Movistar Plus+ estrena este jueves 12 de septiembre la tercera y última temporada de Rapa, una de las ficciones más populares y mejor valoradas por la crítica de todas las que ha lanzado la plataforma en los últimos tiempos. Un proyecto de lo más especial para sus protagonistas Javier Cámara y Mónica López, que se despiden de este viaje sin vértigo, pero “con mucha pena”.
Sobre ello hablamos con los dos actores durante la presentación de la temporada final en el FesTVal 2024, donde ambos reconocieron a verTele y los periodistas que la serie tenía cuerda para seguir: “Creo que es imagen total de Movistar Plus+ y que tiene una cosa popular. Yo no he recibido nunca más mensajes, ni por series, ni por películas. (...) Es verdad que estaba pensado desde el principio, entonces tres temporadas para nosotros era un éxito, pero sí, yo hubiese hecho más”, apunta Cámara.
Para el actor protagonista de Rapa, que recientemente ha visitado El Hormiguero en solitario tras las críticas de su compañera a Pablo Motos el año pasado, “esta serie rompe normas y en la tercera temporada hacen un cierre perfecto”. Algo que secunda Mónica López, que considera que “han hecho el mejor final posible porque es consecuente, es honesto, es perfecto”. “Da como un giro que te recuerda a la primera temporada y cierra de una forma muy bonita”, agrega.
Además, ambos intérpretes reflexionan sobre la relación en ficción entre Tomás y Maite, y opinan sobre un importante debate que puede abrirse por su trama en la temporada 3.
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¿Con qué os quedáis de vuestros personajes en 'Rapa'?
Javier Cámara: A mí me gusta su forma de enfrentarse a las cosas. Aunque sea desagradable muchas veces, es una forma de protegerse que me interesa. Pero claro, no soy tan chispeante como él. Lo interesante de los guiones bien escritos es que siempre tienes la frase perfecta para saber qué decir. Me encantaría tener esa frase perfecta en la vida, que es lo que nos pasa cuando vuelves a casa tres horas después y dices: “¿Por qué no le dije esto?”. En esta serie hay muchas frases de las que quisieras decir en el momento. Tomás tiene esa capacidad para el humor, de ser muy despierto y de ser sarcástico, que es algo que yo no tengo.
¿Y sobre cómo aborda su enfermedad?
Cámara: Ha sido muy interesante todo ese proceso, porque es verdad que a Tomás, a lo largo de las tres temporadas, la enfermedad le ha ido a peor. Él se defiende, aunque yo creo que es una persona con mucho miedo. Yo, desde luego, lo he enfocado desde ahí. Lo que pasa es que disimula. Y por eso en esta serie se habla tan poco de eso, sobre todo entre ellos dos [Tomás y Maite], porque ya han hablado, saben lo que uno quiere, qué le gustaría y cómo le gustaría que todo eso se llevara a cabo. Hablan poco sobre eso y las veces que lo hablan, no pueden evitar emocionarse. Este personaje es una persona que tiene miedo y que lo cubre todo de sarcasmo, de querer hacer otras cosas para no pensar en lo que le pasa a él. Él huye de su realidad, o parece que huye de su realidad, pero en el fondo lo tiene muy bien pensado.
Lo interesante de los guiones bien escritos es que siempre tienes la frase perfecta para saber qué decir. Me encantaría tener esa frase perfecta en la vida
¿Da vértigo enfrentarse a una temporada final?
Mónica López: Da mucha pena.
Cámara: Vértigo no, da mucha pena. Porque al final el equipo es el mismo durante las tres temporadas, pero vienen muchos actores nuevos...
López: Ha sido un festival.
Cámara: Sí, un festival gallego. En esta temporada, salvo Clara Segura, Mercedes Sampietro y Aida Oset, todos los demás, como tantas veces, son todos gallegos. Dices: “¿De dónde salen tantos y tan buenos?”. Ha sido un placer. Pero la base del equipo, la base técnica, el equipo artístico, nosotros dos junto con Darío [Loureiro]... Se ha formado una familia muy bonita y sí que es verdad que hay una cosa muy bonita en esta serie, y le pasó a Hierro también aunque se quedó en dos temporadas, y es que hubiésemos hecho muchas más. Creo que es imagen total de Movistar Plus+, que es fórmula Movistar, que Movistar ha arriesgado mucho más en otras series, pero que esta tiene una cosa popular. Yo no he recibido nunca más mensajes, ni por series, ni por películas. Y pienso: “¿Qué ha tenido Rapa para que la gente se pregunte por qué no hacemos cuatro o cinco temporadas?”. Es verdad que estaba pensado desde el principio, entonces tres temporadas para nosotros era un éxito, pero sí, yo hubiese hecho más.
