Blanca Romero valora las audiencias de 'Next Level Chef' y sus opciones ante Broncano y Motos: “Es un tremendo suicidio”
Blanca Romero vive con felicidad su regreso “de una manera tan bonita y tan a lo bestia” a la televisión. La asturiana ha debutado como presentadora gracias a Next Level Chef, nuevo talent culinario que ha emitido ya sus dos primeras entregas en Telecinco. Un cambio de registro tras muchos años trabajando como actriz para el cual se mostró en principio “reacia”, pero que acabó abrazando, “inspirándose en Pepe Rodríguez”, gracias a la confianza que asegura que depositó en ella Macarena Rey, CEO de Shine Iberia. La productora también se encarga de MasterChef, que en 2023 ya la fichó como concursante de su octava edición Celebrity.
A pesar de las buenas críticas que han recibido tanto ella en su labor como el propio formato por su dinámica, Next Level Chef ha tenido una fría acogida en audiencias. Sin embargo, Blanca Romero no tira la toalla y cree que el 'boca-oído' hará que se produzca la remontada: “Esta semana no sé porque hay fútbol, pero en la tercera semana yo creo que lo petamos”, auguró a verTele previamente a la emisión de este miércoles 15 de enero, antes de reflexionar sobre la dura competencia que afronta el programa durante su primera hora al tener que pelear con el voraz duelo entre La Revuelta de Broncano y El Hormiguero de Pablo Motos.
“Claro, la gente por costumbre llega y para hacer la cena, aunque a lo mejor ni siquiera lo están viendo, ponen las cadenas de siempre. No ven Telecinco y no se enteraron”, señala la gijonense sobre el estreno, poniendo de ejemplo algunos casos en su entorno cercano. “Luego te digo también una cosa: competir contra Broncano ahora mismo, que es su año... (...) Pero es que el chaval es joven, es nuevo y es muy bueno. Entonces claro, estamos ahí nosotros que es un tremendo suicidio”, valora.
“Broncano es maravilloso y le admiro un montón, pero bueno, si le pudiera meter en un armario lo metía”, bromea entre risas, recordando también que tuvo en frente al conductor de La Revuelta junto a Lalachus en las Campanadas de fin de año que ella condujo en Mediaset en compañía de Ion Aramendi. “Bueno, quedamos los terceros, ¿eh? Hice podium entre la pelea de gallos que, evidentemente, todos contábamos con ello. Todos contábamos con que iba a estar obviamente entre Cristina y Broncano. Directamente nosotros no estábamos ni en la Puerta del Sol”, recuerda, mostrándose satisfecha de que, al menos, “se cumplieran los objetivos de la cadena” desde Lanzarote.
Blanca Romero asegura que le gustaría seguir explorando su carrera como presentadora de televisión, postulándose incluso para el Telediario, una labor en la que poder “estar sentada sin exponerme a absolutamente nada, no tener que promocionar nada, un guion cerrado, estar caliente sentada en un sitio y no tener que esperar a que funcione en audiencia, ni hostias”. Eso sí, sin dejar todavía su faceta como actriz: “Por ahora no quiero dejarlo todavía. Todavía tengo sueños e ilusiones y metas en el cine, aunque el cine en España no me haga mucho caso y no me valore”.
¿Cómo te llegó la oportunidad de presentar Next Level Chef?
Fue por Macarena Rey, que es la dueña de la productora Shine Iberia. Ella me propuso para presentar esto. Yo estaba muy reacia, porque me parecía un cambio de registro. Nunca me había planteado presentar nada, la verdad. No había pasado por mi cabeza. Y en un principio estaba muy reacia, pero insistió un poco y me convenció. Dijo que confiara en ella, que ella lo veía claro y que llevaba muchísimos años en esto. Que lo iba a hacer genial, aunque yo no lo tenía muy claro. Pero me convenció y al final accedí. El primer día estaba con un poco de miedo, no sabía muy bien desde dónde hacerlo, pero cogí enseguida el ritmo y superagusto. Me encanta comunicar.
