Gonzo: “En los tiempos que corren, si te dedicas a esto y tienes la piel fina, es mejor irse a casa porque no es psicológicamente soportable”
“No te equivocaste”. Ese sería el mensaje que Fernando González, más conocido como Gonzo, se daría a sí mismo si pudiese viajar hasta el momento en el que decidió dejar El Intermedio y embarcarse en la aventura de capitanear Salvados, tras la alargada sombra de Jordi Évole. Apenas ha pasado un año y medio, y el programa estrena este domingo en laSexta su nueva temporada con una entrega muy especial: “El ciclón Ayuso”, tras vivir desde dentro durante dos semanas la triunfal campaña de la reelegida presidenta de Madrid.
Hablamos con el periodista sobre esta primera entrega, pero también nos avanza que otra de las nuevas será un profundo análisis sobre el batacazo de Ciudadanos, retrotrayendo hasta el mejor momento histórico del partido y cómo en 196 días todo cambió. Y ofrecerán otro programa “de una gran institución de este país que te ofrece una imagen y por detrás están en algunos casos haciendo todo lo contrario”.
A nivel personal, Gonzo pide “relativizar todo”, desde las redes sociales (“si tú te fías de lo que te dicen por redes sociales, crees que el mundo es algo muy distinto a lo que es”), hasta su propia autoexigencia: “Sería ridículo frustrarme porque hago una audiencia que no llega a las que hacía Jordi”. Y del mismo modo, valora el duro impacto que les ha causado la pandemia, y sus ganas de poder pensar en un Salvados sin Covid: “En el momento en el que la pandemia remita y haya más posibilidad de viajar y de salir a la calle, evidentemente le daremos cancha a eso, porque es parte del ADN de Salvados y en lo personal porque a mí también es lo que más me gusta”.
'Salvados' vuelve con Isabel Díaz Ayuso, ¿para permitir comprender cómo su campaña ha triunfado tanto?
Es la intención, pero no tanto la campaña. La campaña lo que nos ha permitido es tener más días y más actos en los que podemos entender el fenómeno Ayuso, que no sólo es ella en sí misma, sino la estrategia de comunicación que se ha diseñado para ella, el efecto que genera en los ciudadanos cuando está en contacto y cuando ves cómo se les acerca y hablan con ella... La campaña te permite conocer más en profundidad. Y luego, otra cosa, es que los partidos suelen estar más abiertos a que los medios hagamos seguimiento. Y eso que nosotros les planteamos desde el principio que sería para emitir una vez que ya estuviesen definidas las elecciones. Es decir, no iba a condicionar para nada el voto, o para perderlos o para ganarlos. Y aún así aceptaron porque entiendo que ellos contaban con un buen resultado, y después de un buen resultado poder salir una hora en Salvados seguramente lo vieron interesante.
El objetivo es ese: intentar comprender “El ciclón Ayuso”, como hemos titulado el programa. Cómo alguien que hace dos años hizo una campaña en la que hubo actos en los que las fotos o los vídeos se los hacía su gente de prensa, porque no había nadie; y de repente, en dos años y en un contexto como el que estamos atravesando de pandemia, consigue generar lo que ha generado, que es atención, portadas casi todos los días... Prácticamente convertirse en un icono pop, en alguien que trasciende la política y se ha convertido en algo más. Eso no es casual. Y eso no depende sólo de una cosa.
¿Veremos una explicación a su éxito entonces?
Lo que pretendemos en el programa es intentar entenderlo. Cuando una estrategia funciona, lo lógico es que más gente intente seguirla. Ellos, entre otras cosas y es mi sensación personal, han aprovechado otras estrategias políticas de éxito, incluso de gente que no les hace ninguna gracia. Pero al final todo es comunicación y estrategia política, y la han seguido. Eso es lo que intentamos explicar no sólo en la entrevista con ella, sino siguiéndola, hablando con periodistas que siguen la campaña, viendo cómo se maneja con su equipo y preguntándole a la gente que va a los mítines o que pasa cerca de los mítines para ver a Ayuso. Y ya digo que muchas de las claves quienes nos las dan son ciudadanos de a pie.
