Siete son los episodios con los que Cuéntame cómo pasó pondrá punto final a 22 años en antena que son, por extensión, 22 años clave en la historia de la televisión en España. La familia Alcántara se despide de la audiencia dedicando un capítulo a cada personaje troncal dentro de ese núcleo familiar: tras arrancar con Mercedes la semana pasada, este miércoles 25 de octubre le toca el turno a Inés, la hija mayor del clan encarnada por Irene Visedo.
“Nos vamos por la puerta grande, dejamos la serie en su altura, que siempre ha sido elevada”, afirma la intérprete en un encuentro con verTele. La actriz, que salió de la serie en la octava temporada y regresó en la decimoséptima (durante ese paréntesis, el personaje estuvo encarnado por Pilar Punzano), plantea la gran pregunta en torno a una ficción tan longeva y que ha marcado tanto a la audiencia como a la misma TVE. “¿Cómo terminas Cuéntame? A ver quién es el listo que termina Cuéntame y de qué manera. Como no nos ha quedado otra que ser nosotros los que terminemos Cuéntame, lo hemos hecho con todo el corazón, que creo que es como siempre hemos hecho las cosas”.
Para Ana Duato, la eterna Mercedes, esta es “una temporada muy corta pero muy intensa”, donde ellos mismos han vivido con intensidad ese cierre. Así ha sido, por ejemplo, al recibir de vuelta a Ricardo Gómez y Elena Rivera, o al despedir al personaje de Herminia, la abuela encarnada por María Galiana, cuyo entierro marcó el primer episodio de esta tanda. En su caso, este cierre le permite despedirse de un personaje que es “cúmulo de muchas mujeres” y que ha pasado etapas muy diferentes. Para ella, la más especial es la que sirve para afrontar y visibilizar el cáncer. “Creo que es de lo que me acordaré siempre, también por las mujeres que he conocido para poder interpretarlo”.
Imanol Arias, que elogia emocionado el trabajo de su compañera de reparto durante todo este tiempo, da la clave de lo que, por cosas como esta, debe ser el final de Cuéntame. Agradecido de haber participado de una serie tan longeva, que les ha permitido en sus palabras “pagar tan bien la bombona de butano”, lo que debe importar de esta producción es el legado de lo que ha representado.
“En la televisión y en el oficio, también en el periodismo, el recuerdo que dejes una vez que te vayas no es tan importante como los hitos que hayas hecho. Nuestra preocupación no era el recuerdo que dejamos, sino el hito que conseguimos de contarnos. Por eso ha sido tan emotivo y tan poderoso”, declara. Dicho en palabras de Visedo, se han “abierto en canal”. Sobre ello, y sobre las memorias que les quedan tras clausurar los decorados de San Genaro, charlamos en una conversación cándida y sentida.
¿Cómo habéis afrontado esta última temporada?
ANA DUATO: Es una temporada corta pero muy intensa. Las emociones que hemos tenido también han sido muy intensas, de gran satisfacción por haber hecho un buen trabajo. Han sido siete capítulos en los que se habla de cosas muy importantes de la vida. Eso hace que hayamos vivido momentos muy emotivos como personajes, que van a dar mucho de qué hablar. Van a hacer que hablemos sobre eso y ese es uno de los grandes valores que tiene Cuéntame, cuando hablamos de cosas de las que a veces uno no se atreve a hablar, como la vida y la muerte, por ejemplo. La muerte forma parte de nosotros, pero a lo mejor no hablamos suficiente sobre cómo afrontar la muerte de nuestros seres queridos o nuestra propia muerte. De la herencia, que también es algo que creo que todas las familias han sufrido un momento de que una herencia haya podido ser un conflicto. No la herencia por algo tan material, sino la herencia de los afectos y del lugar que uno ocupa familiarmente. Esta temporada la asumimos con mucha responsabilidad porque creo que hablamos de cosas que nos importan a todos. Mi deseo es que cuando se acabe, se miren las familias, los espectadores, y digan: vamos a hablar sobre esto.
IMANOL ARIAS: Buena clave, esa. Yo creo, además, que los personajes en la serie se cierran con un conflicto único. Se ha hablado de los personajes en la historia, los personajes en la sociedad, y luego las relaciones familiares. Lo que aborda esta temporada, y creo que Ana ha dado en la clave, es que cada Alcántara pregunta de alguna manera a los demás: por qué soy yo “el terco”, por qué soy yo “la loba”, por qué soy yo “el heredero”... Por qué me ponen ese nombre, qué nombre me ha puesto mi familia, qué cargo, qué rublo me ha puesto mi familia que me ha fastidiado la vida… o me la ha dado. Es el reencontrarse con las deudas: 'por qué, por qué yo fui'. Eso es muy emotivo, es una forma de cerrar los personajes. Cada uno se expresa, hablan y, sobre todo, hablan de la herencia recibida, no de la herencia que vamos a recibir.
