Martínez y hermanos es el programa conducido por Dani Martínez con el que se ha estrenado en Movistar+. Cada jueves, el cómico conduce una nueva entrega con invitados dispares que se apuntan a todos los juegos, anécdotas y charlas de su “sobremesa de amigos”. Y precisamente el día después de su estreno, verTele tuvo la oportunidad de hablar con el presentador que lidera este nuevo formato de la plataforma.
Si en su debut el humorista reunió a Mónica Naranjo, Jaime Lorente y Julián López; en la segunda entrega que la plataforma lanza este jueves 28 de abril se cita con Blanca Suárez, Santi Millán y Lydia Valentín. Con ellos charlará de sus proyectos profesionales, contarán anécdotas sobre sus carreras y tendrán que superar las pequeñas pruebas y provocaciones que Dani Martínez les proponga, como retarles al juego de 'sí o no' y tener que perder la vergüenza para demostrar su habilidad cantando.
Preguntamos al cómico sobre la esencia de su nuevo programa, su trayectoria televisiva, los límites del humor y su conciliación entre Mediaset y Movistar+. Y precisamente sobre este último asunto, nos aclara que no se ha despegado del grupo de Telecinco: “Sin necesidad de atarnos con un contrato nos han hecho sentir en casa”. Eso sí, considera que un programa como Martínez y hermanos solo se podría hacer en una plataforma: “En la generalista hay más show, piden que pasen más cosas”.
Dani Martínez también explica que Florentino Fernández le describe como un “entretenedor de vida”, porque precisamente su comedia televisiva le gusta hacerla acompañado: así lo atestiguan sus pasos por el Un, dos, tres, Dani & Flo, Aída y hasta lo que califica como “la Champions” de la televisión, Got Talent. Por ello, para su nuevo formato lo que desea es que no sea un programa del “presentador, sino un programa de los invitados”.
El cómico asegura que la comedia no tiene límites, sino contexto. Pero que, de la misma manera, las redes sociales han creado un mundo de “opiniones de fast food”: “Es una realidad que nos está tocando ahora vivir, el mundo de la comunicación rápida y el de que las noticias pasan”.
¿Cómo vive uno lo que viene después de estrenar un programa?
Bueno, hay una frase muy de madre que es: “Lo hecho, hecho está”. Al final, como lo habíamos grabado antes, los nervios del primer día los tienes el día que grabas, que entras a plató, ves los contenidos, hablas con los invitados… Luego, el día que lo muestras al mundo sientes estas cosquillitas de si les gustará o no, de a ver qué les parece. La verdad es que estoy muy contento, porque ha conseguido el objetivo de lo que queríamos mostrar a la gente, que era una sobremesa de amigos, pero en lugar de ellos son tres invitados que poco tienen que ver. Era un trío curioso. Todos los inputs que me han llegado, sobre todo de la gente que me dice la verdad, es que lo vivieron así [ríe]. Ha sido entretenido, divertido, y estoy muy contento.
Al final es un programa con muy buen rollo, en el que mezclas risas y juegos. ¿Una apuesta segura que no pasa nunca de moda?
Pues sí. Es verdad que al final, como la manera de relacionarnos con el grupo de amigos es la misma, porque quedamos a comer, a cenar, a ver algo para estar de buen rollo, divertirnos, jugar… Este programa es como cuando alguien te invita a casa, que yo sería el anfitrión, y presentas a tus amigos para que se conozcan, se sueltan y cuentan sus cosas y sus anécdotas. Y hay un momento en el que el anfitrión dice de sacar el Pictionary o el Scattergories, o pone algo. En el programa hacemos un poco eso, salteamos la charla con juegos para que a los invitados se vean en un tono en el que pocas veces se les puede ver.
La diferencia es que aquí no se va nadie porque no le aceptan pulpo como animal de compañía.
Aquí, efectivamente, de momento no se va nadie. Aquí hay juegos de mesa y hasta el final [ríe].
