Carmina Barrios y su futuro en TV tras 'MasterChef Celebrity': “Reality no. Ni quiero pasar hambre, ni poner cuernos”
Las semanas pasan en MasterChef Celebrity 6 y los famosos nos siguen deleitando con su show, y con platos poco a poco mejor preparados. El talent culinario de TVE ya tiene el fuego de las cocinas a máxima potencia, y así lo demuestran los concursantes, que superan cada una de sus pruebas en mitad de piques, luchas de “ego” y algún que otro percance. Pese a ello, cada gala uno tiene irremediablemente que abandonar el barco, y así fue el caso de Vanesa Romero en el último programa, por su mala mano con el pescado.
Aunque la pasada prueba de exteriores no fue tan estridente como la protagonizada la semana anterior por Verónica Forqué, sí es cierto que se desataron las dotes de mando de Victoria Abril, que llevó mal no ser la capitana. Eso sí, se vio en prime time cómo Terelu derretía sus propias gafas en el horno.
En el marco del FesTVal de Vitoria, verTele fue uno de los medios que entrevistó a Carmina Barrios y Yotuel. Dos de los concursantes que, cada uno en su estilo, están siendo dos buenos ejemplos del programa de La 1, como ya les han valorado los jueces.
Ambos coinciden en que la máxima tensión se daba a “la hora del resultado”, en el momento de presentar los platos. “Como yo decía: ¡Se nos aprieta el culo!”, cuenta la madre de Paco y María León, con el carisma que la caracteriza. Sin embargo, no tiene ninguna queja sobre los jueces en su paso por el programa: “Jordi para mí era un muñeco, era como mi niño”.
Por su parte, Yotuel revela que antes del programa le pidió ayuda a Miguel Ángel Muñoz, tanto por haber sido ganador del talent como por ser un viejo amigo al coincidir en la serie Un paso adelante. Ambos también desvelan qué compañeros les sorprendieron del propio casting, y el cantante destaca su gran amistad forjada con un “compañero” de profesión como David Bustamante, la cual se puede ver desde el primer día en las cocinas. Por su parte, Carmina asegura que Miki Nadal “está sembrao'”, pero reconoce que la que más le asombró para bien fue Terelu: “Tenía una imagen de ella equivocada”.
¿Cómo ha sido la experiencia? ¿Ha sido como os imaginabais, u os ha sorprendido?
Yotuel (Y.): Para mí se ha superado, porque uno viene para aprender a cocinar y vive una experiencia increíble con las personas: con Carmina, con Terelu, con todo el equipo, con Busta... Seguimos hablando por teléfono y es lo que me quedo, esa cosa tan bonita. Hemos comido muy rico, hemos probado, cocinado...
Carmina (C.): La experiencia para mí ha sido maravillosa. Se ha trabajado, pero me he sentido como una niña chica. Es más o menos como ves en la tele, lo que pasa es que se divierte uno más ahí dentro. Y después, como hemos hecho con los 16 un grupo de compañeros y nos hemos querido tanto, hemos estado todos a una... Es una experiencia que le aconsejo a todo el mundo que la haga, y después que cuenten cómo ha ido. A mí me ha ido de puta madre. Se ha trabajado, para qué voy a decir que no. Nos hemos divertido, y hemos viajado. Me he montado hasta en globo, lo que yo en mi vida pensaba que iba a hacer.
Y.: La presión era de tú querer hacer las cosas bien, pero realmente yo lo viví increíble, a mí me encantó. Me dieron hachazos como a todos, pero me encantó.
¿Qué es lo que os ha generado más tensión, la cuenta atrás, tener solo tres minutos para ir al supermercado o presentar lo que habíais hecho ante el jurado?
C.: Más que nada, al presentar lo que habíamos hecho es cuando venía el miedo, cuando temblaban las patitas. Como yo decía: “¡Se nos aprieta el culo!” [ríen]. Madre mía, ¡el ano se nos cierra! Vamos con miedo, pero luego no pasaba nada a la hora del resultado. La atención de ir a comprar rápido, es de no poder volver a entrar. Esas cosas sí, porque había veces que metías la pata. Yo recuerdo de un concursante que quería hacer arroz con leche y se dejó el arroz.
Y.: La hora del resultado, sí. Y, sobre todo, el temor a que te echaran, porque te lo estabas pasando tan bien que nadie quería irse.
Carmina, ¿qué te dijeron tus hijos cuando les dijiste que te ibas a meter en 'MasterChef'?
C.: Ellos sabían antes que me iban a llamar. Me dijeron que era un programa muy bueno, era muy blanco y que si yo quería...
Y.: Bueno, también era negro por mí [ríen].
