Cuéntame cómo pasó sigue avanzando hacia su inexorable final tras 22 años ininterrumpidos de emisión. Tras los capítulos dedicados a Merche, Inés y Toni, el cuarto de esta última tanda, el de este miércoles 8 de noviembre, está dedicado a María, la hija menor de los Alcántara interpretada ahora por Carmen Climent. La joven actriz ha conocido la popularidad gracias a la serie, a la que llegó en los últimos cinco años. Por eso reconoce haberse quedado aún con ganas de más, aunque a la vez satisfecha con cómo se ha cerrado su personaje. “Con esta temporada hemos cerrado todos desde el corazón”, explica a verTele.
Su actitud, inevitablemente, contrasta con la de María Galiana: después de 22 años dando vida a Herminia, la “abuela de España” se despide de una serie que iniciaba la temporada definitiva de forma traumática, anunciando su muerte. La veterana actriz relativiza este impacto, y de hecho se muestra satisfecha con que la serie termine con la despedida de su personaje: “No solamente me ha parecido muy bien, sino que lo he apoyado porque como no me gustan las cosas tan irreales, si Herminia había empezado en el año 68 con 75 años, en 2001 tendría ciento y pico. Esto ya se sale de la realidad”, dice la andaluza, que expone sus impresiones sobre lo que ha supuesto la ficción.
“La palabra emotivo no le va a mi trabajo, a Cuéntame sí”, advierte la artista, que llegó a la profesión después de una carrera como profesora. “Como actriz he estado muy bien, pero mi temperamento dramático no ha estado ahí. Ha estado mi oficio como actriz, mi entrega y mi verdad”, afirma Galiana, de 88 años. “En 23 años no he hecho más que el papel de abuela, me parece desperdiciarme”, confiesa sin complejos a la par que reconoce que le “hubiera gustado ser más cosas”.
En todo caso, se muestra contenta con ese apodo de “abuela de España” que ha logrado calar en la población que durante todo este tiempo ha seguido la producción de Ganga para TVE. Ese éxito, para ella, tiene una explicación clara: la atención que han dedicado los protagonistas de la serie a sus personajes: “La idea que los protagonistas tenían de lo que era Cuéntame es lo que nos ha hecho perdurar, si no nos hubiéramos ido a la porra”.
¿Qué se lleva de estos 22 años de 'Cuéntame'?
MARÍA GALIANA: 22 años de trabajo, fundamentalmente. Una casa en la playa y dos en la Sierra [risas].
¿Cuál sería el momento más emotivo, en lo que respecta a Herminia, que ha vivido?
M.G.: La palabra emotivo no le va a mi trabajo, a Cuéntame sí. Quiero decir: yo como persona no he puesto sentimentalmente mucha carne en el asador. Soy muy franca y sincera y digo lo que pienso. Estoy muy satisfecha de mi trabajo, pero si tenemos en cuenta que he empezado con 65 años, y que tengo 88, y que en 22 años no he hecho más en televisión que el papel de abuela, me parece desperdiciarme. No el papel de abuela, sino mi corta carrera como actriz. Yo estoy encantada con ser la abuela de España, pero también me hubiera gustado ser más cosas: ser madre coraje, y la madre de Hamlet, ser ochenta mil papeles de vieja, de mujer mayor, sesentona cuando empecé, a lo largo de estos años.
Estoy encantada con ser la abuela de España, pero me hubiera gustado ser más cosas
Como actriz he estado muy bien, habiendo hecho de la abuela Herminia, pero mi temperamento dramático no ha estado ahí. Ha estado mi oficio como actriz, mi entrega y mi verdad. Realmente la abuela la he hecho con verdad, cosa que como actriz me da una satisfacción extraordinaria y me engorda mi vanidad muchísimo porque no me parezco a Herminia absolutamente en nada: ni soy abuela cariñosa; ni soy por supuesto inculta, porque soy una persona universitaria; ni soy de pueblo, ni nada de nada. No tengo nada que ver. Ahora bien, si he sido capaz de dar esa calidad que la gente aprecia y por lo que la gente me quiere, bendita sea mi alma, encantada de la vida. Pero es un contraste muy grande estar 22 años con este papel.
En cualquier caso, ¿cómo ha sido desprenderse de un papel de 22 años de oficio?
