Gervasio Deferr se convirtió en el gran protagonista de la presentación en el Festival de San Sebastián de El gran salto de Atresmedia. La energía del exgimnasta olímpico se desprendía durante los actos preparados por el grupo de comunicación en el certamen de Donosti, casi opacando al encargado de replicarlo en la pantalla, Óscar Casas. Por más que se habla de una futurible consagración para el hermano de Mario Casas, a quien el productor Jordi Frades augura “grandes alegrías” por su encarnación de Deferr, este último era quien tomaba la voz cantante en todo momento.
Y aunque eran Atresmedia, Diagonal TV, Óscar y el reparto quienes le agradecían su capacidad de abrirse y compartir con ellos sus vivencias, como ya hizo con el libro del que parte la obra audiovisual, El gran salto, es Deferr quien se mostraba más eufórico: “Es la mejor medalla tener una serie”, aseguraba sobre el proyecto, que verá la luz el domingo 17 de noviembre en Atresplayer.
Así las cosas, el deportista es el mejor valedor de un proyecto tremendamente personal, con el que se declaraba emocionado. Ante la prensa, verTele incluida, reconocía haber derramado “lagrimones” cuando se reprodujo el tráiler durante la presentación en el Kursaal. “Me ha llegado”. Poco antes reconocía haber podido ver sólo el primero de los cinco episodios que componen El gran salto. Eso sí, lo vio hasta diez veces, acompañado por su madre y por su hermano. “La historia que estamos contando es cómo yo la viví, la sufrí y la sentí”, decía.
A eso contribuyó la elección de Óscar Casas, con quien demostraba una gran complicidad en todo momento. Y eso que, como confiesa, se quedó inicialmente sorprendido cuando le informaron de su selección para el papel: “¡Es demasiado guapo!”, pensó. Luego no tardó en visualizar “un punto que tenemos en común”. Ahora, se declara entregado al joven actor, ante quien se niega a verse como un mentor: “El que me tendría que dar consejo sería él a mí”, bromea. Hablamos con él sobre esta relación, la producción, las expectativas y el reconocimiento, tanto a El gran salto como a sí mismo como un deportista histórico, más allá de sus descarrilamientos posteriores.
Has sido el protagonista de la rueda de prensa de 'El gran salto'. Pasados los años, te has vuelto todo un comunicador.
Cuando tenía 20 años y venía de Sidney, me hacíais preguntas y estaba 10 minutos hablando, pero si según me iba de allí me preguntabas que qué había dicho... Ni idea. No me enteraba de nada, estaba histérico. Con los años he aprendido un poco a escucharme como mínimo. Eso es importante.
¿Cómo fue la reacción inicial cuando se te plantea la idea de Óscar para encarnarlo? ¿Qué pensabas tú en ese momento?
Yo quedé con Montse [García], con Jordi [Frades] y con Roger [Gual]. Me explicaron que querían llevarlo a la pantalla, que tenían la idea y que tenían que ver la viabilidad por el tema de los JJ.OO., porque representar unos Juegos Olímpicos es muy complicado, y representar tres más, y no lo veían muy claro. Cuando me dijeron que ya tenían al 'Gervi', y que iba a ser Óscar Casas, pensé: '¿Qué dices? Es demasiado guapo. No tiene ningún sentido. Cómo va a ser él de mí. Ningún sentido'.
Aún así, cogí fotos de él y fotos mías de Sidney, y quieras o no hay algo ahí. Evidentemente su belleza no, pero hay un punto que tenemos en común de algo que podía llegar a visualizar. Desde el primer momento en que me lo dijeron, pensé: '¡Qué pepino! Ya no me preocupa: guapo voy a salir. Ahora veremos si hacemos bien o no'. Me encantó la idea. Luego es verdad que una vez hecha la serie y vista cómo han trabajado, el elenco ha sido muy bien escogido. Todos han entendido el papel que estaban representando muy bien. No hay mejor 'Gervi' que Óscar, eso seguro.
Este tipo es mucho más inteligente que yo. El que me tendría que dar consejo sería él a mí
¿Crees que hacer de ti puede significar la consagración como actor de Óscar?
Creo que la gente va a alucinar. Él es así [señala a Casas, junto a él, con traje]... No me lo imaginaba así en la pantalla. Me parece abrumador, realmente.
Teniendo en cuenta que la fama trae consigo similares desafíos, ¿le has dado consejos a Óscar desde tu experiencia, o habéis compartido experiencias?
Este tipo es mucho más inteligente que yo. El que me tendría que dar consejo sería él a mí. Yo en ese sentido creo que lo hace y lo gestiona superbién. Está muy bien acompañado por su familia. Tiene el ejemplo claro de su hermano en casa como para poder entender cómo gestionar ese tipo de cosas. Lo hace muy bien. No he tenido que decirle 'oye, por aquí o por allá'. No me sentiría con el crédito como para ello. Yo ya estoy de vuelta de todo, me han dado hostias por todos lados, y ahora tengo la calma de una persona de 44 años.
Ahora que está la salud mental en los deportistas de élite tan en el foco, ¿el Gervasio de esa época sería el mismo con esta forma de afrontar la salud mental?