Han sido dos semanas con Ayuso. Tras esa experiencia, ¿crees que ella esperaba estos resultados? ¿Los esperabas tú, tras vivirlo junto a su equipo?
Decir ahora que lo esperaba sería muy fácil, ventajista. Se intuía. La política va mucho de sensaciones y de inercias, y la inercia de Ayuso es de ascenso desde prácticamente cuando empieza la pandemia y el estado de alarma. Ella engancha ahí su defensa a ultranza de Madrid, con un punto incluso que podría ser coincidente con alguna estrategia de partido nacionalista, y esa inercia no ha dejado de crecer. Y como ahora llegan las elecciones, en un momento en el que la gente ya no quiere saber nada más de pandemia y está intentando situarse mentalmente lo más cerca posible del final de la pandemia, pues sabíamos que sus propuestas podían tener mejor acogida que otras propuestas más, digamos, conservadoras en cuanto a la situación sanitaria.
Entonces, ¿que sabía que iba a pasar esto? Hostia no, si lo llego a saber estaría trabajando para partidos políticos y cobrando mucho más. Pero se intuía, y por eso decidimos hacer este programa, y por eso decidimos en su momento la apuesta: vamos a arrancar temporada justo después de las elecciones, y si hay un personaje que va a ser noticia durante esa semana, está claro que va a ser Ayuso. Por eso quisimos hacerlo.
"Decir ahora que lo esperaba sería muy fácil, ventajista. Pero se intuía"
¿Te sorprendió que os dejasen vivir desde dentro de esa campaña?
En cierta medida sí, me sorprendió. Y después, cuando lo entendí, incluso me fustigué un poco por cómo me había podido sorprender con los años que ya llevo trabajando con partidos políticos. Pero sí, sabiendo cuál es la relación entre lo que es laSexta para el PP, pues sí que en principio me sorprendió. Luego me di cuenta y dije: joder, qué gente más lista. Porque Ayuso ha demostrado que da igual que le hagan entrevistas duras, o que da igual que meta la pata en una entrevista. Ella vive de dar, de salir y de sacar su espontaneidad, que sabe que va a generar en una entrevista uno o dos momentos que harán que al día siguiente todo el mundo hable de eso.
La entrevista, más o menos, dura lo mismo que duró la de Alsina en Onda Cero. Esa entrevista me la vi, como me vi todas las que ha hecho durante esta campaña, y durante 40 minutos no dice prácticamente nada destacable. Pero de repente suelta lo del exnovio, que no te lo encuentras en Madrid, y ya tenemos tema para dos o tres días. Es ahí cuando entiendes que ellos aprovechan estas dinámicas, saben que les funcionan y tiran. Eso es parte de lo que intentamos explicar también en el programa: cómo se puede rentabilizar una metedura de pata, y si esa metedura de pata es consciente, es espontánea, o parte de la estrategia. Pero al final, yo tengo que agradecer el ejercicio de transparencia que han hecho permitiéndonos realizar esto, está claro.
Sin salir de la estrategia de comunicación, no sé si es cosa del periodismo, pero se sitúa a Miguel Ángel Rodríguez como el verdadero cerebro de esa campaña. ¿Va a tener también protagonismo en este 'Salvados' del domingo?
Aparecer aparece, se habla de él, pero lo justo. Nosotros queríamos centrarnos en la figura de Ayuso, pero como siempre se ha hablado de Ayuso como un producto de Miguel Ángel Rodríguez, sí que hay un momento en el que se habla de él. De hecho, casualmente hablamos de él en el único acto en el que aparece. Y en un minutito, ahí pasan suficientes cosas como para poder entender la importancia que tiene Miguel Ángel Rodríguez en este Ciclón Ayuso. Pero esto de “Ayuso es un producto de Miguel Ángel Rodríguez” está bastante lejos de la realidad, por lo que yo he podido ver. Él es un estratega brutal, un tipo que controla comunicación política a saco, que sabe cómo conseguir un titular, cómo conseguir que la gente hable de lo que él quiere. No en vano, fue secretario de Estado de Comunicación durante muchos años. Pero Ayuso es mucho más que Miguel Ángel Rodríguez, mucho más.
