En una época en la que las series acortan su vida gradualmente, La que se avecina acrecienta su excepcionalidad. 16 años después de su lanzamiento en el prime time de Telecinco, la comedia sigue estando muy viva, ahora con el beneplácito y favor del universo del streaming. La ficción de los hermanos Caballero tiene asegurado su futuro con Amazon Prime Video, aliada con Mediaset, al menos hasta la temporada 15, que llegará en 2025. Antes, eso sí, aún queda por estrenarse la 14, y el equipo presentó la 13 en el FesTVal de Vitoria para Mediaset, aunque pueda verse desde hace casi un año en la plataforma.
“Lo que venga después, estupendo, pero no va a ser fácil el momento de dejar La que se avecina”, reconoce Alberto Caballero en declaraciones a verTele. El guionista y productor no esconde el “cariño” especial que tiene a esta comedia, que vino a suceder a Aquí no hay quien viva, y que ahora alarga su historia en un momento no solo de cambio de consumo, sino de alta productividad de su factoría Contubernio. Confiesa que vivir ahora sin el temor del dato de share “tranquiliza”: “Al día siguiente de la emisión me levantaba con el culo apretado”, ríe. Ahora bien, aunque satisfecho con lo que trae la nueva forma de ver series, reitera que esta “por esencia es una serie para el abierto”, para el gran público.
El gran público, de hecho, es el que ha convertido a La que se avecina en una de las producciones más longevas del panorama televisivo español, entrelazándose su fenómeno al de Aquí no hay quien viva, que celebra ahora su vigésimo aniversario. Caballero agradece el apoyo incesante, así como el impacto de sus productos en la cultura popular, aunque como guionista de comedia se lamenta por las críticas y situaciones que pueden surgir al buscar el humor. “Me toca mucho las narices que tú, al final, por no herir las sensibilidades de nadie, tengas que eliminar la comedia”, manifiesta, a la par que destaca casos como el de las críticas e ironías no entendidas, o mal interpretadas por ciertos sectores. El ejemplo más claro que deja la comunidad ficticia de vecinos: “Hay gente cuyo héroe es Antonio Recio, que es un subnormal”. “¿Y la gente se lo toma en serio? Si la gente es gilipollas, no es culpa nuestra”, dice sobre esos fans de su personaje más zafio.
En esta larga conversación, Caballero habla del futuro de su serie, a la que espera que pueda reincorporarse José Luis Gil, que sigue “peleando” para recuperarse tras el ictus que sufrió hace casi dos años. Pero también sobre el legado inacabable de Aquí no hay quien viva, así como sobre nuevos proyectos como Muertos S.L., su nueva comedia para Movistar Plus+, y que define como “si metes The Office en una funeraria”.
Antes de empezar con 'La que se avecina', toca hablar de 'Aquí no hay quien viva': acaba de cumplir 20 años y sigue con igual o más repercusión en la sociedad que en su día. ¿A qué lo achacas?
Hubo una parte de casualidad, porque tampoco teníamos tanta preparación. Lo escribí con 28 ó 29 años, y se supone que todavía no debes saber escribir bien. Hay otra parte de inconsciencia muy buena, que te lleva a la intuición. Y luego tiene otra tercera cosa muy importante y es que nos dejaron hacer la serie que queríamos. Ahí tengo que romper una lanza en favor de mi tío [José Luis Moreno], porque hubo problemas con el departamento de continuidad de Antena 3 y nos salió a defender. Dijo: 'Si nos damos la hostia, que nos la demos con nuestras ideas, no con las de otro'. Eso fue lo que provocó el bombazo.
Hay una parte ahora con la preparación de las series que va de tener todo el recorrido de la trama, tenerlo todo escrito con mucho tiempo, darle muchas vueltas, que es una cosa como muy profesional, y Aquí no hay quien viva tenía una cosa muy guay que era la espontaneidad. Empezábamos a escribir y a grabar capítulos de los que no teníamos la escaleta. Ese era el nivel. Tú ves los capítulos y no se nota. Ves el capítulo y parece que está pensadísimo, y es mentira. Rompo una lanza a favor de la intuición y la espontaneidad.