C.: ¡Ay, qué arte tienes! [ríe]. Y que, si yo quería, pues que lo hiciera. Ellos me apoyarían, pero me dijeron que tuviera cuidado, que allí me iba a emocionar mucho. “Vas a llorar, madre”. ¿Que voy a llorar yo? Yo lo que voy a hacer allí es hartarme de reír. Y lloré, lloré. No por el trato, sino por los compañeros cuando se iban... Se llega a emocionar una allí. Me preguntaron qué era lo que yo pensaba, pero que era un programa en el que yo iba a llorar. Si me echaban, era porque me tenían que echar. Se pusieron contentos cuando me vieron contenta a mí. He disfrutado mucho y se lo hacía ver todos los días.
Además de en tu caso los hijos, ¿vosotros habéis tenido referencias de algún otro amigo famoso de antes de entrar a 'MasterChef'?
Y.: Yo, en mi caso, sí. Hablé con Miguel Ángel Muñoz y me habló mucho del programa, de la experiencia... Y realmente fue una de las cosas que me hizo estar en el programa: su experiencia. Era super apetitosa.
C.: Yo conozco a gente que ha estado en el Celebrity, pero no voy a dar nombres, lógicamente. Me dijeron: “Tú no sabes dónde vas, no sabes lo que es” [ríen]. Y yo decía al principio que a ver qué iba a ser esto. Yo, al menos, a lo de que se trabaja, sabía que se trabajaba para poder comer [ríen], nunca mejor dicho. Pero a mí se me pasaron las horas... Y el trato de los chefs... Ahí sí que me he emocionado con ellos. Ya veréis, y sabréis lo que os digo.
¿Han sido buenos, entonces?
C.: Buenísimos. Cómo me han querido a mí los tres... bueno, a todos. Y ellos mismos tenían un malestar cuando alguno tenía que irse. Ellos lo sufrían, y yo quiero hablar siempre con ellos. Ha habido un cariño que no te puedes imaginar. Jordi, que yo le decía “mi muñeco” porque para mí era un muñeco, era como mi niño; Pepe, y la Sami pues para comérsela.
¿Habéis terminado con algún favorito entre los jueces?
Y.: A mí me gustaron los tres: me gustó Samantha mucho, me gustó Pepe un montón... De hecho conocí en Pepe una historia muy linda por la que entiende mis vínculos con Cuba. Su padre o su abuelo es cubano y el restaurante que tiene, el Bohío, tiene ese nombre porque es como le dicen a las casas en Cuba en el campo. Fue genial mi relación con Pepe. Y Jordi otro monstruo también, y muy humano, muy sencillo, muy buena persona. Un poco complicado a nivel físico pero él me decía que no pasaba nada, que él me enseñaba a cocinar y yo le entrenaba [ríen].
Y del resto de compañeros, ¿Quién os ha sorprendido?
C.: Me han sorprendido todos, pero para bien. El Miki este es que está 'sembrao', te meas con él. Y también Belén, que es para comérsela. De los compañeros que no conocía, la que me ha sorprendido es Terelu. Porque tenía una imagen yo de ella equivocada, porque cuando no conoces a la gente no tienes por qué imaginarte nada, y yo pensaba que... Pero qué va, maravillosa.
Y.: A mí me sorprendieron todos. Y Busta, la energía, la pasión... Yo a Bustamante no lo conocía mucho, pero cuando curramos hicimos una amistad bastante increíble, y va a ser mi hermano para siempre. Es una persona a la que le gusta hacerlo todo bien, y es buenísimo. Él las cosas no las hace a medias, y si se mete, se mete. Él quería hacer el mejor plato y eso yo lo valoro mucho.
¿Había compañeros que se lo tomaban con más calma?
Y.: Siempre hay quien lo hace diferente.
C.: Los hay más 'templaos'.
Antes de entrar a 'MasterChef', ¿habéis ido también a entrenar al restaurante de algún amigo?
C.: No. Yo tenía para ir, y además mis hijos me lo aconsejaron también, pero yo dije que no, que para mí el programa ya era bastante. “Lo que dure, facture”, y punto pelota. Estaba hasta bautizada con las esferificaciones [ríen]. Era floja para esto, no quería después... Es que me negaba totalmente.
¿Yotuel, tú ya cocinabas en Cuba?
Y.: Tuve un restaurante en Cuba y daba de comer, yo no cocinaba. Son dos cosas diferentes. Aquí realmente cocinar es entender la biología, la comida, las preparaciones... También es un país donde toda la materia prima que hay es increíble y aprendí el pescado, el pollo, y el pescado, pescado, pescado... El azul, el rojo, el amarillo, el naranja, el violeta [ríen]. Es muy lindo conocer la cocina.
En una entrevista dijiste que tú con la pata de jamón hacías mil platos. ¿Te vamos a poder ver con un alimento hacer varias cosas?