Los actores en Cuéntame tienen una enorme ventaja que nos ha dado las circunstancias y es que en esta profesión es muy difícil medir las cosas cuando no pagas la bombona de butano, o cuando a lo que aspiras es a que te reconozca alguien si no te reconoce nadie. Cuéntame ha pagado tan bien la bombona de butano, es decir, nos ha hecho nuestras vidas y además nos ha permitido trabajar tanto tiempo un personaje que lo que merecía era que ese personaje hablara por sí mismo. Como si los guionistas hubiesen dejado a los personajes expresar esa pregunta final. Por eso es tan potente y ha sido muy emotivo. Además, hemos contado con el cariño del grupo. 400 personas que han trabajado en estos 20 años - algunos hacía 19 que no estaban aquí- vinieron a ver la última escena. No he tenido tanta gente en el teatro como la que había en aquel estudio, y yo lleno el teatro normalmente.
¿Estáis contentos con cómo ha acabado la serie?
IRENE VISEDO: Yo sí, porque hemos tenido una gran oportunidad de poder despedirnos con estos siete capítulos. Y creo que nos vamos por la puerta grande, porque dejamos la serie en su altura, que siempre ha sido elevada. Me parece que estas premisas no las podemos obviar. Estoy muy satisfecha.
La muerte viene siempre en un momento en el que nunca te viene bien
¿Sentís presión por no estar a la altura?
I.V.: Hemos tenido responsabilidad y presión siempre. ¿Cómo terminas Cuéntame? A ver quién es el listo que termina Cuéntame y de qué manera. Como no nos ha quedado otra que ser nosotros los que terminemos Cuéntame lo hemos hecho con todo el corazón, que creo que es como siempre hemos hecho las cosas: abriéndonos en canal y defendiendo cada capítulo como muchos otros. Para mí es importante, o a mí me funciona, no sobredimensionar las cosas. “Oh, el final de Cuéntame…”. Pues sí, el final. Porque la muerte viene siempre en un momento en el que nunca te viene bien, nunca es ideal. La muerte es la muerte y hay que aceptarla y acogerla como es.
I.A.: Como decía antes, tenemos mucha suerte. El éxito hace que te evites muchos miedos que tienes. Nosotros somos personas con unas habilidades y somos autónomos, entonces siempre hay un miedo: de que puedas trabajar en esto, que es lo que te gusta, y que pueda ser algo reconocido, de cualquier manera. Que alguien te diga: “Sabes que me lo paso muy bien contigo, me río contigo un montón…”. Cuando ya superas eso, todo el miedo va al recuerdo, la presión sería qué recuerdo vamos a dejar. En la televisión y en el oficio, también en el periodismo, el recuerdo que dejes una vez que te vayas no es tan importante como los hitos que hayas hecho. Nuestra preocupación no era el recuerdo que dejamos, sino el hito que conseguimos de contarnos. Por eso ha sido tan emotivo y tan poderoso.
Imanol, hay quien define a Antonio Alcántara como el primer antihéroe de una serie familiar en España. ¿Qué te parece esta catalogación?
I.A.: Desde luego, las personas que lo inspiraron y la persona que fundamentalmente me inspiró fueron unos antihéroes. Era un hombre que pensaba que si alguien caía bien no podía irle mal. Por lo tanto, fue un hombre que dejó toda su vida en función de que le quisieran. Y Antonio Alcántara tiene mucho de eso. Como este hombre en el que se basó todo mi trabajo tenía mucho carácter, era totalmente Alcántara. Hay un reflejo. Es una relación, una paternidad y una forma de encontrarse. Mi padre, y la generación de mis padres, sabían que estaban formando una generación nueva, diferente. No la entendían, tenían un miedo terrible y eso está reflejado en Antonio. Yo diría que sí es un antihéroe y un trágico en muchos momentos. Además, tiene una figura trágica y es que es ‘un segundón’. Es el segundo hijo de una mujer de diferente padre, del padre segundón, del ‘tuerto’. Estoy totalmente de acuerdo. Es un padre y es un padre total. Habría que definir al padre nuevo, si ahora surgiera esa posibilidad. El padre nuevo tiene ahora otros elementos.
