Si hay una celebrity del casting de MasterChef que no deja indiferente esa es Inés Hernand, presentadora, comunicadora y uno de esos rostros jóvenes de RTVE que en los últimos años se ha convertido en 'bandera' de la pública por sus distintos trabajos en pantalla. Unos proyectos a los que se suma ahora el talent culinario, donde ya ha tenido que responder por una polémica causada por la estrecha relación que ha construido con la compañera más “insospechada”: Cristina Cifuentes.
Previamente a esa controversia de redes sociales, y en el marco de la presentación de MasterChef Celebrity en el FesTVal 2024, Hernand atendió a verTele y otros medios para anticipar los principales fuegos a los que se ha enfrentado entre cámaras y sartenes. Con los cuchillos afilados, y siempre dispuesta a cocinar y servir titulares, la presentadora habló sobre lo que ha supuesto para ella participar en un reality y cómo se han fraguado sus lazos con la expolítica del PP y con Pitingo, su “otra gran sorpresa” del elenco.
“Tienes que entender dónde estás y una vez que te ubicas es un programa que se disfruta mucho”, comenzó diciendo sobre MasterChef, donde se lanzó a participar con un objetivo: “Para que España viese una cara más amable de la que tiene preconcebida”. Aun sin conocer qué imagen dejará entre el público, sí supo decir quién ha derribado prejuicios en las distancias cortas: “Cifuentes es una persona tremendamente generosa, muy maternal, muy cuidadora, tiene mucha empatía. Tiene una personalidad muy cautivadora y además es una tía que es crítica”, opinó sobre la expresidenta de la Comunidad de Madrid, que también tuvo buenas palabras hacia ella en esta otra entrevista.
Además, sin ignorar el tema del momento en televisión, Inés Hernand se pronunció sobre el nuevo duelo estrella entre La Revuelta y El Hormiguero. Y aunque en el momento de la entrevista no se había estrenado todavía el programa de TVE, ella se mostró sincera: “Pablo Motos me dejó de caer bien hace unos años. Team Broncano siempre”.
Profundizando en esta declaración sobre el presentador de Antena 3, explicó que “con la narrativa de no ser una persona que adoctrine, lleva adoctrinando al final, no sé cuánto tiempo. Y no me gusta cómo ha tratado a algunos invitados. Perdió un estilo que me parecía muy genuino. En el año 2010 aplaudía ¡Pablo Motos, Pablo Motos! Y ahora, pues no me gusta. Pero es una opinión subjetiva, no porque me haya hecho nada personal”.
¿Qué ha supuesto para ti la experiencia de 'MasterChef'?
Muy bien (ríe).
¿Es irónico?
No, a mí me ha gustado mucho, me lo he pasado muy bien. Obviamente creo que, como todo en esta vida, tienes que entender dónde estás y una vez que te ubicas es un programa que se disfruta mucho, que es muy divertido y que nos ha abierto un mar de posibilidades. Hemos venido a hacer entretenimiento y vamos a entretener.
'MasterChef' tiene muchos aspectos exigentes. ¿Qué ha sido lo más duro para ti?
MasterChef supone muchos retos. La cosa está en que para sacar dos horas de programa, se hacen millones de horas de metraje. Es una semana de rodaje y de trabajo de muchísima gente. Hay que ser muy respetuoso con ese trabajo pero a la vez te llevan a situaciones vulnerables porque tú no tienes experiencia en un campo como es la cocina. Entretanto, tú te estás conociendo con tus compañeros, que cada uno tiene sus 'cadaunadas' y estás ahí de cháchara. A mí lo que más me ha costado es hablar y cortar un pimiento a la vez, no poder ser capaz de hablar de política mientras hacía una brunoise, pero lo he conseguido.
Hay mucha política en 'MasterChef' pero sobre todo hay mucha risa
¿Has hablado de política? Porque cada intervención tuya crea polémica…
¡Pues imaginaos lo maravilloso que le va a ir a MasterChef, va a tener una audiencia fantástica! No, pero todo es política. Un plato es política: tiene tradición, orígenes, una historia… También una reivindicación porque cada vez hay más puntas de lanza, mujeres chef que se pueden reivindicar a través de la cocina, y la cocina sin embargo la han compuesto -y está en nuestra memoria colectiva- las abuelas, las madres, que son las que han hecho la historia de nuestra cocina. Por supuesto hay mucha política pero sobre todo hay mucha risa. Porque yo me he dado cuenta de que soy muy pesada, entonces que se me pueda dar bien decir ciertas cosas sin renunciar a ser una persona divertida.
Ahora, tras tu experiencia, ¿con qué plato vas a quedar bien cuando vayan invitados a tu casa?
Con algo picante.
¿Cómo conquistarías a alguien con un plato?
