Blanca Romero está siendo una de las grandes protagonistas de MasterChef Celebrity 8, que como cada jueves emite una nueva gala en La 1 de TVE. Y lo está siendo no sólo por su destreza en los fogones, sino por cómo ha afrontado su participación en un formato televisivo en el que la personalidad y la entrega importan más que el cocinado.
Sobre ello reflexiona la actriz en conversación con verTele y otros medios, en una entrevista realizada en el marco del FesTVal de Vitoria 2023. “Contaba con que MasterChef era un programa blanco en el que había que cocinar bien, y cuando llegué me pilló despistada”, admite en primer lugar, asegurando que “una vez me ubiqué lo llevé todo a comedia y me lo pasé pipa”.
Romero, a la que hemos visto anteriormente en numerosas series de televisión pero nunca antes en un talent o reality show, afirma que su idea del programa culinario era “como ir a Pasapalabra y en vez de decir letras, cocinar”. No contaba con tener que abrirse ni mostrar su personalidad ante las cámaras, pero una vez captó los códigos confiesa que “lo volvería a hacer mil veces”.
“Una vez entiendes el guion, el formato y cómo va, es el programa más divertido y más brutal”, añade al respecto, afirmando que “no me lo he pasado mejor trabajando en la vida” y que “si le pillas el rollo, MasterChef es maravilloso”.
Sobre cómo se cocinó su participación en el programa de Shine Iberia y TVE, y preguntada por si se lo pensó mucho antes de aceptar, la intérprete admite que “tenía que venir por cojones, y no lo dudé. Si me hubiese tocado la lotería un mes antes, habría dicho que ni de coña voy a cocinar a ningún lado ni a exponerme, ¿qué necesidad?”.
¿Cómo has vivido ese estrés que supone cocinar en 'MasterChef Celebrity'?
Yo es que soy muy estresada de por sí ya, entonces no noté mucho cambio. Me parece que nos dieron poca caña, que son unos flojos [ríe]. Ha habido presión y tensión, pero debe ser la que sufren sirviendo en una boda los camareros reales con 200 comensales, que acaban a hostia limpia. Nosotros no porque somos actores. Ha habido demasiada risa y muy buen casting, era muy difícil acabar discutiendo por un huevo frito.
¿Cómo te preparaste para el programa?
Yo fui tres meses antes a Casa Marcial, la cocina de Nacho Manzano, con Esther Manzano que es un regalo y la amo. Les debo un piso. Estuve de ocho de la mañana a tres de la tarde en cocina con todas sus recetas, que es un laboratorio maravilloso y el mejor restaurante del mundo. Aprendí a cocinar un montón y sigo haciéndolo porque me encanta.
¿Ha cambiado tu perspectiva sobre alguno de los compañeros con los que has compartido experiencia?
Sí, pero para mejor.
Una vez entiendes el guion, el formato y cómo va, 'MasterChef' es el programa más divertido y más brutal
¿La competición ha sacado una parte de tu carácter que no habías mostrado antes en televisión?
Me descoloqué un poco, pero una vez me ubiqué lo llevé todo a comedia y me lo pasé pipa.
¿Por qué te desubicaste?
Porque contaba con que MasterChef era un programa blanco en el que había que cocinar bien, y cuando llegué me pilló despistada. Pensé que era como ir a Pasapalabra y en vez de decir letras, cocinar. Nunca antes me expuse, nunca me había mostrado en un programa de televisión, pero llegas ahí...
Te diste cuenta de que te estabas abriendo más de lo que pensabas...
Claro. Me abrí entera.
¿Entiendes que haya habido compañeros de otras ediciones que también hayan estado desubicados o que hayan dicho que 'MasterChef' no era lo que esperaban?
Sí. Hay que tener mucha agilidad mental para llevarlo. Pero una vez entiendes el guion, el formato y cómo va, es el programa más divertido y más brutal. Lo volvería a hacer mil veces. Creo que no me lo he pasado mejor trabajando en la vida. Si le pillas el rollo, MasterChef es maravilloso.
¿Tuviste dudas cuando te llamaron?
Me llamaron para unas ediciones anteriores y para nada me lo planteé. Pero esta vez tenía que venir por cojones, y no lo dudé. Si me hubiese tocado la lotería un mes antes, habría dicho que ni de coña voy a cocinar a ningún lado ni a exponerme, ¿qué necesidad? Y como no me tocó, fui. Pero una vez entré y me ubiqué, pensé 'si me toca ahora la lotería, sigo aquí y no me voy'. ¿Está bien explicado? Pues así es la realidad.