¿Cómo afrontaste el reto durante las primeras grabaciones? ¿Pediste consejo a alguien o te apoyaste en alguien con experiencia en esto?
Yo me inspiré en Pepe Rodríguez [MasterChef]. Esa parte en la que Pepe grita y habla y dice: “¡Y el ganador es...!”. Yo se lo dije: “Que sepas que me voy a inspirar en ti, por esa trama de amor-odio que tuvimos en nuestra edición”. Y luego, pues era tan tan grande el plató, que yo decía: “Ostras, para calentar esto...”. Como el típico teatro gigante. Tuve un proceso de inspiración totalmente artística, cero método. Me sirvió luego a lo largo de los diez capítulos para darme mucho peso a la hora de hablar y de estar muy tranquila y muy serena. Me vino bien y tiré por intuición, inspirándome en lo que me daba seguridad en mí misma.
¿Se te irá viendo más suelta a medida que avance la edición?
Sí, al principio estoy como más correcta y en modo personaje-presentadora total. Siempre desde mi naturalidad, desde el ser yo, porque aquí sí puedo serlo, no es como cuando hago de un personaje. Pero luego sí, soy generosa y me hago un poco la loca, porque yo creo que molan las personas así. Le doy un poco ese punto de estridencia, de locura, de meter caña y que la gente se ría y que diga: “Ay, qué graciosa, qué loca está”. Eso mola mucho, porque lo que hay que hacer es que se ría el espectador y lo pase bien. Divertir yo creo que es una responsabilidad mía, no tengo dudas de que lo conseguí [Risas].
Para el día de mañana yo querría presentar el Telediario, sentada sin exponerme a nada, no tener que promocionar nada, un guion cerrado, estar caliente en un sitio y no tener que esperar a que funcione en audiencias, ni hostias
¿Te has podido ver en los primeros programas? ¿Cómo te has visto? ¿Eres muy crítica contigo misma?
Me vi muy muy muy tranquila, la verdad. Me vi bien, me vi muy correcta. Me vi en un registro que creo que tiene muchísimo recorrido. Me hubiese gustado quedarme como en el primer programa, pero evidentemente es un talent, el ambiente se caldea, la presión nos invade, las circunstancias y el rodaje fue estridente, entonces se dio la evolución así. Pero no me hubiese importado quedarme como al principio, con un registro serio. Un registro serio con el que puedes presentar desde el Telediario, tranquilamente sin exponerte. Para mí eso sería superagradable, para el día de mañana eso es lo que yo querría: ser como un funcionario en mi horario, ir a presentar el Telediario sentada sin exponerme a absolutamente nada, no tener que promocionar nada, un guion cerrado, estar caliente sentada en un sitio y no tener que esperar a que funcione en audiencia, ni hostias.
¿Has tenido que lidiar con muchas situaciones tensas entre los concursantes?
Bueno, yo les puse orden, ¿eh? Porque lo primero que hice fue ganármelos a todos y tener mucha complicidad con ellos para hacerme querer, ¿sabes? Entonces, una vez te haces querer, la gente se entrega mucho más, y es mucho más fácil poner orden con una persona que te quiere a una que no te quiere, por que no se te rebele. Y la verdad que fueron encantadores, hay muchísima unión y se va a ver. Se va a ver el cariño que hay con los concursantes y yo. Y sí tuve que dar algún grito que otro, claro.
¿Cómo has recibido las buenas críticas que has tenido tanto tú como presentadora como el propio programa, tanto por parte del público como de la prensa especializada?