Y si hablamos de Miguel Ángel Rodríguez, hablemos también de José Luis Carreras, su jefe de gabinete de prensa, que es que es un tipo que parece que no está, pero vamos que sí está, y al que yo solo decir buenas palabras porque nos ha facilitado el trabajo. Al final, Miguel Ángel Rodríguez era más conocido que ella cuando empezó. Entonces, para los medios era muy fácil utilizar la figura de Miguel Ángel Rodríguez para intentar definir a Ayuso, y que nuestros espectadores, lectores o oyentes pudiesen empezar a hacerse una idea. Pero Ayuso hace mucho tiempo que superó la imagen de ser sombra de Miguel Ángel Rodríguez.
"Para los medios era muy fácil utilizar la figura de Miguel Ángel Rodríguez para intentar definir a Ayuso"
En esa buena relación y buen trato, ¿os han pedido no emitir algo que hayáis grabado? ¿O ha habido algún momento de encontronazo entre el interés periodístico y el político?
No, ninguno. De todo lo que hemos grabado no nos han dicho “esto no lo saquéis” para absolutamente nada. Solo ha habido, cuando hablábamos de lo que queríamos hacer, un planteamiento sobre una secuencia que duraba unos cinco o seis minutos, algo concreto, y nos dijeron que no porque implicaba una persona de su equipo que prefería no salir. Fue lo único que nos dijeron que no, pero todo lo demás, desde poder estar en el coche durante un trayecto, poder verla moviéndose por el palacio de la Puerta del Sol e incluso pudimos grabar una reunión de un Consejo de Gobierno de Ayuso en la que no había más cámaras... En ese sentido, cuando compraron la propuesta, la compraron con todas las consecuencias.
¿Cómo llevas que, hagas lo que hagas y emitas lo que emitas este domingo, haya gente que te dirá que no eres imparcial y que siempre vas contra la derecha?
Pero vamos... que vamos contra la derecha, que blanqueamos a Ayuso, que le damos cancha... en los tiempos que corren, si te dedicas a esto y tienes la piel fina, es mejor irse a casa porque no es psicológicamente soportable. El primer síntoma lo tenemos desde que anunciamos que íbamos con este tema, que es “no lo pienso ver, yo ya no veo más Ayuso, estoy hasta las narices de Ayuso, estáis blanqueando a Ayuso”. Hay tanta gente que ha dicho que no lo va a ver, que dices: hostia, pues igual hay mucha más gente que lo va a ver. Porque lo que ha transmitido es que ha generado algo el anuncio del programa.
Pero de verdad, y no es ni ganas de no polemizar ni nada, tengo mucho callo con este tema y sobre todo respeto muchísimo las opiniones que tenga la gente. ¿Qué diferencia hay con antes? Que gracias a las tecnologías te hacen llegar el feedback antes y después, pero todo hay que tomárselo como hay que tomárselo. Si tú te fías de lo que te dicen por redes sociales, crees que el mundo es algo muy distinto a lo que es, y en ese sentido, pues que lo critiquen. ¿Sabes lo peor? Que pasase desapercibido. Eso sí que sería preocupante para un programa como Salvados. ¿Que genere reacciones? Pues oye, es un programa de televisión que va a hablar sobre el personaje político del año, justo en su semana más trascendental. Evidentemente recibiremos críticas, y es que tiene que ser así. Porque de esto va a trabajar cuando haces un producto para que lo vea el público.
Con esta entrega 'Salvados' inicia su nueva temporada. ¿Qué otras entrevistas y temas vamos a ver?