Y.: Y el hueso, después de hacerlo todo, lo dábamos para que se hiciera un potaje. Hay cosas que van a ver que las clavé.
C.: Son muchos juegos, muchas cosas. Se han inventado tantas cosas que me he ido haciendo divinamente.
Y.: Son perfiles totalmente diferentes que al final hacen el embalaje perfecto para esta temporada. Para mí es inigualable.
Cuando veíais las anteriores ediciones, ¿pensabais que teníais que estar ahí?
C.: Tanto como en esta no. El programa es increíble. Hasta esta edición, he visto todas porque me gusta y creo que esta es una pasada. En aquellas me divertía, pero es que no me podía preguntar eso porque, aún sabiendo que iba a ir, no me lo podía creer. No me he hecho nunca esa pregunta. Que me hubiese gustado a lo mejor ir, pues puede, pero no me lo había preguntado.
Y.: Yo me la hacía, y cuando entré pensé que qué coño hacía ahora. Yo pensaba que cocinaba, y me di cuenta aquí que daba de comer.
¿Es la edición en la que os habría gustado más concursar?
Y.: Sí, para mí sí. No he visto muchas, pero esta era mi edición.
C.: En esta sí. Me hubiese gustado incluso sabiendo los que entraban, porque es un casting tan especial... Ahí estamos todos tocados de la cabeza, pero piraos [ríen]. Y, al principio, por muy bien que tú te portes, como son muchas horas, muchos días y mucho lo que sea, entonces no puedes hacer un papel y se va viendo cómo es cada uno. Y claro, cuando vamos viendo que uno está más pirado que otro, que yo, yo más que esta... Es una locura, y cada uno divirtiendo a nuestra forma y queriéndonos. Reconocemos todos que no estamos buenos.
Carmina, como no tienes pelos en la lengua, ¿te han entrado ganas de responder o has respondido cuando te han dicho alguna crítica a tu plato?
C.: Me he sabido comportar porque los primeros que se han comportado han sido ellos con nosotros. Yo decía que si estaba malo me lo dijeran, pero que no me fueran a formar bulla. Nunca me han formado bulla, nunca. Me han dicho las cosas, y como han tenido un criterio por el que tenían razón, yo decía que era verdad, que tenían razón.
Yotuel, la grabación te ha coincidido con todo lo que ha sucedido en tu país. ¿Cómo has podido sobrellevar las dos partes, te ha afectado?
Y.: Pues lo veréis, porque influyó. Hay que verlo. Es un momento muy importante.
¿Te hacen cocinar ahora en casa?
Y.: Yo sigo la rutina cada día. Ahora que cocino, antes que sabía comer [ríen]. Me gusta cocinar, me gusta todo lo que he aprendido, la técnica para que salga todo perfecto.
Después de esta experiencia televisiva, ¿os gustaría asumir otro tipo de talent, un reality, un programa?
C.: Yo en televisión tendría que ser una cosita suavecita. Reality, por supuesto, no. Con el reality lo tengo todo bien claro. Ni tengo la de pasar hambre, ni de poner cuernos [ríen]. Yo ya todo muy normalito.
Y.: Yo me apunto a todo lo que diga ella, andamos igual [ríen].
Si tuvieseis que recomendar la experiencia a algún amigo vuestro famoso, ¿a quién se lo aconsejaríais?
Y.: Yo se lo recomendaría a Blas Cantó. Le diría: “Blas, cantas muy bien, tienes una voz extraordinaria, pero tienes que ir a cocinar”. A él se le da increíble, me encantaría. Yo creo que se atrevería, cocina muy bien, yo le empujaría.
C.: Yo se lo recomendaría a mi hijo Alejandro, el militar que ya está en la reserva. “¡Anda, Alejandro! Vete para allí que te tratan muy bien y te pagan bien” [ríen].
¿Qué creéis que os puede aportar 'MasterChef' en vuestras carreras?
Y.: A mí, que me conozca la gente. Cómo soy yo. Algo importante del programa es que, más que cocinar, muestra la persona que eres. Te saca la persona que eres y yo me maravillé de las personas que conocí en el programa. Una de ellas fue Carmina: me encantó su energía, su forma, su manera de transmitir... Todos queríamos tenerla en el equipo. Es de esas personas que cuando llegan, la felicidad aparece. Era como si su risa, su manera de hablar, su jerga, su energía... era fundamental. Y creo que este programa, entre todas las cosas, te saca tu personalidad.
Yo me di cuenta de una cosa, y lo confirmo en mi casa. La cocina es el lugar donde se hacen todas las reuniones, donde se hacen las llamadas... La cocina es un lugar, por lo menos en mi casa, bastante importante. Y es lo que pasó en esta cocina: su personalidad no podían ocultarla. Para bien o para mal, salía.