La serie estaba muy adelantada a su tiempo: con motivo del caso Rubiales, compartiste el vídeo de una escena de María Adánez con un discurso muy oportuno...
Ese discurso lo llevan poniendo por el Día de la Mujer unos cuantos años, pero sí, de repente ves cosas que parece de coña el tema. Es muy guay. A mí hace ilusión ver que me salta la alarma esa de Protección Civil, y el primer meme es de Marisa y Vicenta cuando les instalaron la alarma [risas]. Yo flipo, de verdad...
Siempre decimos que 'Los Simpson' lo predicen todo, pero en España es 'Aquí no hay quien viva' o 'La que se avecina'...
Sí, en España yo creo que sí. A Los Simpson nunca los podrás igualar, pero en España lo más parecido es esto, sí.
¿Utilizas en tu día a día frases o expresiones de alguna de estas dos series?
Sí, alguna se me escapa. “¡Aparcao!”, por ejemplo, porque sale sola. Luego, cuando me cuentan un chismorreo sentimental, por ejemplo, el “Aquí hay tema... pero vamos” del personaje de José Luis Gil. De Aquí no hay quien viva también alguna suelta, pero te intentas controlar para no parecer un enfermo mental. Pero alguna se escapa sí, y va por tiempos...
¿Sientes una debilidad especial por algún personaje?
¿De los históricos o de los actuales? De los actuales queda feo decirlo, porque los actores luego lo oyen y la autoestima... De los históricos, siempre me gustó mucho Mauri (Luis Merlo). Hablo de escribirlos. Juan Cuesta (José Luis Gil), por supuesto, Mariano (Edu Gómez), porque aquello de “metrosexual y pensador” daba mucho juego. Me gustan los que dan juego porque son más fáciles de escribir. Y luego, me gustaba mucho el de Diego Martín, que era Carlos. Me gustaba porque un tío guapo, rico y sin autoestima; me parecía fascinante. Esos de Aquí no hay quien viva.
De La que se avecina, todos tienen una parte nuestra: cuando Amador hace el cavernícola, es tu parte cavernícola; cuando Antonio Recio hace tu parte nazi, es tu parte nazi; y me gustó mucho Estela Reynolds por los monólogos, eran muy divertidos de escribir. Yo creo que más o menos eso. Seguro que me dejo alguno, pero son tantos...
¿Cómo llevaste que Televisa hiciera 'Vecinos', que es prácticamente una copia de 'Aquí no hay quien viva'?
Nos enteramos de casualidad. Los plagios están a la orden del día. Pero bueno, los plagios son un piropo. Legalmente, no éramos nosotros los que teníamos que reclamar, era Antena 3. Pero esto es como cuando vas a un mercadillo por España y te encuentras las camisetas de Antonio Recio o del Capitán Salami. No hay una sola legal. ¿Crees que el tío ha pedido derechos para poner 'Mariscos Recio' en una camiseta? No, pero por otra parte, como tampoco nos lucramos nosotros con eso, y a Mediaset parece que no le ha importado mucho, a mí me parece maravilloso, me hace mucha gracia que los mercadillos se llenen de cosas de estas.
¿Qué ha sido lo más raro que has visto?
A través de Mediaset, legalmente, salieron algunos juegos, un Monopoly. Y luego sacaron unos juegos rarísimos, con unas cartas que veías como al personaje que tenía poderes, como las cartas de los niños. De repente ponía: Yoli. Locura: 87. Atractivo: 45. Y me decía Miren Ibarguren: “¡Pero qué hijos de puta!” [risas]. Esto fue Mediaset, y tengo las cartas, que se las di el otro día a mi hijo. Se las empezó a comer y las guardé. Nunca he sabido cómo se juega a eso, ni qué interés tiene, ni cuánto se han vendido... Igual hay una panda de flipados jugando. Porque el Monopoly lo puedo entender, pero esto...
Me toca mucho las narices que tú, por no herir sensibilidades, tengas que eliminar la comedia
Nombrabas esa parte nazi que tiene Antonio Recio, ¿te frustra que la gente no entienda primero que es una ficción y segundo que es una comedia, una caricatura?