Yo lo empezaría escupiendo. Es vanguardia. A Hiba, por ejemplo, se le dan muy bien los sabores exóticos y nos ha traído un tipo de cocina muy distinta al que estamos acostumbrados, pero cocina mediterránea, nuevas tendencias, sabores, conceptos y cosas.
¿Hay algún compañero o compañera sobre el que tuvieras algún prejuicio antes de conocerlo y que te haya hecho cambiar de opinión?
Mis dos grandes sorpresas: Pitingo y Cristina Cifuentes. Mi relación con Cifuentes es estrecha, de amistad… Ha habido un poco de todo. Ha habido disenso, pero sobre eso se construye la democracia.
¿Se puede tener amistad con una persona con una ideología muy distinta a la tuya?
Depende cuán distinta. Siempre que se respeten los derechos humanos.
¿Por qué dijiste que sí cuando te llegó la propuesta de 'MasterChef'? ¿Por dinero?
No, para que España viese una cara más amable de la que tiene preconcebida.
¿Y lo has conseguido?
Es que soy una cara amable. Soy un bebé gigante.
Ahora en serio, ¿te lo pensaste mucho?
A mí me hizo mucha ilusión, claro.
Cristina Cifuentes me ha robado el corazón
Ahora que has vivido la experiencia, ¿entiendes las críticas al formato?
MasterChef es un concurso, como en general en la vida cualquier espacio, en el que te tienes que apoyar sobre el autoconocimiento. Es decir, si eres una persona que te haces escáner y dices: '¿soy capaz de aguantar jornadas largas de rodaje, presión, una disciplina a la que no me he dedicado nunca, con una cámara aquí, exponiéndote a ciertas cosas?'. Cuando tú te haces esa pregunta y la respuesta es sí, puedes hacer ese concurso. Si es no, y tienes otro tipo de motivaciones, ahí es donde puedes atascarte porque es un programa exigente. Pero también es muy bonito.
¿Sientes que el programa ha forzado algunas situaciones? ¿Te han apagado alguna vez el horno?
No. Para nada. Al contrario. En el caso de que te atasques mucho, los chefs te ayudan. (...) Yo he estado delante y debo de decir que en MasterChef no apagan ningún horno.
¿No has sentido que buscan mucho el show?
Es que tiene que haber show. Hay 12 ediciones anónimas y otras 8 de celebrities anteriores como para que sepas a lo que vas.
En un programa así suele haber malos rollos. ¿Quién ha sido el causante en esta edición?
Creo que somos un grupo muy heterogéneo, y entonces surgen amistades más inesperadas. En mi caso, ha surgido afinidad con personas insospechadas. Por ejemplo, con Cifuentes. Es una persona tremendamente generosa, muy maternal, muy cuidadora, tiene mucha empatía. Tiene una personalidad muy cautivadora y además es una tía que es crítica. Tienes unas conversaciones off the record de cosas que a lo mejor le han afectado a su vida y me ha parecido encantadora. Y con Pitingo igual. De él, solamente tenía una narrativa que se habían inventado y que era una fake news. Es el mejor, y como buen gitano no defiende cosas raras que se han dicho de él y que se han querido apropiar de su discurso. Pitingo for president.
¿Te ha robado alguna verdura Cristina?
Me ha robado el corazón.
¿Te ha dado algún consejo algún concursante de ediciones anteriores?
Yo hablé con Arkano. Y hemos compartido profesor, ojo exclusiva, Tamara Falcó, Arkano e Inés Hernand. Ahí lo dejo.
Eres un gobierno de coalición, Inés.
Aquí tenéis a la verdadera imagen de la bisagra que quieres, la que tú quieres.
Pablo Motos me dejó de caer bien hace unos años
¿Con quién te quedas, con Broncano, Motos o Latre?
Hombre, con Broncano, por supuesto. ¡Por el amor de Dios! A Carlos Latre le amo con todo mi corazón y creo que a Babylon Show le han faltado más programas de asentamiento. Y Pablo Motos me dejó de caer bien hace unos años. Team Broncano siempre. La Revuelta.
¿Por qué te dejó de caer bien Pablo Motos?
Porque con la narrativa de no ser una persona que adoctrine, lleva adoctrinando al final, no sé cuánto tiempo. Y no me gusta cómo ha tratado a algunos invitados. Perdió un estilo que me parecía muy genuino. En el año 2010 aplaudía ¡Pablo Motos, Pablo Motos! Y ahora, pues no me gusta. Pero es una opinión subjetiva, no porque me haya hecho nada personal. Un saludo, Pablo.
¿Esto abre una puerta a que vayas a más programas de telerealidad?
Sí, quiero ir a GH DÚO con Hiba Abouk (ríe). Yo iría a Superviventes sólo para enrollarme con Sofía Suescun (ríe).