Esta temporada teníamos que haber jugado a la lotería en vez de habernos puesto a decidir programas. Porque otra de las intuiciones que teníamos era el batacazo soberano de Ciudadanos, y hemos hecho un programa que probablemente sea la segunda emisión, sobre qué ha pasado con Ciudadanos. Y para ello hemos intentado verlo desde las alturas, no centrarnos en lo que está pasando ahora, sino hacer un trabajo un poco más reflexivo sobre lo que todo el mundo ha analizado como los meses más trascendentales que cambiaron las dinámicas en Ciudadanos, que es desde aquellas elecciones de abril de 2019, cuando Ciudadanos consigue su máxima representación con 57 escaños. Entre ese día y el 10 de noviembre de 2019, cuando se pegan el batacazo y se quedan con 10, y al día siguiente dimite Rivera, pasan 196 días. Son los 196 días en los que Ciudadanos ha pasado de estar muy cerca de poder estar en un gobierno, tenían una oferta de vicepresidencia incluso encima la mesa, a desaparecer como una opción, ya no sólo de gobierno, sino de gobierno de coalición o de un socio necesario para que el PSOE y el PP tuvieran una mayoría. Qué pasó ahí, qué errores de cálculo hubo, qué agentes externos han podido influir en que de repente muchísimos millones de personas dejaran de confiar en Ciudadanos como una opción elegible o votable. Será un tema que nos ayudará a entender no sólo qué pasó con Ciudadanos, sino cómo es la dinámica de la política.
¿También lo habéis vivido desde dentro?
Estoy muy contento con ese programa porque conseguimos que participase gente que estuvo allí en ese momento, que sigue estando en Ciudadanos, otros que se han ido... y hablan con una transparencia y con una claridad de cómo se gestó, por un lado el liderazgo de Rivera, de cómo se vino abajo, de cómo eran las relaciones con los otros partidos, de la importancia que pudo tener tanto la parte personal de Rivera como la parte de estrategia, de lo que significa ser un partido de centro en España... que me parece un programa muy entretenido, muy fácil de ver y que además todo el rato te está dando pistas sobre cómo se hace la política, de cómo se hacen los pactos, de cómo la parte personal influye muchísimo en que luego dos partidos o dos líderes se lleguen a entender. Es un programa que también, gracias a los resultados de este 4M, tenga más sentido si cabe del que ya sabíamos que iba a tener cuando nos pusimos a hacerlo, y cuando decidimos que sería uno de los primeros programas que emitiríamos.
¿Algún otro tema que ya tengáis listo?
Tenemos un tema social, ya fuera de la política, que también es actualidad habitualmente en España. Pero como todavía nos queda cerrarlo, no voy a dar pistas no vaya a ser que de los que estamos hablando digan “esto va por nosotros, vamos a cubrirnos las espaldas”. Pero tenemos otro tema ya cerrado, muy chulo, de una gran institución de este país que te ofrece una imagen y por detrás están en algunos casos haciendo todo lo contrario.
¿Optáis más por entrevistas personales, como esta de Ayuso o la de Pablo Iglesias la temporada pasada, o por entrevistas que contextualicen temas, como quizás con la entrega de '¡Felices 70!'?
Mezclamos. Salvados lo bueno que tiene es que el formato te permite hacer muchas cosas. Estamos muy condicionados por la pandemia, evidentemente, porque es mucho más difícil viajar fuera de España e incluso grabar en España. En ese sentido, muchas veces tenemos que decidirnos por temas que sean más fáciles de grabar o que generen menos riesgo para la salud, no sólo del equipo del programa, sino para la gente con la que estamos. Así que lo primero es que el tema tiene que estar de actualidad y tiene que tener sentido, pero siguiendo el ejemplo de '¡Felices 70!', tú no puedes ponerte en plena pandemia, en el mes de enero como fue ese programa sin vacunas todavía, a ir a residencias, a entrar en domicilios de gente mayor... Decidimos hacerlo en una conversación, con cuatro personas, donde todos podíamos ir con la garantía de una PCR, en un espacio abierto, y manteniendo todas las medidas de seguridad propias del Covid.
"La pandemia fue un palo muy gordo porque estábamos cogiendo ritmo, confianza entre el equipo"
Pero ya digo, en el momento en el que la pandemia remita y haya más posibilidad sobre todo de viajar y de hacer cosas, de contacto con gente o de salir a la calle, evidentemente le daremos cancha a eso, porque es parte del ADN de Salvados, y en lo personal porque a mí también es lo que más me gusta hacer, poder estar en la calle. Siempre optamos porque el tema sea de actualidad y de interés, y en función de eso, lo que nos permiten las circunstancias.