M.G.: Pues que se ha acabado. Ya está. Y punto. Hasta aquí llegó. Eso se ha acabado, como pude acabar, por ejemplo, mis experiencias universitarias: '¿esto se ha acabado ya, con lo bien que lo estaba pasando? ¿Con lo estupendo que era y con el ambientazo en que vivía?'. Punto, no pasa nada. Me jubilé como profesora: 'Ya no tengo alumnos, ya no tengo público'. Porque eso es un público, al fin y al cabo. Ya no tengo esa satisfacción de llevar a cabo mi vocación, que era la docencia. Punto, fuera. Estoy haciendo una cosa que me encanta, que es trabajar como actriz. Fantástico. ¿Ha terminado este ciclo? Fuera. ¿Hasta donde? Yo pongo de ejemplo a Michael Caine, que dice que con 90 se va a jubilar. A lo mejor yo también. O no, porque ahí estoy al pie del cañón.
He estado corrigiendo constantemente al personal
En ese aspecto, ¿ha habido algo que no le haya gustado hacer de Herminia, o que haya sido un límite de lo que quería o no hacer?
M.G.: No las ha habido porque me he negado a hacerlas. No me acuerdo ahora mismo, pero a los guionistas en algún momento... No miento, las cosas que no me gustan se me olvidan, y las que me gustan también. No tengo memoria reiterativa. No soy rumiante. No soy de las que haga una cosa y sigo pensando en ellas. No, fuera. Hablo en líneas generales. Por ejemplo, Herminia jamás ha dicho una palabra soez en todo el capítulo, cosa que a las viejas se les suele poner para que hagan más gracia. No, esa gracia no la voy a hacer. Eso lo han tenido claro los guionistas. Ni palabrotas ni cosas malintencionadas, ni con segunda intención que hablen por ejemplo de sexo. Un punto verderón le podían haber dado a Herminia en un momento determinado y me he negado. Me he negado también a cosas que no fueran de su “incultura”: no quiero aparecer como más inculta de lo que es, hablando muy mal o medias palabras que no se entendían... Pero tampoco demasiado culta. He corregido: por ejemplo, si ponía “peculiaridad”, yo decía que Herminia eso no sabe lo que es. He estado corrigiendo constantemente al personal.
¿Y no le ponían pegas los guionistas?
M.G.: No. Hay que aclarar una cosa: Cuéntame se ha hecho siempre con lecturas comparadas de todos los intérpretes con los guionistas. Y les hemos leído la cartilla a los guionistas no solamente yo, sino los demás. Ha habido veces que nos ha costado más trabajo porque ha habido guionistas bastante testarudos que no entendían lo que nosotros hacíamos. Y yo, con perdón de los venezolanos, he dicho muchas veces: 'Esto no lo podemos hacer, porque esto es un culebrón venezolano, esto no es Cuéntame'. La idea que los protagonistas, sobre todo la familia, tenía de lo que era Cuéntame siempre se ha impuesto siempre, y es lo que nos ha hecho perdurar. Porque si no nos hubiéramos ido a la porra en tres o cuatro años, o menos.
He dicho muchas veces: 'Esto no lo podemos hacer, porque esto es un culebrón venezolano, esto no es Cuéntame'
Hace unos años, en el marco del Festival de Málaga, nos decía que una petición a los guionistas era que el personaje no desapareciera. ¿Cómo fue para usted vivir el momento en que Herminia moría?
M.G.: Qué raro que dijera eso... Por mí, desde luego, no ha sido, pero me ha parecido muy bien [que Herminia muriera]. No solamente me ha parecido muy bien, sino que lo he apoyado porque como no me gustan las cosas tan irreales, si Herminia había empezado en el año 68 con 75 años, en 2001 tendría ciento y pico. Esto ya se sale totalmente de la realidad, no tiene pies ni cabeza. Herminia, de verdad, ese personaje debe morir. Si dije eso en Málaga me recomendarían que todavía no adelantase...
Igual se refería a que no muriese antes de acabar la serie...
M.G.: Ah, no, eso no quería yo por nada del mundo, porque entre otras cosas no quería dejar de cobrar [risas].
Carmen, al ser una de las últimas incorporaciones de la serie, ¿te quedas con ganas de un poco más 'Cuéntame'?
CARMEN CLIMENT: Sí, al final son cinco años, que tampoco son pocos. Es un personaje que no tiene fin y siempre puedes descubrir cosas nuevas tanto como actriz como dentro del personaje. Me he quedado con ganas, pero con esta temporada hemos cerrado todos desde el corazón, con este broche final ha sido como cerrar bien el personaje. Me quedo con ganas, pero mucho más feliz.
¿Cómo ves tú el final de 'Cuéntame' con la muerte de Herminia?
C.C.: Como final de Cuéntame es muy redondo. Muere Cuéntame, muere Herminia...
M.G.: Pero ella se casa, ¡ella tiene toda la vida por delante! Ella podía empezar otra serie con el otro Carlitos.