Disfruto más cuando la comedia es compartida
Martínez y Hermanos, Dani y Flo… Parece que para ti, a nivel televisivo, la comedia o es compartida o no es comedia. A diferencia de por ejemplo el teatro, donde sí centras el cartel de tu gira.
Sí, es verdad. Yo disfruto más cuando la comedia es compartida. Obviamente disfruto una barbaridad en el espectáculo y es de las cosas que más orgullo te pueden dar, porque al final el teatro lo escribo yo, lo interpreto yo y lo produzco yo, y tiene tanto de ti que es como tu hijo. Pero cuando he hecho mucha televisión con Flo, he estado en Aída, que es una serie coral; estoy en Got talent con un jurado y presentador y somos varios... Y yo disfruto mucho, además, me gusta que la gente que esté conmigo esté bien y se sienta a gusto, se lo pase bien. Como me dijo Flo: “Es que tú eres un entretenedor de vida, te dedicas todo el rato a entretener a la gente aunque no te estés trabajando para que se lo pase bien”. Esta es la filosofía que quiero llevar a este formato. Que vengan los invitados a pasárnoslo bien juntos y que no sea un programa del presentador, sino un programa de los invitados.
Entiendo que los invitados van a remar a favor de obra, pero ¿puede haber alguno que no entre en el juego como tú esperabas?
De momento en lo que llevamos no ha pasado. Pero efectivamente, el reto es que tienes que ser el gran anfitrión, el que consiga un tono que a la gente como espectadora le sorprenda. Que diga: “Ostras, nunca había visto a este actor o futbolista en este tono, qué divertido es. No se ha metido con nadie, qué gracioso”. Eso es, para mí, uno de los objetivos que tengo como presentador: el lograr esa complicidad, ese tono, esa comunión con el espectador para que se suelte. Y sobre todo que no sea una cosa entre el presentador y los invitados, sino también entre los invitados. En el primer programa ya se veía que hablan entre ellos, se vacilan entre ellos, hacen comentarios. Que sea una charla, más que una entrevista.
La última vez que te entrevistamos definiste 'Got talent' como “la Champions League de la televisión”. Tras decir eso, ¿cómo puedes promocionar el siguiente programa? Porque la Champions es casi lo más grande que hay...
Hombre, claro. Es que al final Got Talent es un formato que, aunque no te puedo dar el dato, está en no sé cuántos países. Es un formato que si tú le dices a un tío en Los Ángeles que eres jurado de Got Talent, sabe lo que es. Así que abre un paraguas mundial, que se ve en todas partes del mundo. A mí me escribe gente de latinoamérica, de Estados Unidos, gente de Alemania, que ve Got Talent España. Es alucinante el tirón que tiene. Es un formato consolidado, de referencia en muchísimos países. Así que sí, Got Talent es la Champions pura y dura, y no hay discusión. Y por eso aquí está en el título Martínez, mi apellido, y tienes más presión porque está menos consolidado. En Got Talent estás bajo el paraguas de la marca, y ese paraguas es muy grande y aguanta mucho.
Mi programa es un programa blanco para toda la familia, divertido
Hace unos días decías que no tiene que haber límites en el humor, pero sí contexto. En este sentido, ¿qué contextos te ofrece Movistar+?
Pues mira, realmente nadie me ha dicho nada. Nadie me ha venido a hablar de ningún contexto en Movistar. Por lo tanto, entiendo que cada uno haga el humor que le gusta, que le apetezca y con el que se sienta cómodo. Tengo que decir que nunca, en ningún sitio en el que he estado y en ninguna cadena, ni en Atresmedia, ni en Mediaset ni en ninguna radio, nadie ha venido a decirme que haga esto o lo otro en el humor. Siempre he tenido esa libertad.