Ponía de ejemplo a Pablo Iglesias. Dando por hecho que tanto tú como Évole querréis entrevistarle, ¿habéis tirado el anzuelo ya? ¿Hay "peleas" entre los dos programas hermanos por temas así?
No, no, no hay. No hay ningún conflicto. Lo cual no quiere decir que haya nombres que se te vienen a la cabeza, y joder, Jordi lleva muchos años trabajándose a gente, por eso consigue las entrevistas que consigue. Sí que hay nombres que pienso y que Jordi ha estado detrás de él, o sigue detrás de él porque puede encajarle, y se pregunta y dice: “Pues sí, estoy un poco encima de él”. Pero no pasa nada, pasas a otra historia. Eso pasa siempre. De todas formas, estaba pensando y pocas veces ha ocurrido, por no decir ninguna. Jordi está haciendo entrevistas que cuando tienen que ver con la actualidad son más de un tipo de contenido que no es a lo que se dedica Salvados.
¿Y en cuanto a Pablo Iglesias? Si hasta el 3M me preguntas, diría: “Hombre, no creo que salga Pablo Iglesias, que le tuvimos en enero”. Pero claro, después de lo del 4M... Es que estaría traicionando a la profesión y al programa si no intentásemos ahora a Pablo Iglesias, porque es un tipo que ha cambiado la política en España y que anuncia su dimisión de todos sus cargos. Hay un interés, claro que hay un interés en escucharlo ahora. ¿Que está reciente la última entrevista? Por supuesto, pero la actualidad manda. Como si tenemos que volver a entrevistar a Yolanda Díaz por ejemplo, que también la tuvimos en la tanda de otoño-invierno, o a Salvador Illa. Si tenemos un orden de prioridades, la número uno es la actualidad y el interés. Y si tenemos que sacar a Pablo Iglesias otra vez, aunque lo hayamos tenido en enero, yo lo sacaría. Además, entrevistar a alguien que durante siete años ha estado tan vigilado, en un momento en el que ya se ha desentendido de la política, va a hablar cosas y va a hablar con una libertad que no hablas cuando eres vicepresidente del Gobierno o candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Y eso para un periodista, y más para un programa como Salvados, es un caramelito. Pero vamos, no creo yo que Pablo tenga ahora muchas ganas de hablar. Es una norma no escrita de los políticos, que cuando se retiran pasas meses sin saber nada de ellos, porque se retiran entre otras cosas porque están reventados y cansados de lo que significa ser líder político en nuestro país.
Pero en su caso ya se habla de su posible salto a la televisión.
Pero eso sería un proyecto para él, a futuro. Que ahora quiera dar una entrevista, en las próximas semanas, después de haber dejado todo... la experiencia nos dice que no suele ser así. Rajoy, cuando se fue, tardó mucho en volver a aparecer en un medio de comunicación, incluso en un acto público. Albert Rivera tres cuartos de lo mismo, que son los últimos grandes nombres que han desaparecido de la política. Esperanza Aguirre igual. Después sí, una vez que ya han conseguido liberarse de ese recuerdo tan reciente de lo que es la actividad política, vuelven a hablar. Pero las primeras semanas o primeros meses, es complicado que un político que acaba de retirarse quiera volver a la opinión pública y a explicarse, aunque ya no sea un político.
La marcha de Évole supuso cierta pérdida de audiencia, aunque seguís siendo un buque insignia de laSexta y situándoos por encima de su media. ¿Contábais con ello? ¿El objetivo es recuperar terreno?
Volver a los datos de audiencia que llegó a tener Jordi sería ridículo. Primero, Jordi Évole es Jordi Évole, y lo que Jordi ha conseguido no se consigue de un día para otro, ni de un año para otro. Así que por la parte personal, sería muy tonto frustrarme porque hago una audiencia que no llega a las que hacía de media Jordi. Sería ridículo. Por otra parte, el panorama televisivo ha cambiado por completo. Las audiencias que se hacían en 2014-2015 no tienen nada que ver con las que se hacen ahora, a no ser que seas ciertos formatos muy concretos, porque la oferta de entretenimiento a través de una pantalla se ha multiplicado. Entonces esos cálculos serían tontos hacerlo.