CC.: Sí, y la verdad es que me lo paso muy bien trabajando con él... Pero sí, el final está muy bien que acabe con la muerte de Herminia. Lo que hemos vivido rodando esa escena fue tremendo. Estar en el cementerio de verdad hace que salieran todas las emociones...
M.G.: Yo lo pasé muy bien, porque estaba en mi casa [risas]. Estaban en un pueblo en Guadalajara, muy propio y estupendo. No puede estar mejor hecha la secuencia. Me pareció fantástica. Y cómo arranca además, con una fuerza estupenda. Yo, como espectadora, dije: 'Maravilloso'.
C.C.: A mí me enseñaron la secuencia antes y lloré. La luz que tiene, los colores... Es maravillosa.
Está muy bien que acabe con la muerte de Herminia. Lo que vivimos rodando esa escena fue tremendo
¿Cuál ha sido la trama de Herminia que le haya parecido más surrealista? Pensamos, por ejemplo, en aquella en la que aparece bajo los efectos de la marihuana tras comerse una galleta que la contenía.
M.G.: Fíjate, cuando me preguntan por secuencias, no me acuerdo... Esa era estupenda. Ese era un invento de los guionistas fabuloso. Han pasado tantas cosas... Herminia es un personaje que he construido bien contrastado. Es decir: es una persona con gran capacidad de apertura mental. Tiene una comprensión que no era habitual en los años sesenta en una persona de su edad. El hecho de que sus nietos vivieran con alguien sin estar casados, que su nieta tomara la píldora anticonceptiva... Eso y otras muchas cosas que comprende y respeta, sobre todo, y al mismo tiempo es una persona que lucha para que su familia tenga una conducta intachable desde el punto de vista moral, ético, desde el punto de vista de las relaciones con los demás. La formalidad, el trabajo, la palabra dada, las cosas que se prometen y hay que hacerlas... El sentido del honor lo tiene muy acentuado. Esto dice y esto hace. El trabajo es una cosa que hay que hacer, es una cosa estupenda para la que hemos nacido. Eso es lo que piensa, pero no lo piensa de una manera traumática, como lo podían pensar los jóvenes ahora. Eso para Herminia no tiene sentido: es lo que hay que hacer y punto. No le cuesta trabajo. He ido construyendo poco a poco el personaje, y creo que por eso ha llegado, por la verdad que tiene.
¿Y tú, Carmen?
C.C.: Todavía no ha salido, pero de la última secuencia que grabamos me voy a acordar toda la vida. Pero de las ya emitidas, también la primera mía: cuando voy a votar, es una que no olvidaré nunca. Era mi primera secuencia y yo estaba más pendiente de las grúas, estaba flipando.
¿Os lleváis algún recuerdo de la serie?
C.C.: Tengo el DNI de María Alcántara, y tengo la primera foto que pusieron mía, que estaba en el salón.
M.G.: Yo únicamente con una foto que estaba encima de uno de los muebles del famoso salón comedor. Estoy yo joven, joven, hace 22 años, con Carlitos, que tiene 7 años. Esa la tengo en el cuarto de mi casa.
¿Cómo habéis vivido la vuelta de Ricardo Gómez para el último episodio?
M.G.: Haber visto crecer a Ricardo me ha dado una pena enorme. ¡Enorme! Es que no sigue haciendo de niño chiquitito. Para mí ese es el que vale. Después ha ido creciendo, creciendo, ha pasado con nosotros la adolescencia... Ha hecho requetebién en irse, porque nada más hacerlo hizo una película por la que lo nominaron al Goya, Los últimos de Filipinas. Y luego ha hecho dos series, la última esa tan famosa de La Ruta del Bakalao. Ahora va a dirigir él una película, que ya tiene incluso presupuesto, ya se la están promocionando... Y a su vez él ha interpretado otra película, El sustituto, y va a interpretar otra dentro de equis tiempo, en 2024. Hijo, hiciste muy bien en irte. ¿Qué vas a hacer, seguir con Cuéntame? A saber entonces, cuando se fue, cuánto iba a durar esto...
Él consintió volver a protagonizar el último capítulo, que es el suyo. El capítulo en el que se supone que va a volver de Nueva York con su mujer Karina, Elena Rivera, que también ha vuelto para hacer las cinco o seis secuencias que salieran en el capítulo como protagonista. Yo aunque me muero salgo en todos los capítulos. Se hace retroactivo.
Carmen, para terminar: termina una serie que es la que te ha posicionado y te ha dado a conocer. ¿Cómo afrontas el futuro, ya notas las ofertas profesionales?
C.C.: Sí, al final es un escaparate enorme. Esta profesión, como bien me dicen todos, es de fondo, y la realidad es que siempre hay momentos más agradecidos y más bajos, pero por supuesto. Me ha abierto la puerta para que me conozca muchísima gente.