Da pudor decirlo, pero han hecho el mejor final posible, porque es consecuente, es honesto, es perfecto
¿Y estáis contentos con el cierre que se la ha dado?
López: Da pudor decirlo, pero yo creo que han hecho el mejor final posible, porque es consecuente, es honesto, es perfecto. Da como un giro que te recuerda a la primera temporada y cierra de una forma muy bonita.
Cámara: Hay una escena en la que ellos vuelven al principio de todo y eso es muy bonito. Al lugar en que se conocieron, y al que vuelven de otra manera. Vuelven con una amistad a lo largo. De esas amistades a lo largo que se curten no sólo por el tiempo, porque han sido tres años, pero en las que te han pasado muchas cosas. Donde ha pasado la muerte, la vida, la injusticia, el dolor, ella ha matado a una persona sin querer...
López: En la primera temporada no solucionan el caso, no sé si lo recordáis... Acabamos los dos sentados en un banco y la asesina libre. Eso a nivel de guion también es muy bueno, porque estamos acostumbrados a que nos lo den todo hecho y todo acabando bien. ¿Qué quiere decir acabar bien? La vida real no es así nunca y eso mola mucho de esta serie.
Cámara: Yo creo que esta serie rompe normas y en la tercera temporada hacen un cierre perfecto para decir: “Qué buen paquetito”. Como esas series que vendían en DVD. Eso es lo que yo espero de esto, que algún día los de Movistar saquen el DVD con un lacito.
¿Por qué creéis que vuestros personajes se necesitan? ¿Crees que si Tomás no hubiese estado enfermo, la relación entre ambos hubiese tenido lugar?
López: Yo creo que no. Yo creo que a ella le pone mucho él por su manera de ser. En la primera temporada, mi frase favorita era: “Es que te necesito, me gusta cómo piensas”. Ella tenía una vida bastante aburrida, y este hombre con su imaginación, con sus libros, le abre la mente. Yo creo que se divorcia porque lo conoce a él. No como historia sentimental, pero sí porque se da cuenta de que en su casa no tiene nada que decirle a su marido, y no le interesa. En cambio, este hombre al principio le irrita, pero luego le hace 'clic' y esto es fantástico cuando te pasa en la vida.
Cámara: No hay nada como que alguien te complemente. No tienes por qué follar para que te complementen. Hay amigos con los que no follas y amigas con las que no follas y es perfecto porque te complementan. Tienen justo lo que tú no tienes y esa es la verdadera amistad. Y cuando ya lo tienes, seguramente esa amistad se rompe, porque en el fondo, tú estás cultivándote durante un tiempo y luego llega un día en el que no te ves más con esa persona porque aquello ya se cumplió. A mí lo que me admira de Maite es su honestidad, que él no la tiene. Él está dando clases en un instituto, aburrido, le han mandado a tomar por culo... En esta temporada, veremos de dónde venía este hombre y veremos que está en ese sitio en el que habla de Madame Bovary pero nadie le hace caso, con una casa llena de libros, un tipo como un ratón de biblioteca encerrado. Y de repente, a ella le abre, le abre porque ve que es una buena persona, una tipa honesta que está investigando. Justo lo que él está buscando para algún día escribir una novela, tener un hilo del que tirar y tener algo por lo que ilusionarse en la vida. Además, esta tipa le hace olvidarse de su realidad.
En la serie abordáis un tema tan delicado como es la eutanasia. ¿Creéis que la ficción tiene la capacidad de poner sobre la mesa el asunto sin dar una lección moral?
López: Yo creo que lo más interesante es que no es un alegato en favor de nada. En cambio, sí que están las dos visiones de por qué lo quieres hacer y el de la libertad de escoger de cada persona para hacer con su vida lo que considere.
Cámara: Y que cada caso es distinto...
López: Y hay muchas miradas distintas: Darío lo ve de una manera, Maite lo ve de otra y él, evidentemente, es el que lo vive. Creo que no es una serie sobre la enfermedad, ni sobre la eutanasia...