Pues con mucho gusto y mucho placer. Yo llevaba mucho tiempo criando a mi hijo en el monte y me quité del medio. Entonces, me había ido de mi carrera radicalmente de cero a cien. Pasé a criar a mi hijo y durante mucho tiempo me quité del medio. Pensé: “Quizá mi carrera ya terminó aquí y ahora tengo que buscar un plan B”. Que tampoco me importaría. Y al ver que me recibió el mercado tan bien, que me abrieron las puertas de la cadena de esa manera, que confiaron en mí dándome un proyecto maravilloso, las Campanadas... Pues pensé: “Joder, Blanca, lo has vuelto a hacer. Si han vuelto a confiar en ti es que lo que hiciste no estuvo mal. Estabas recolectando, llevas muchos años trabajando y no se habían olvidado de ti”. Con lo cual, feliz de haber vuelto de una manera tan bonita y tan a lo bestia. Y sobre las buenas críticas, que la gente te dé un poco de cariño de vez en cuando está bien como artista.
¿Por qué crees que a pesar de contar con una gran promoción, y tener tantas buenas críticas, la audiencia no ha acompañado del todo en su estreno?
Pues mira, eso es problema de cadena. Yo soy nueva y no te sabría explicar. Seguro que sí podría alguien que sepa más que yo de televisión, porque esto es lo primero que hago y no tengo ni idea, ni de dónde me he metido, ni de cómo va. Los problemas estos de audiencias de cadena, que vienen de atrás y que no son nuevos, no sé de dónde vienen ni por qué son. Lo que sé es que este es un producto maravilloso, que es un formato brutal, un trabajo muy bien hecho y que creo que va a funcionar. También te digo, fui a La Santina ayer [la Virgen de Covadonga, patrona de Asturias] y le pedí que pasara lo que ella considerase que era lo mejor para mí. Personalmente y egoístamente, para mí, funcione con audiencia o no, estar en este formato es algo muy positivo. En Estados Unidos este programa arrasó, eso a mí me abre puertas. Lo compró Italia, Londres, Brasil, Inglaterra... Entonces, ese formato va a salir en todos esos países, que a mí ya eso me coloca de manera internacional como presentadora, porque el que es fan de un programa de cocina es friki y ve todas las ediciones. Para mí, es positivo de todas maneras, por lo que sólo puedo estar agradecida a Telecinco por darme esta oportunidad, ponerme en el sitio que me puso y a Macarena Rey, que es la cabeza pensante de contar conmigo y proponerme.
¿Va a funcionar? Fíjate que yo creo que sí, porque el primer día tuvo un 8 [% de share], estrenamos el día 8 y el 8 es mi número de la suerte. Son todo señales [Risas]. No podía ser ni un 10, ni un 9, ni hostias, tenía que ser un 8 que es mi número y punto, ha sido un 8. Y para el espectador la experiencia fue muy buena, el espectador que entró no cambió de canal, se quedó, comercialmente fue muy guay y trajo mucha gente joven que la cadena necesita. Esta semana no sé porque hay fútbol, pero en la tercera semana yo creo que lo petamos. Pero petemos o no petemos, para mí es superpositivo y estoy superagradecida, y si no tiene que ser será para bien también. Yo soy muy positiva, ante todas las lecturas, porque a futuro, lo que sucede conviene.
¿Es un handicap empezar el programa a las 22:00, con esa primera hora compitiendo con el duelo entre La Revuelta de Broncano y El Hormiguero de Motos?
Mira, mi amiga Ana me dijo el otro día: “Ay, mañana ponen tu programa, ¿no?”. Y yo: “Joder, Ana, fue ayer”. Mi colega Pablo: “¿Pero ya pasó?”. No se enteraron. Y yo: “¿En serio no se enteraron?”. Y me decían que no. Y es que claro, la gente por costumbre llega y para hacer la cena, aunque a lo mejor ni siquiera lo están viendo, ponen las cadenas de siempre. No ven Telecinco y no se enteraron, pero ahora yo creo que con este ruido sí que le van a dar una oportunidad. Y el que le dé una oportunidad, se queda seguro, porque está guay.