He creído mucho en esto siempre, en que no hay límites, pero hay contexto. Tú puedes hacer un humor con tus amigos por WhatsApp que en un programa para todos los públicos como Got Talent igual no harías, porque no eres igual con tu madre que con tus amigos. Ni tienes que ser igual en un prime time que en un podcast, seguramente. Tienes que saber en cada momento a qué público te diriges, la confianza que tienes con ese público, para hacer según qué tipo de humor. Pero no le pondría límites, dependería de los contextos.
Preguntábamos porque hace solo unos meses sí que hubo varios cómicos que acusaron a Movistar+ de censura, sobre todo relacionada con chistes de Vox.
Yo en el tiempo que llevo aquí nadie me ha dicho nada de lo que tengo que hacer o no. Tengo libertad para hacer el tipo de humor que yo quiera hacer. Y a parte, mi programa es un programa blanco para toda la familia, divertido, que se basa mucho en juegos, igual que en otro tipo de programas.
Hablemos de ese contraste. Tú que haces un humor blanco para todos los públicos, como dices, ¿cómo vives que se hable tanto de comedia, de censura, de límites?
Bueno, es que es un debate. ¿Cómo te puedo decir cómo lo vivo yo? Entiendo que ahora mismo las redes sociales son un altavoz muy grande, y creo que todo esto ha cambiado por las redes sociales. La gente expresa su opinión en redes sociales, comentan y se abren muchos debates, no solo del humor, sino de muchas cosas. Todo es debatible. Y también me he dado cuenta de que los debates pasan muy rápido. Hoy estamos con un tema y todo el mundo opina sobre ese tema y está todo el mundo a saco, y dentro de dos semanas ya no se habla de ese tema y se va a otra cosa.
Creo que la manera de opinar que tenemos ahora es muy fast food en muchas cosas. Hace nada estábamos con lo de Will Smith todo el mundo, sobre qué nos parecía, y ahora estamos con otro tema, y de repente dentro de dos semanas estaremos hablando de otra cosa. Por eso creo que las redes sociales han abierto una puerta para expresar la opinión, pero creo que la gente también, lo mismo que del humor, opina de otros temas, y cambia rápido a otra cosa. Es una realidad que nos está tocando ahora vivir, el mundo de la comunicación rápida y de que las noticias pasan. Lo de ayer ya es como antiguo.
Ahora mismo tienes la posibilidad de elegir qué tipo de humor quieres consumir, y hay que respetar sea político, blanco, o del tipo que sea
Llevaba un tiempo sin hablarse de “los límites del humor”, pero aparece lo de Will Smith. ¿Es un tema que siempre va resurgiendo?
Sí, es verdad. Pero bueno, yo lo veo un tema más. Yo con mi grupo de amigos de toda la vida de León no es un tema del que hayamos hablado nunca en una sobremesa. No nos ponemos a hablar de qué limites tienen ellos o no. Porque como ahora, ya digo, que hay tantas ventanas para consumir cualquier tipo de humor, creo que la gente lo normal es que vea los tipos de programas, o podcast, o vídeos de Youtube, o siga a gente que a ellos les gusta. Yo creo que lo bueno es eso. Ahora mismo tienes la posibilidad de elegir qué tipo de humor quieres consumir, y hay que respetar sea político, blanco, o del tipo que sea. Y que lo disfrutes.
Llegas a Movistar después de una década seguida en Mediaset. ¿Qué ha supuesto para ti este cambio de rumbo?
Llevo 10 años, sí. Y sigo, porque seguiré en Got Talent. Nunca he tenido contrato de cadena con Mediaset, pero la he sentido como mi casa. Sin necesidad de atarnos con un contrato, nos han hecho sentir en casa, y estoy muy agradecido. Cuando vino la oportunidad de hacer este tipo de formato que yo siempre había querido hacer, sabía que el sitio donde se podía es en Movistar. Hablé con Mediaset y no hubo ningún problema, todo lo contrario. Lo entendieron perfectamente y se abrió una puerta para mí, la de un sitio donde cuidan mucho, para mi gusto, los programas de comedia. Se hacen un tipo de formatos muy parecidos a los de Estados Unidos, que los cómicos de aquí tenemos como referente. Abro etapa en un sitio que, para la gente como yo que hace comedia, es ideal.