No, no... No, porque analizado con el tiempo todo ha tenido un sentido. Cuando hicimos Aquí no hay quien viva, que en cierto sentido era más blanca, lo que hicimos involuntariamente fue una reivindicación progresista. Y La que se avecina se convirtió más en una crítica a la parte más intransigente y conservadora de la sociedad. Lógicamente, cuando ves una parodia o una farsa, hay gente que se lo toma al pie de la letra, y gente que interpreta que estás vacilando. Hay gente cuyo héroe es Antonio Recio, que es un subnormal.
Cuando se me ha ocurrido, casi por error, poner algún tuit con algún tinte político o ideológico mío personal, hay quien me ha dicho que tendría que aprender más de Antonio Recio. Y es como: le estamos dando caña a un personaje. Es un facha homófobo y xenófobo al que le ponemos un hijo trans y le hacemos todo para intentar joderle vivo, su mujer es una católica que le engaña sistemáticamente. ¿Y la gente se lo toma en serio? Si la gente es gilipollas, no es culpa nuestra. Quiero decir, no vamos a modificar nuestro trabajo y lo que nos divierte porque haya gente que no lo entienda. Mientras haya gente que lo entienda, nos parece muy bien.
Luego está el tema de los límites del humor. Hace unos años que entramos ya en ese territorio y también me toca mucho las narices que tú, al final, por no herir las sensibilidades de nadie, tengas que eliminar la comedia. No puedes hacer comedia, porque cuando haces un chiste de cojos se ríen los calvos y cuando haces un chiste de calvos se ríen los cojos. Siempre le cae a alguien y nosotros hemos recibido críticas absolutamente marcianas de cosas totalmente intrascendentes.
¿Recuerdas alguna crítica en concreto?
Por ejemplo, en Aquí no hay quien viva hicimos una coña con un postre que hacía Beatriz Carvajal con aguacate. Y nos metíamos un poco con el aguacate, que es una fruta horrible que no debería existir en la naturaleza. De repente, te salía una asociación de amigos del aguacate... O cuando Mauri tenía un conejo enano, que salía con lechuga que le habían puesto los de atrezzo. La que se lio con que había un tío que le daba lechuga a un conejo enano... que era como veneno para ellos. Mira, a mí con que grabe la secuencia... Si llega redondo a casa, yo lo siento porque no ha sido intencionado. Ese tipo de gilipolleces.
Aquí hay capítulos en los que Antonio Recio le dice a su hija que debería volver Franco, que los metía a todos en la cárcel. Y teníamos la duda de si meter eso o no. Lo metemos y, de repente, no pasa nada. No entiendes dónde está el baremo de cuando se monta el cirio y cuando no se monta.
Hace poco, decías que tenías una serie de monjas que no había salido adelante precisamente por eso. Luis Merlo dice incluso que 'La que se avecina' si se ideara hoy, no se podría estrenar...
Sería más complicado, seguro. Incluso, por mucho interés que tuviera la cadena o la plataforma, en esos términos sería muy complicado porque el departamento de contenidos de turno a lo mejor diría: “Uf, mejor no meternos en jardines”. Como no hay personaje, cuando no hay una cara, una referencia de algún capítulo, cuando no lo ha visto la gente, aquí la gente siempre se caga mucho. Con Esclavas del señor se han cagado.
¿Os estáis encontrando con problemas para vender las series justo por eso?
Con esa en concreto, porque parte de la premisa que la Virgen María fue el primer vientre de alquiler de la historia. Entonces... Claro, y encima involuntario, sin consentimiento. Eso del consentimiento activo... por los cojones, ¿no? A ti te ha tocado, y a parir al hijo de Dios. Así que juntábamos dos cosas interesantes, que era la situación de la Iglesia, de las monjas, del claro machismo y de la impresentabilidad de la Iglesia católica a ese respecto, con una historia muy divertida por otra parte. Pero lo mezclábamos con la temática y el debate moral sobre los vientres de alquiler. Empoderamiento y cosificación. Son dos temas muy interesantes porque cada país lo trata de una manera y es algo que va a haber que regular, y es una serie maravillosa, es de las que más me gustan. Fue una serie de Dani cuando estábamos haciendo una trama de monjas en La que se avecina. Y la acabaremos haciendo. Cuando Ana Obregón volvió con su hija y se montó la que se montó, le dije a los que habían dicho que no: “¡Gilipollas! ¡Era el momento!”. Si la estrenas ahí lo petas.