Ahora, ¿que renunciamos a hacer las mejores audiencias posibles? Pues eso sería tan tonto como pensar que puedes hacer un 16 o 20, cuando Salvados está empezando y cuando es un programa tan marcado también por la personalidad del presentador, que lo primero que hay que conseguir es no generar rechazo. Que la gente no se vaya del programa. Y eso lo hemos conseguido, y es algo de lo que estamos contentos. Las curvas del programa siempre son ascendentes. Eso ya transmite que cuando la gente empieza a verlo no se nos va, no lo echamos, ya sea por los contenidos o por el nuevo presentador.
¿Satisfechos entonces con los datos y el seguimiento?
Hemos tenido buenas audiencias, hemos tenido datos muy satisfactorios, la productora está contenta, la cadena está contenta. Yo tengo menos referencias de lo que se espera o lo que no se espera. ¿Que iba a bajar la audiencia? Eso cualquiera lo sabe. Y luego cada uno tiene sus pequeñitos sueños, por ver si conseguimos algo. Yo tengo un objetivo entre ceja y ceja para esta temporada, sí, no lo voy a negar. Y hay un dato concreto que digo: esta tiene que ser la temporada en la que consigamos hacer tanto. Pero imagínate que mi objetivo es un 10%, número redondo, y haces un 9,6%. Ese es un dato buenísimo para un domingo por la noche con la competencia que hay. Si yo me doy de cabezazos contra la pared por no conseguir ese 10, pues estaría siendo injusto conmigo.
"Salvados es un programa tan marcado por la personalidad del presentador, que lo primero que hay que conseguir es no generar rechazo"
Yo valoro mucho lo que vamos consiguiendo. Hay programas muy concretos que no han dado grandes audiencias, y que para mí son fundamentales. El último programa que hemos emitido era sobre inmigración y racismo, que son programas que normalmente tienen muy poca audiencia porque son temas incómodos. Y fue uno de los programas más vistos desde que Salvados está en esta nueva época ya sin Jordi. Hostia, pues a mí ese 8,9% me dio más satisfacción que cuando conseguimos con Pablo Iglesias, por ejemplo, un 9,5%. Mucha más satisfacción, porque no te lo esperas, y porque haberlo conseguido significa tantas cosas que no puedes no estar contento. Si dices “es que Jordi conseguía hacer un 12% o un 13% hace 4 años”. Pues sí, y yo hace cuatro o cinco años salía hasta las 7 de la mañana, y ahora a las 3 estoy reventado. Es que todo hay que relativizarlo. Yo entiendo que las comparaciones son así, y mucho más cuando te pones los zapatos de otra persona. Insisto, es que no estamos hablando de cualquiera. Ni de cualquier programa, ni de cualquier presentador de televisión. Entonces, lo de las audiencias... nos van renovando, y eso es lo máximo que podemos decir.
Cogemos la máquina del tiempo y nos vamos al 2019, cuando diste el paso de dejar 'El Intermedio' y coger las riendas de 'Salvados'. ¿Qué le dirías a ese Gonzo ahora?
No te equivocaste.
¿Aunque eso haya supuesto dejar de poder vacilar a Wyoming?
Lo puedo seguir haciendo, lo que pasa es que ahora no nos graban. Pero no me equivoqué. Normalmente en una decisión así, lo difícil es saber si aciertas o no. Y dos años después, habiendo pasado momentos más duros, la pandemia fue un palo muy gordo porque estábamos cogiendo ritmo, confianza entre el equipo, y de repente te paran la temporada y la mitad de los programas que estaban firmados para un año... Pero yo disfruto mucho haciendo este programa, aprendo una burrada. Soy mucho mejor periodista y reportero de televisión que hace dos años. Evidentemente, porque mi papel es muy distinto, mis responsabilidades son mucho mayores. He aprendido a hacer las cosas de otra forma, he aprendido otra metodología de hacer televisión, que es la que tienen en Producciones del Barrio, que lo sumo al bagaje que tuve al estar tantos años en Globomedia, antes en Cuatro Cabezas... Miro atrás y digo: Mereció la pena. Ha merecido la pena.