¿Viste imposible hacer algo de este estilo en Mediaset? ¿Echaste en falta quizás en los últimos años una oportunidad en algo así?
Más que nada creo que en ninguna de las generalistas existe ahora mismo un formato de 50 minutos de prime time. Y el tono de una plataforma de pago también es otro, hay más charla, es más relajado… En la generalista hay más show, piden que pasen más cosas. Creo que los estilos también son diferentes, aunque lo que digo: al final lo que yo considero la Champions, que es Got Talent, se hace en Mediaset. Creo que lo que tiene Movistar es formatos de este tipo, y por eso creo que es un sitio ideal para hacerlo. Perfectamente se podría hacer en Mediaset, pero no con esta duración seguramente.
Hay una casualidad que deja el estreno de 'Martínez y hermanos', y es que este domingo se han cumplido 50 años del 'Un, dos, tres', donde participaste en la última etapa poniendo voz al perro Don Mariano. Llama la atención la evolución desde poner voz a un perro hasta tener un programa, presentando en traje, además.
[Ríe] Correcto, correcto. Yo salí en tres programas: salí de Boris, hice de un vendedor ambulante, hice tres apariciones, pero es verdad que también fue lo de Don Mariano, con Chicho. Y la verdad es que sí, fue un inicio… Yo era super fan del programa, lo veía con mi familia en casa. Es como el formato total de la historia de nuestro país en televisión. Y mi primer programa es el Un, dos, tres. Imagínate qué vértigo pase el primer día. No sé ni lo que dije, pero qué evolución. Recuerdo que por aquella época yo era un imitador de voces, y no quería hablar con mi voz porque pensaba que había que hacer las cosas con voces, sin voces no. Fíjate la evolución al final, que he hecho Aída como actor, he doblado películas de dibujos, he presentado concursos y programas, he hecho de jurado… Y ahora tengo un programa de ese tipo. No sabía que en mi evolución podía llegar a hacer algo así. Ha sido todo cuesta abajo, aprendizaje, cosas que salen bien, cosas que salen mal, y de todo vas aprendiendo y sumando. Cuál es tu sitio, cuál no, dónde estás mejor, y al final todo llega con trabajo.
El tono de una plataforma de pago es otro, hay más charla, es más relajado. En la generalista hay más show, piden que pasen más cosas
Respecto a esto, mirando el calendario, hace 10 años estabas preparando 'Guasap', que al final no vio la luz. Ahora estás estrenando un programa. No sé si este buen momento te ayuda a poner todo en una balanza, a relativizar los malos y a disfrutar especialmente los buenos.
Absolutamente. Es que, además, es una frase que siempre escuchas pero no quieres hacer mucho caso: las cosas malas también son importantes cuando pasan, y también dejan algo. Se piensa que solamente te dejan pasarlo mal, pero no. Te dejan aprendizajes y cosas que te ayudan a valorar más otras, a saber cómo tienes que hacer las cosas, a aprender qué está bien y qué está mal… Yo, de todo lo que me ha ido bien y de todo lo que me ha ido mal, he sacado cosas siempre.
Por eso ahora con 39 años, y teniendo un programa ya “de autor”, digamos, con tu nombre; creo que es el momento ideal. Han tenido que pasar todas estas vivencias para que yo diga que ahora sí es el momento. Efectivamente creo que todo suma, lo bueno y lo malo. Y siempre digo una frase que creo en ella y se la digo a todo el mundo que empieza a dedicarse a esto: ni eres el rey del mambo cuando te va muy bien y todo esta perfecto, ni eres la ultima mierda cuando te va mal. Y esto también lo podemos aplicar en la vida, porque al final como persona siempre eres la misma. Seas el que está escribiendo en el portal con más visitas o el de menos, como persona y todos tus valores eres el mismo.