Luego te digo también una cosa: competir contra Broncano ahora mismo, que es su año, digo: “¡Pues le voy a tener que partir las piernas! Entre las Campanadas y esto a Broncano le voy a tener que partir las piernas” [Bromea entre risas]. Pero es que el chaval es joven, es nuevo y es muy bueno. Entonces claro, estamos ahí nosotros que es un tremendo suicidio. Pero aun así, no te creas tú que me siento débil, para nada. Analizándolo desde fuera, no hay problema y está todo en orden. Mi madre me dice: “¡Pero si Broncano hace siempre las mismas preguntas...!”. Y yo: “Bueno, pero hasta que cambien tenemos que jodernos”. Esto es en broma, ¿eh? Él es maravilloso y le admiro un montón, pero bueno, si le pudiera meter en un armario lo metía.
Mi conexión y el buen rollo que se emana en ese plató con los concursantes, que son el alma del formato, es porque yo vengo del lodo
¿Esperas que ante esas buenas críticas, el boca-oído pueda funcionar e ir remontando? Bake Off logró reponerse un poco el año pasado...
Sí, el domingo que lo repusieron, ya hubo unas 200.000 personas más y un 5%, que ya suman. Eso ya, la semana que viene, a la tercera va la vencida. Ese capítulo es maravilloso ya, me dijeron, que estoy mucho mejor que en el otro, que mola mucho más y que es más cañero y ya va in crescendo hacia arriba.
¿Otra lectura podría ser la saturación de programas de cocina en televisión? Hasta MasterChef ha vivido su propio desgaste en audiencias...
Yo creo que la gente sigue viendo mucho formato de cocina. Te voy a decir una cosa: lo máximo que vi de cocina yo fue a Arguiñano, porque me cae muy bien él y me gusta. Nunca fui yo de ver programas de cocina y de hecho no había visto nunca el concurso de cocina en el que participé [MasterChef Celebrity] hasta que participé. Pero no tengo ni idea, no te sabría decir si hay que hacer ya concursos de camareros, que también tela la tarea que tienen, que los admiro un montón. Me parece que hay que valer para lidiar así. Pero bueno, yo creo que este formato va a gustar y va a estar muy bien. Y que sea lo que tenga que ser y lo que Dios quiera. Yo estoy tranquila, porque de cara a mi carrera para mí es algo muy bonito, es un trabajo muy bien hecho, con buenas críticas y sólo puedo dar las gracias. El que lo quiera ver, bienvenido está, le va a encantar y el que no lo quiera ver que se vaya a la mierda.
¿Haber pasado por MasterChef Celebrity te ha dado un plus a la hora de encarar este formato? ¿Te ayuda a empatizar más con los concursantes?
Sí, sin duda. Yo creo que mi conexión y el buen rollo que se emana en ese plató con los concursantes, que son el alma del formato, es porque yo vengo del lodo. Sé lo vulnerable que se es siendo concursante en esa posición delante de una persona que es juez y va a dictaminar tu futuro, es muy duro que los concursantes llegan a hacer cosas extremas por el estrés de competir, cosas que no harían nunca. Entonces, me gustó cuidarlos y estar cerca de ellos, darles apoyo sincero porque como persona humana sé lo que están pasando y sé que ayudó muchísimo al programa eso.
¿Cuáles de los participantes crees que va a dar más que hablar? De momento, la gente se ha sorprendido por la imagen tan distinta que RoRo ha dado en el programa respecto a cómo se muestra en sus redes...
Es que a RoRo era la primera vez que se la veía, pero es una niña maravillosa. Yo hay días que digo: “Esta tía está hecha con Inteligencia Artificial, porque no es verdad que se casque estas recetas aquí de repente”. Es una niña que veía documentales de cómo se hacen las cosas y le hacían bullying desde cero a cien. Entonces, ella veía cómo se hacen, por ejemplo, los manteles desde que se empieza. Os va a sorprender un montón. Es un valor al alza, es un ser muy especial. Y es que a España le mola criticar y “dijo” e “hizo” y son muy de juzgar, pero tiene muchísimo valor esa niña.
