerosos cameos, pero nunca coparon un protagonismo que no tenían; por lo que incluir ahora perfiles como David Beckham, BTS y Kit Harington hablando de sus episodios favoritos, es lo que menos encaja. Es cierto que genera complicidad porque invitan a revivir escenas míticas como “Pivot” con Chandler, Rachel y Ross subiendo un sofá por las escaleras, o cuando a Ross se le atascan los pantalones de cuero y uso polvos de talco y crema para “ponérselos”; pero podrían haberse hilado de otra forma.
Friends Reunion funciona porque te hace feliz desde el primer minuto y porque ha sido fiel a lo que fue la ficción. Como el propio elenco y sus creadores reconocen, su final fue perfecto. Estuvo medido para dar a todos los personajes un final feliz, sobre todo después de que Ross y Rachel acabaran juntos -que es lo que llevábamos diez temporadas esperando-, y haber sugerido cualquier cambio hubiera abierto un baúl que para los fans tuvo un broche de oro. Por contra, ver a sus intérpretes hablando de sus alter ego como si fueran una parte de ellos, genera una dualidad que enamora porque sí, es como volver a sentarse en los sofás de Mónica, en los Joey y Chandler; volver a reírnos... y sobre todo emocionarnos.
Revelaciones hasta ahora desconocidas
Más de 25 años después, han conseguido revelar 'secretos' desconocidos hasta ahora para la audiencia e incluso para ellos mismos. Como que Matthew Perry se sincere reconociendo que lo pasaba muy mal cuando grababan los episodios con público y no se reían de alguno de sus chistes; o que Matt le Blanc se dislocó el hombro grabando la escena en la que se pelea con Chandler por sentarse en un sofá. Y también, un enamoramiento mutuo que nunca se llegó a fraguar.
Del mismo modo, que el romance entre Chandler y Monica no estaba concebido para ser tan duradero. Sus guionistas utilizaban a la audiencia en directo para testar cómo funcionaban sus ideas, y en este caso fue determinante. En un inicio, pensaron que lo suyo sería un lío de una noche, pero la euforia de los presentes les llevó a alargar y dar capas a su romance, aprovechándolo para generar comedia de su inicio a escondidas y poco a poco desvelamiento.
Catarsis delante y detrás de las cámaras
El reencuentro es un viaje para sus protagonistas, pero también para el público. Sus anécdotas y conversaciones sobre escenas consiguen trasladarte al momento en el que viste esos episodios. Conectar con quién la compartiste, con quién empezaste a verla, con quién has repetido, a cuánta gente se la has descubierto, quién eras tú entonces, quién te imaginabas que serías. Ha pasado el suficientemente tiempo desde que se terminara Friends como para que para la amplia mayoría lo consideremos como un capítulo dentro de nuestras vidas. Y el especial consigue abrirlo con cariño, alegría y melancolía; en una regresión a la altura de lo que merecía.
La esencia está, pero porque realmente ha permanecido en todos, en ellos también, a pesar de que los intérpretes han tomado caminos diferentes y cada uno ha lidiado mejor/peor con sus carreras y vidas personales. Lo potente es que la reunión no se ha perdido en comprobar qué ha sido de ellos desde que acabaron la sitcom, sino que se ancla en las temporadas que les unieron, que les convirtieron en familia y se colaron en tantísimos hogares rendidos a su amistad. Porque pasa el tiempo y la serie sigue siendo eso. El día a día de un grupo de amigos que viven en Nueva York y hacen lo que pueden. Salen, disfrutan, trabajan, comen, se enamoran, se cuidan, se acuestan, se enfadan, se quieren, se sienten y crecen.
I'll be there for you, rezó su cabecera, y lo cierto es que aquí siguen. Este reencuentro es un chute de nostalgia realizado con profundo mimo, respeto y vulnerabilidad. Las lágrimas deberían tener su propia línea en los créditos, porque se hace inevitable llorar, pero sin perder la sonrisa. Reconforta igual que encontrarse un episodio en la tele o ponérselo cualquier día a cualquier hora. Y es que Reunión incluida, Friends se mantiene intacta como nuestra eterna mejor amiga.
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