Hay otro proyecto con Movistar Plus+, que adelanto verTele en exclusiva: 'Muertos S.L'. ¿Cómo va?
Bien, empezamos a grabar en octubre y muy guay. Es una serie de comedia de media hora por capítulo, ambientada en una funeraria. Es como si metes The Office en una funeraria, por decirlo de alguna manera. Que no hemos imitado a The Office, pero que es una serie de ambiente laboral de una pyme familiar española. Sabéis que el tejido empresarial español son empresitas de mierda con familias dándose de hostias. Pues este es un poco el rollo. La circunstancia, el envoltorio, es interesante porque nos van llamando la atención temas a raíz de un par de libros que nos leímos. Hemos hecho un trabajo de documentación exhaustivo sobre cómo funcionan. Hay cosas muy flipantes. La serie no es solo para que te puedas reír, sino que te cuenta cosas que llaman mucho la atención. Y estoy deseando empezar a grabar.
Si a la gente le deja de gustar 'La que se avecina', pues por lo menos hemos intentado seguir dándoles novedades, no mareando tanto la perdiz
Volviendo a la temporada 13 de 'La que se avecina'. ¿Por qué creísteis que era el momento oportuno para sacarlos del edificio?
¡Nos echaron! Nos echaron del plató, que eso marca bastante. Se acabó el contrato. Si no nos íbamos, dejábamos de hacer la serie. El principal protagonista es el edificio. La gente cree que no, pero el alma es un sitio, un ecosistema. Y pensamos que tener que volver a rehacer el edificio antiguo de manera nueva hace que nunca sea igual, porque nunca es igual. Tú no puedes rehacer un decorado y no notar algo raro. Queríamos pegar un salto también a nivel de cámaras y de iluminación, e incluso a nivel de tramas, y dijimos: un edificio nuevo, personajes nuevos, dos escaleras, exteriores e interiores, pijos y la basurilla humana enfrentados en un sitio, un paso de carruajes, volver al centro la gentrificación, los patinetes eléctricos, los riders... Volvemos después de veinte años al centro y ha cambiado mucho. Al final, tú vas buscando lo que más juego te dé.
Si a la gente le mola vale, si no, hemos hecho tropecientas temporadas. Si a la gente le deja de gustar, pues por lo menos hemos intentado seguir dándoles novedades. No mareando tanto la perdiz. Creativamente necesitas estímulos, entonces la serie sigue funcionando. Y luego había una cosa principal que nos tocaba mucho los huevos, que era que nadie que no fuésemos nosotros decidiera cuándo acaba. No porque un tío te diga que no te renueva el plató, y la serie lleva doce temporadas, la paramos.
¿Cómo sobrellevasteis la muerte de Laura Gómez-Lacueva cuando estabais ya preparando la nueva temporada?
Nos pilló a contrapié totalmente. Fue muy rápido todo, fue una enfermedad muy fulminante y nos hizo polvo. Con Laura habíamos encontrado una actriz que, aparte de ser buenísima, era una bellísima persona. De verdad. Esto se dice mucho cuando la gente muere, pero no, de verdad, era una bellísima persona. Estábamos empezando a exprimir su talento, habiendo pensado un personaje específicamente para ella, y que nos molaba mucho. Fue un shock horroroso. El personaje es muy guay, ella lo hacía muy guay y le daba una energía muy guay. Me dio mucha rabia que en el mejor momento de su vida, tanto a nivel profesional como personal, que se había comprado una casa con su chico, en fin... Una serie de cosas que dices: “Qué mierda”. Cuando se muere alguien mayor, por ejemplo Emma Penella, Mariví Bilbao... te da mucha pena, pero ha completado su ciclo de vida. Pero Laura estaba en pleno apogeo de por fin tener algo equivalente a su talento. Me dio muchísima rabia.
