'La pasión turca': una historia clásica con envoltorio 'premium' que abre un nuevo capítulo en el catálogo de Atresmedia

Maggie Civantos e Ilker Kaleli, en uno de los primeros capítulos de 'La pasión turca'

Pedro Zárate

Cada serie de televisión nace a partir de un contexto, y el de La pasión turca estaba lleno de razones para llevarse a cabo. La nueva serie de Atresmedia, que se estrena este domingo 24 de marzo en Atresplayer, sirve al mismo tiempo como celebración de la novela homónima de Antonio Gala, que cumplió su 30 aniversario en 2023, y como actualización de la versión cinematográfica de Vicente Aranda, que se estrenó en 1994, hace ahora justo tres décadas. Incluso también sirve como homenaje al propio Gala, aunque esto último nunca pudo formar parte del plan inicial, pues el escritor murió hace menos de un año y la nueva adaptación de su novela se anunció en septiembre de 2022.

En cualquier caso, nada de esto explica tanto la existencia de una serie basada en La pasión turca como que, con esta adaptación, el catálogo de ficción de Atresmedia abre un nuevo capítulo en su relación con Turquía. Un capítulo que podríamos etiquetar de definitivo, pues cuesta imaginar de qué otras formas podrá seguir explotando el grupo, de ahora en adelante, el idilio que tiene su público con las producciones otomanas.

En los seis años que han pasado desde el estreno de Fatmagül en Nova (2018), el grupo de comunicación ha importado un sinfín de series turcas para emitirlas tanto en sus canales temáticos como en Antena 3. De hecho, la cadena principal cuenta ahora mismo con tres en emisión (Pecado original, Hermanos y Secretos de familia) tras haber saboreado más que ninguna otra el 'boom' turco con Madre, Mi hija, Infiel y Tierra amarga.

Entre la sensualidad y la postal turística

El éxito de todas ellas llevó a Atresmedia a dar el siguiente paso: hacer sus propias versiones de algunas de las series turcas que más habían gustado a su audiencia. Así llegaron Alba (Fatmagül), Heridas (Madre) y la reciente Sueños de libertad (Fugitiva). Ahora, la compañía va un paso más allá y ambienta su nueva serie directamente en Turquía. Y qué mejor opción para hacerlo que adaptar la novela romántica española más conocida que transcurre en el país transcontinental.

Olivia (y no Desideria, como en la novela) es una profesora de Bellas Artes y experta en el arte bizantino que viaja unos días a Estambul para preparar una prueba decisiva, esa con la que espera conseguir una plaza fija en la universidad donde trabaja. Sin embargo, Yaman (interpretado por el actor turco Ilker Kaleli), un apuesto vendedor de antigüedades, se cruza en su camino y sus planes cambian por completo.

La joven (a la que da vida Maggie Civantos) aprueba el examen, pero decide dejar su corriente vida en España para comenzar un apasionado romance con este misterioso hombre al que acaba de conocer. Por desgracia para ella, su historia no acabará bien. Los inicios de la ardiente relación entre ambos ocupan solo una de las dos líneas temporales sobre las que avanza la serie. La otra es mucho más gris y nos muestra a Olivia siendo interrogada por la policía local.

Cómo y por qué ha pasado nuestra protagonista de una situación a otra es lo que cuenta La pasión turca a lo largo de sus seis capítulos, de 50 minutos de duración cada uno. Los dos primeros, que son los que se han facilitado a la prensa, nos presentan una serie que, de primeras, entra antes por la vista que por el oído. La nueva producción de Buendía Estudios, dirigida por Iñaki Peñafiel a partir de los guiones de Irene Rodríguez y Esther Morales, se gusta en las escenas sexuales al mismo tiempo que funciona como una postal turística de Estambul.

Es, en resumidas cuentas, una serie agradable de consumir visualmente hablando por el lujo, la luminosidad y los parajes exóticos que la componen. De hecho, dan ganas de coger la maleta e irse para allá. Sobre todo tras ver las facilidades que tiene Olivia para encontrarse allí con gente que habla castellano. Las casualidades que rodean a este detalle son uno de los 'peros' que se le podrían poner a los dos primeros capítulos, pero tan cierto es que esto le resta credibilidad como que le da mayor fluidez. Y como la serie ni está basada en hechos reales ni debe regirse por una veracidad absoluta, tiene sentido que se tome esta licencia. Sobre todo pensando en su emisión en abierto, que se producirá próximamente en Antena 3.

Una serie que arranca bien, pero sin deslumbrar

Además, La pasión turca tampoco es —no, al menos, por lo visto en su primer tercio— esa serie que busca trascender y romper moldes. No es una ficción de premios o con espíritu de plataforma, por así decirlo, pero tampoco esa producción que representa lo más clásico del abierto. La historia de Olivia y Yaman no encaja al 100% en ninguna de estas dos vertientes —sobre las que tan bien ha trabajado Atresmedia desde el lanzamiento de Atresplayer (2019)— porque mientras su puesta en escena apunta hacia una dirección, su relato apunta hacia la otra.

Esto no quiere decir que la adaptación de la novela de Gala caiga en la indefinición, ni mucho menos. Simplemente es otra de tantas historias clásicas —en este caso, una mujer que se enamora hasta las últimas consecuencias de un hombre que no parece ser quien es— que hoy en día se cuentan con un envoltorio 'premium' gracias al auge de nuestra industria. La correcta utilización de las dos líneas temporales y el empleo de los cliffhangers —sobre todo el del segundo capítulo— ayudan a mantener el interés por una serie que no llega para marcar un antes y un después en la ficción de nuestro país, pero que sí abre un nuevo capítulo dentro de la prolífica relación de Atresmedia con las series hechas por o en Turquía.

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