Creo que habría cometido los mismos errores. Eso venía en la personalidad. Viene en el carácter de uno. Nos faltaba muchísima información en el 2000. Ahora estamos en 2024, hablas de salud mental y dices, bueno sí. Pero en el 2000 no era así. Si tenías que ir al psicólogo, mejor no lo digas porque te verán medio raro. Yo llevo yendo al psicólogo desde los 13 años, desde el 94, pero estaba mal visto, la gente no lo hablaba. Creo que hice los errores que cometí por mi carácter, porque soy una persona guerrera, inconformista. Siempre busco más y más, o siempre lo buscaba. Ya no busco nada. Con 19-20 años, esa testosterona, esa adrenalina continua hizo que cometiese los errores que cometí. No creo que si ahora tuviese 20 años, igual con la información que hay hubiera sido diferente o me habría protegido más, o habría pedido ayuda a mi familia. En aquel momento creía que podía con todo, así que por eso no pedí ayuda a nadie.
¿Qué te ayudó a ti de todo ese proceso terapéutico que seguiste?
En cuanto a las terapias y demás, al final tienes mucho tiempo para hablar contigo mismo, porque estás mucho tiempo solo, y yo hacía tiempo que no me escuchaba. Yo hacía mucho tiempo que no estaba conmigo mismo. Los primeros tres meses que estoy allí dentro, empiezo a hablarme de nuevo, a entenderme y escucharme, y simplemente es eso. Tuve que poner mi cabeza en paz, ponerme en paz conmigo, con mis padres, con mis entrenadores, con mis rivales, la gimnasia y la vida. Tenía que ponerme en paz con eso porque estaba como peleado, de espaldas a todo aquello. Yo veía que se me acababa la gimnasia y no quería, pero no había manera que no fuese así. Por lo tanto... Estuve enfadado con todo hasta que me empecé a escuchar, y ahí me empecé a poner en paz. Luego las terapias, los consejos psicológicos te ayudan, pero al final era el no estar conmigo mismo lo que me hizo perderme.
No creo que la serie vaya a ayudar al deporte minoritario, pero sí a la gente con temas de salud mental
¿Crees que la gente fue justa en España contigo?
Yo ahora creo que tengo el reconocimiento que me merezco. En su momento no era así. He necesitado 20 años más después de haber ganado tres medallas para que la gente me valore como me tenía que valorar. Como no tenemos tradición, vemos de repente algo y 'Oh, maravilloso', pero nos giramos y pasamos a mirar otra cosa. Sí, fue la hostia cuando gané en Sidney, pero me hicieron así y ya. Yo había dejado mi vida entera por eso. En ese momento creía que no se valoraba. Ahora mismo, sigo trabajando con el Comité Olímpico, creo que tengo el reconocimiento social y de la gente, el reconocimiento de mis jefes no lo he querido nunca y me da igual porque sé lo que valgo. En aquel momento sí tardó en dar cuenta de que estábamos haciendo historia en la gimnasia y en deportes minoritarios como pueden ser el taekwondo, judo, halterofilia... Era una mentalidad de deporte en equipo, pero el tema individual no estaba muy allá. Estamos en España y a la que te ven subir te quieren tirar para abajo. Pero yo he tenido muchas críticas injustas en momentos de mi vida en la carrera deportiva. Pero fue antaño, ahora me siento absolutamente reconocido por todo el mundo, querido. Bueno, por los que me quieren, con los que no no pasa nada.
Pero bueno, con las redes sociales se llega a más lugares y rincones. Ahora es más fácil que los deportistas lleguen a las casas. De hecho ahora llegan a las casas sin haber ganado nada, a veces. Están todo el día publicando cosas. Nosotros solo salíamos si ganábamos. Estábamos ahí haciendo historia de verdad. Ahora mismo, todo el que tiene un móvil es modelo y es coach y te pueden aconsejar de todo. Todo el mundo sabe de todo ahora. Bueno... la globalización, yo qué sé.
Estamos en España y a la que te ven subir te quieren tirar para abajo
Venimos de unos JJOO hace escasos meses, una época en la que se habla de deportes minoritarios y a menudo con una capacidad de juicio sumarísima por parte de todos, sin miramientos. ¿Crees que la serie, a través de tu caso, puede ayudar a que el espectador cambie su forma de ver el deporte de élite y la forma de criticarlo?
No sé yo, no sé yo si hasta ese punto. Primero, el que lo vea ahora pensará que mi historia es de hace 20 años y no es actual. En realidad, es como ayer, pero... No sabría decir si la serie va a ayudar a que el deporte minoritario sea más valorado, no lo creo. Eso tiene que ser una labor de cada uno de los deportistas, que con redes sociales y demás ya llegan a todos lados. No necesitan ese apoyo que nosotros sí necesitamos de la prensa. Si no te hablaba la prensa de ti, no lo hacía nadie.
Realmente no creo que vaya a ayudar al deporte la serie. Ayudará a la gente con temas de salud mental. Me han escrito, cuando saqué el libro, de muchos ámbitos. No tengo nada que ver con el deporte, pero estoy leyendo tu historia y me siento igual de atrapado y de confuso. Eso sí que ayudará, pero será más el tema de las adicciones o de la salud mental que el tema deportivo. El tema deportivo está muy pasado en mí, como mínimo.