Se ha insinuado que Estela Reynolds vuelve a 'La que se avecina'. ¿Es imposible que vuelva?
No, nunca es imposible. Tenemos por aquí a Luis Merlo, Fernando Tejero y a Loles León. Si nos dicen esto a final de Aquí no hay quien viva digo que es imposible. Por cómo acabó todo y por el follón que tenían todos. Y aquí están. Con Antonia [San Juan] nunca hemos tenido ningún problema, es una cuestión más de ir respetando los ciclos creativos y espirituales de los actores.
¿Pero va a volver?
Por ahora no. Nosotros no lo forzamos. Hay dos condiciones que ponemos para las vueltas. Primero que el actor quiera. Me refiero, que de manera natural, antes de decirle si quiere volver, que un día contactes con él o ella y te diga que le apetece. Entonces lo hacemos. Y segundo, que por trama encaje. Son unos veinte personajes, ochenta minutos de metraje, a dos minutos por personaje. Tenemos que integrarlos dentro de las tramas de alguno de los que tenemos. Tiene que tener sentido. Lo vamos dejando estar y si de repente surge de manera natural, pues oye. Lo hemos hecho más veces. Yo creo que sí. Probablemente para la 15 igual lo forzamos un poco, porque yo que sé, es la última que tenemos firmada y si luego la cosa no sigue, que nadie se quede con que nunca volvió Estela Reynolds. Que por las redes te meten mucha caña...
¿Tenéis alguna lista de posibles personajes de la que sacáis ideas para los nuevos que se incorporan?
Tenemos unos personajes nuestros que queremos mudar para divertirnos nosotros y por no tener que construir el mismo decorado, y a partir de los conflictos de los personajes antiguos surgen los nuevos. En función de qué le tiene que pasar al personaje antiguo, te da la idea del personaje nuevo. Por ejemplo, en el nuevo edificio tenemos por primera vez dos escaleras. Queríamos tratar ese salto, los dos bandos, los pisos de interior y los exteriores. Entonces necesitábamos pijos, una marquesa un poco impresentable, una presidenta de la comunidad estirada...
¿Cómo hacéis para no repetir historias, perfiles de personajes o incluso actores que ya se han abordado o que ya han estado en otras épocas?
¿Sabes lo que pasa? Tenemos una putada que también nos pasaba en Aquí no hay quien viva, y es que el público tiene más frescos los capítulos que nosotros porque los ha visto más veces. Yo hay capítulos que he visto una vez: lo ves en montaje, se estrena, da buen dato y tú te olvidas. A lo largo de los años lo hemos paliado incorporando algún guionista, que curiosamente han sido chicas, que eran frikis de la serie y se la sabían mejor que nosotros. De repente se nos ocurría algo, y nos contaban que ya lo habíamos hecho en otra temporada. Se te pone una mala leche... [ríe]. Cuando identificamos algo que hemos hecho parecido [en otro momento], vemos si es lo suficientemente distinto por el personaje al que le pasa, por un giro... Y es verdad que se nos ha colado algún actor. Nuestra directora de casting lleva 20 años y tiene 75. Hay veces que confundimos si ha estado en Aquí no hay quien viva o La que se avecina y se nos ha colado. Y alguna vez hemos hecho la vacilada de llamar a alguien que ya ha estado para hacer otro personaje, intencionadamente.
Después de tantas temporadas y capítulos, ¿todavía hay historias que contar?
Siempre. Ten en cuenta que La que se avecina tiene dos ventajas: una, que es una serie contemporánea, que va en tiempo real; y luego que tenemos veinte personajes. Cada cosa que pasa, que sea interesante, le puede pasar a cualquiera de los personajes. La gente pregunta, ¿de dónde sacáis tantas ideas? Y no sacamos tantas. Simplemente hay unos personajes formados que simplemente tienes que desarrollar, pero es que van pasando cosas en la sociedad. Hay veces que vemos cosas que ocurren, molan, y son trasplantables a La que se avecina, y otras veces que se nos ocurren cosas al aire y luego acaban pasando en la realidad. Al final, estamos muy pegados al tiempo real. Hay muchas series de ciencia ficción, históricas... pero ficciones contemporáneas que puedan ir retratando lo que va pasando, curiosamente no hay tantas.