¿Las Campanadas? Todos contábamos con que iba a estar obviamente entre Pedroche y Broncano. Directamente nosotros no estábamos ni en la Puerta del Sol
¿Qué balance haces de tu paso por las Campanadas, a pesar de la audiencia que tuvo?
Bueno, quedamos los terceros, ¿eh? Hice podium entre la pelea de gallos que, evidentemente, todos contábamos con ello. Todos contábamos con que iba a estar obviamente entre Cristina y Broncano. Directamente nosotros no estábamos ni en la Puerta del Sol. Pero bueno, se cumplieron los objetivos de la cadena y fue bien de cara a lo que querían alcanzar. Yo me lo pasé bien, me gustó mucho y disfruté muchísimo. Tenía miedo, porque en Lanzarote el pueblo está un poco cansado del turista y yo decía: “Va, yo creo que no nos quieren mucho. Estarán hasta los huevos”. Y es normal, como pasa en ciudades con tanto turismo. Pero qué va, fueron supercariñosos, se portaron genial y me hicieron estar superagusto. Lo pasé muy bien, me lo pasé pipa en lo que es las Campanadas en sí, esos quince minutos que pasan rapidísimo.
¿Repetirías en esta labor?
Sí, fue la Nochevieja más divertida de mi vida, porque yo siempre me aburría en Nochevieja. Siempre era como que la Navidad meh... Esta la viví de forma muy intensa y repetiría por supuesto, pero repetiría en la Puerta del Sol la siguiente vez. Y ya me metería yo en la pelea de gallos [Risas]. Poco a poco, yo voy poco a poco: participo en un concurso, termino presentando y tacatá... Hay que ir poco a poco para ir en tierra firme.
Telecinco te ha dado tu primera gran oportunidad como presentadora. ¿Es un camino que te gustaría seguir explorando?
Sí, haría recorrido. El registro me gusta, me siento a gusto comunicando y vocalizando. Porque yo puedo hablar asturiano si me da la gana, sé cuándo lo puedo meter y cuándo no porque la gente no lo entendería, sé cuándo tengo el hueco de comedia para meter mis cosas, pero sí me parece algo serio, algo bonito y de cara a la edad a la que voy quizá sea mucho más adecuado para mí, a partir de los 50, seguir como presentadora. Los rodajes son más duros y físicamente creo que afrontaría mejor este nuevo registro que el otro.
¿Te lo planteas combinándolo con tu carrera como actriz o ir mirando según vayan surgiendo las cosas?
Sí, por ahora sí. Por ahora no quiero dejarlo todavía. Todavía tengo sueños e ilusiones y metas en el cine, aunque el cine en España no me haga mucho caso y no me valore. Pero yo si no es aquí, en Estados Unidos voy a seguir intentándolo. Creo que tengo a una actriz maravillosa dentro que lo que hizo lo hizo muy bien y no la voy a callar. Entonces, ahora protagonizo una serie, que empiezo en mayo, con un personaje maravilloso en tele y voy a seguir. Todavía me siento físicamente con fuerzas para ello. Y luego, pues ya veremos más adelante como presentadora cuando a lo mejor tenga ya la cadera jodida, que eso es ley de vida. Pero ahora voy a seguir dándole al cine y a la tele.
¿De ese proyecto como actriz de una serie se sabe ya algo o está por anunciarse todavía?
Está por anunciarse todavía, pero ya está cerrado. Empezamos el cinco de mayo el rodaje y estamos hasta diciembre rodando. Por medio pararemos para hacer otra cosa y le tengo muchísimas, muchísimas ganas, porque creo que va a ser un personaje muy querido. De esos personajes que llegan a la gente y es muy querido, es bonito.