Irene, ¿Cuánto hay de ti en el personaje de Inés Alcántara?
I.V.: Somos personajes distintos, pero compartimos el mismo alma.
Para esta temporada final vuelven Ricardo Gómez y Elena Rivera. ¿Habéis echado en falta el regreso de algún actor más de los que han pasado por la serie?
I.V.: A Alicia Hermida. Esa vuelta hubiera sido lo más grande del mundo mundial. O por lo menos, haberla podido llamar para darle las gracias y contarle cómo ha sido la última temporada.
I.A.: Es que hay muchos que no están, hay muchos que no están…
I.V.: Hay muchas ausencias pero a mí la de Alicia es la que más me pesa.
Hablando de Ricardo, ¿cómo fue esa vuelta del hijo pródigo?
I.A.: Eso ha sido… Ricardo y Elena son dos intérpretes que además son muy buenos. Ahora mismo están en un momentazo. Se criaron en Cuéntame, crecieron y, fíjate, no me sorprendía tanto el centro que creaban siendo pequeños, que es que eran una unidad poderosa, como en la vuelta. Se daba una circunstancia en la que el personaje de Ricardo, Carlos, reúne a toda la familia y hace una gran escena. Yo ese día sí lloré, pero de orgullo. Era impresionante el nivel de control, la potencia, la implicación, lo que suponía recuperarles…Yo esa tarde... Fue muy catártico.
I.V.: Esa fue nuestra gran despedida.
I.A.: Nuestra gran despedida fue tenerlos a ellos dos ahí y relacionarnos con ellos. Creo que los hemos desgastado a besos. Debían estar de nosotros hasta aquí. [Risas].
I.V.: Bueno, fue breve. Lo bueno, si breve...
A.D.: Ellos se fueron con las llaves de casa, o sea que podían volver cuando ellos quisieran.
Esos momentos en los que ves a esa Mercedes luchar por su vida son de los que me acordaré siempre
Ana, de todas las tramas de Mercedes, que son innumerables, ¿cuál crees que es la que vas siempre a recordar?
A.D.: Es difícil. Después de 22 años y de 413 capítulos es difícil contestar a eso. Pero Mercedes es un cúmulo de muchas mujeres. Mercedes es una mujer llena de vida, de ganas de vivir, de aprender, de superarse… Hay momentos de su vida diferentes: la etapa de emprendedora, a empresaria, de estudiante, de política… Hay muchas Mercedes. Hay una muy especial, porque yo creo que cuando tienes una enfermedad como el cáncer te haces muy vulnerable a la vez que muy fuerte.
I.A.: Qué bien lo hiciste, lo hiciste increíble. Ese trabajo que hiciste… [Resopla].
A.D.: Bueno, lo hicimos entre todos.
I.A.: Sí, pero lo tuyo fue muy especial. Esos capítulos eran…
A.D.: Fue una etapa muy especial, por conocer a mujeres como Mercedes que pasaban por un cambio en tu vida. De repente, te enfrentas a la muerte. Ver a Mercedes luchar por su vida, convertirse en una guerrera, yo creo que es de lo que me acordaré siempre, también por las mujeres que he conocido para poder interpretarlo.
I.A.: Es uno de los grandes grandes momentos de la serie. Ellas te daban las gracias por hacerlo, me acuerdo.
A.D.: Se acercaban a mí y me decían: “Todo lo que no he podido llorar por mi enfermedad lo he llorado viéndote. Porque por mis hijos y por mi familia no quería llorar, quería ser una valiente, pero cuando te veía a ti podía llorar porque lloraba con otra persona”. Eso ha sido muy bonito.
En el final del primer capítulo de esta temporada, emitido el pasado miércoles, se le rinde homenaje al personaje con una canción, el 'Todo cambia' de Mercedes Sosa, que ha sonado en dos momentos claves de su vida: aquel baño en la playa tras darse cuenta de que podía tener cáncer y en el momento que Mercedes echa a Antonio de casa al descubrir que le ha sido infiel. ¿De quién fue la idea de recuperarla?
A.D.: En Cuéntame su protagonista también es la banda musical, te lleva a recuerdos y a momentos de tu vida. La música tiene mucha importancia en la serie. Mercedes Sosa a mí me encanta y fíjate que discutimos mucho… Bueno, discutimos, yo presencié esas discusiones, porque la decisión no la tomaba yo, por supuesto. Porque es Todo cambia, pero también estaba Gracias a la vida, también de Mercedes Sosa, que es maravillosa. Esas dos canciones representan mucho al personaje de Mercedes.