Ojalá en un futuro podamos retomar que el estreno sea directamente en abierto, que es la naturaleza de 'La que se avecina'
¿Es más fácil dejar marchar 'La que se avecina' ahora que tenéis otros proyectos?
Nunca es fácil, porque si eres justo con la vida y con tu biografía, lo que ha provocado todo lo que está viniendo es Aquí no hay quien viva y La que se avecina. Pero La que se avecina, por lo dilatado en el tiempo y por la pelea que ha sido que vaya bien y sacarla adelante, es la serie que más cariño le tenemos. Lo que venga después estupendo, pero no va a ser fácil el momento de dejarlo. Nosotros vemos esto como Simeone: partido a partido. Ni siquiera temporada a temporada, esto es capítulo a capítulo. ¿Nos lo seguimos pasando bien? ¿A la gente le sigue gustando? ¿Tenemos energía? Estamos demasiado agradecidos y hemos montado un decorado demasiado caro, o sea que...
¿Tienes claro cómo quieres que sea el final?
No, nuestro final era nuestro capítulo 100. El capítulo 100 era el final de la serie. Seguimos y ahora mismo no tenemos final. Ahora estamos grabando el 186.
¿Y habéis pensado algo para el 200?
No, todavía no. No hemos pensado porque en el 186 acaba la temporada 14 y luego tenemos otros ocho, 194, con los que acaba la temporada 15. O sea que sería una cosa para grabarla dentro de dos temporadas, con lo cual no hay que estresarse. Partido a partido.
Aunque los espectadores de Telecinco la van a ir viendo semanalmente, la temporada 13 ya se estrenó hace meses en Amazon Prime Video. ¿Tranquiliza enfrentarse a un estreno en abierto sabiendo que a los fans ya le ha gustado?
Tranquiliza, relaja. Siempre lo he dicho, y lo reconozco, que al día siguiente de la emisión me levantaba con el culo apretado, nunca dormía bien. Aunque le estuviera yendo bien a la serie, siempre tienes el pensamiento de 'se va a acabar'. Luego veías que daba buena audiencia, tú te relajabas y te ibas a trabajar tan contento. Cuando La que se avecina se empezó a estrenar en plataforma, vimos que es un estreno mucho más pacífico. Lo único que pasa es que a lo mejor a las veinte horas algún enfermo te dice que ya la ha visto, haces cuentas y ves que no ha dormido [ríe]. Vas viendo [reacciones], pero todo es más a cuentagotas.
Cuando te das cuenta de cómo ha ido La que se avecina, por el sistema de Mediaset con Amazon, es cuando salen los informes de consumo de GECA y ves que está la primera por delante de series como El señor de los anillos o de otros hits. Eso nos tranquiliza mucho en el sentido de que el dato en abierto es menos relevante tanto para nosotros como para la propia cadena, que ya ha amortizado el capítulo.
Cuando haces un estreno, lo que preocupa es que tenga publi suficiente para que ingresen más que lo que cuesta producirlo. Ahora ya no, ahora hay un elevadísimo porcentaje del coste del capítulo que lo financia la plataforma. Este sistema tiene esa parte de mayor tranquilidad, y otra parte que da un poco de rabia, que vale, ha cambiado la forma de ver series, pero La que se avecina por esencia es una serie diseñada para el abierto y a mí me gusta que el estreno sea en abierto. Que al día siguiente vaya a todas las plataformas, pero a mí espiritualmente por la gente, por los seguidores, me da rabia que alguien que no pueda permitirse pagar una plataforma tenga que esperar un año para ver el mismo capítulo. Eso me da mucha rabia.
Y también perder el evento en abierto, la sincronía...
Sí, sobre todo el acontecimiento. Vale, ya cada uno vemos las series cuando nos da la gana, pero si tiene encanto suficiente como para querer comentarla al día siguiente, ya te la tienes que ver porque si no ya estás pidiendo que no te hagan spoiler. Ojalá en un futuro podamos retomar que el estreno sea directamente en abierto que es la naturaleza de La que se avecina.