I.A.: Hubo un momento, te recuerdo a ti, a mí y a Miguel Ángel [Bernardeau] en México con Armando Manzanero, tomándonos un almuerzo que parecía una boda. Pues a Armando Manzanero se le habían comprado varias canciones y cuando se le plantea qué es Cuéntame, y ve cómo es, nos las cedió. Hubo un momento que de Armando Manzanero teníamos derechos de muchas canciones y él mismo hizo porque así fuera. La memoria sentimental corresponde al bolero y este hombre era un bolerista increíble, era un grande.
¿Os habéis llevado algo del set, de vestuario o de atrezzo, como recuerdo?
I.V.: Yo, el DNI y el anillo de Inés de las últimas temporadas, que me lo regaló un responsable de vestuario. Además lo hizo especialmente para Inés, no lo compró. En una temporada, le dio por decir: “Lo voy a diseñar”. Y se lo encargó a un joyista mexicano que trabaja la plata y me lo regaló. Y algún día me lo he puesto. Pensaba que no me iba a gustar mucho llevarlo, pero sí, me gusta.
A.D.: Yo, un camafeo que llevo en la última temporada, que lo llevé al principio, muy al principio. Un camafeo es un colgante que abres y pones una foto. Lo llevo en esta última temporada un poco recuperando cosas del pasado, con todo ese trance que vamos a pasar… Y me lo he quedado.
I.A.: Yo, muchas cosas. Al sastre que me había hecho las camisas de Anacleto le gustaba mucho Cuéntame, y empezó a hacer todas las camisas de Alcántara con su nombre bordado. Luego me hacía unas para mí igual que las de Alcántara, pero con mi nombre. Me quedé con ellas y ahora son las que utilizo en Muerte de un viajante. Mi camisa en Muerte de un viajante dice aquí “I.A.” en pequeñito. De allí no me he llevado mucho más. He dejado muchas cosas, he dejado cuatro cuadros de la denominación de origen de vinos, y luego tengo como 17 hierros, de trofeos, que son compartidos con la productora, que no me los quieren y me los tengo que quedar en casa. Es que no les caben.
Eso de las camisas con el nombre es muy de Pablo Ramírez Sañudo, el personaje de Pepe Sancho en 'Cuéntame'...
I.A.: Aunque Pablo Ramírez Sañudo, o sea el actor, un día me dijo [imita su voz]: “Esto que estamos haciendo es una horterada, porque uno no tiene que ponerse el nombre de uno. Si tú quieres llevar una camisa con un nombre, ponte la de tu abuelo. Si te pones la tuya es una horterada”. Y tenía razón.
TVE tenía tanto éxito y tanta publicidad que las privadas pidieron al gobierno que por favor le dieran esa publicidad
Si en un futuro se recupera Cuéntame, ¿os gustaría hacer un cameo o alguna aparición con vuestros personajes?
I.A.: Es que si no no podría hacerse, está por contrato, vamos. [Risas]. No, no, es que les quemo la casa.
¿Qué herencia creéis que deja Cuéntame dentro de la ficción española?
I.V.: Un buen recuerdo.
I.A.: El momento, y quizá último de la televisión en abierto, en el que las familias se reúnen a una hora todavía, aunque tengan cuartos independientes ya y haya muchas diferencias generacionales. Hay algo todavía que es la comida y la mesa alrededor. Esta serie empezó con publicidad en Televisión Española. Televisión Española tenía tanto éxito y tanta publicidad que las televisiones privadas le pidieron al gobierno que por favor le dieran esa publicidad porque competían. ¿Por qué era eso? Porque había una enorme publicidad. Y luego se comprobó que el espectador, si en una televisión pública ve publicidad, no solo no le molesta, sino que sabe que paga lo que no tiene que pagar él y además le permite convivir.
22 de la noche, empezaba Cuéntame. A la 22:10 había un pequeño corte y luego otro a las 22:35, que era cuando se recogía la mesa, hasta las 23:05. Salían 60 o 70 anuncios. Eso unía tanto a la gente, ese “vamos a recoger la mesa, no se qué”, como el ver la propia serie. Si algo definiría a Cuéntame es la televisión familiar. Lo que ahora se ve en privado, que una familia puede compartir una serie pero individualmente, antes se hacía en colectivo. Por lo que las relaciones padre e hijos que se veían en la pantalla salía a la mesa, estaba en esas cosas.