Cámara: Y que venimos de una primera temporada que es un thriller, toda la serie es un thriller. Todos hemos admirado esas series que, de repente, le dan la vuelta a todo. Porque claro, esta temporada es la más compleja de todas, los dos casos parecen uno, luego no, luego unos están implicados, luego no... Es una serie muy compleja a nivel técnico de guion, de entenderla. Es un caos. Y a la vez, logra meter toda la parte emocional de estos personajes, de dónde va este tipo con esta enfermedad que está creciendo. Este tipo empieza a hacerse preguntas sobre qué quiere hacer con su vida y ella se las responde. Hay mucho emocional en ello y dices: ¿Cómo no caer en que esta serie no va de eso, sino de otras muchas cosas, y a la vez hacerlo equilibrado? Ese es nuestro mayor éxito y por lo que estamos tan contentos.
Lo más interesante es que no es un alegato en favor de nada
López: Y yo estoy convencida de que habrá espectadores que estarán de parte de uno y otros de parte de otro. Y eso es bueno, eso es muy bueno.
Cámara: Sí, porque es una enfermedad muy compleja además. En la primera temporada no le dimos tanta importancia e incluso yo me equivoqué y algunos médicos me dijeron que había dicho cosas que eran incorrectas. Lo abordamos como una cosa muy paralela. Era un tipo que se da unos masajes porque tiene algo que no sabemos lo que es. En la segunda ya toma más importancia y en la tercera, una importancia capital, porque es un tipo que está impedido, inmovilizado y que se plantea muchas cosas. Es un tipo que habla a las claras. Todo eso nos gustó mucho porque yo admiro series, y no quiero decir nombres, que nos impactaron a todos porque no son solamente un thriller. De repente, hay un giro final que dices: “¿Perdona?”. Estos dos ya forman parte de algo muy personal y me han metido muy despacito esto, pero me han metido en plena decisión de qué van a hacer. Eso es lo más interesante de esta temporada. Nos daba mucho miedo al leerlo, porque nos hacía pensar cómo pasábamos de una escena a la siguiente.
Para el raccord emocional tenéis que hablar mucho con los directores, ¿no?
Cámara: Sí, de eso que ves algo y dices: ¿Pero si acaba de pasar esto, cómo va a pasar a hacer esto otro? Te piensas que han pasado cinco días en medio...
López: Pues no, pero en la vida pasa lo mismo, ¿eh? En la vida sales de un funeral y al momento estás riendo contando chistes.
Cámara: Las escenas de transición no se llevan en las series. No hay escenas de transición. Yo recuerdo rodando Vota Juan, por ejemplo, en la primera temporada teníamos alguna y después ya no había. Aquí de repente, para coger aire, tienes un paisaje que con una luz que expone que es un día nuevo, que es otra localización... Entonces tienes un poco de transición, pero no te lo puedes permitir durante más de 10 segundos. Antes sí que había muchas series en la que no parabas con el mando. Te ibas a por café, volvías y te lo volvían a decir. Ahora ya no, hemos aprendido una lección maravillosa.
Hay una idiosincrasia muy concreta en la serie que se ha convertido en universal
Eso pasaba tal vez más en las series de cadenas generalistas, donde todo era más largo, ¿no?
López: Sí, y más convencional.
Cámara: Pero esta serie tiene una cosa generalista y popular, yo creo que Movistar ha acertado con un 'tip' ahí con la gente de Portocabo. Portocabo ha tocado una línea muy bonita, que es la de hacer una serie que es potente, pero que también es popular y les ha ido muy bien. Y muy localista, se hacen chistes sobre gallegos, hay acentos... Hay una idiosincrasia muy concreta en la serie, hay algo muy concreto en la serie que se ha convertido en universal. Nos están escribiendo en Italia, que es un exitazo allí y en otros países en los que te das cuenta de que lo entienden. Hay algo muy concreto que trasciende y estamos muy contentos. Esta temporada se cierra todo de forma muy bonita.
López: Hoy veníamos en el coche para esta entrevista diciendo: “Qué fácil va a ser defenderlo”. Porque creemos tanto en lo que ha salido que jo, tío...
¿Os ha tocado mucho defender cosas en las que no creíais?
Cámara: [Risas] Muchas no, cariño, porque tenemos dos carrerones, pero de vez en cuando alguna sí...
López: Sí, sobre todo yo [Risas].
Cámara: Algunas sí son más complejas. Y, sobre todo, ha habido veces que ha salido muy bien pero tú no te lo has pasado tan bien.
López: Es verdad.
Cámara: Esto que dices de: “Qué película más bonita hemos hecho pero qué traguitos he tenido ahí yo, o qué frío hemos pasado...”.
¿Pero igual es mejor eso que habértelo pasado bien grabando y que quede fatal?
Cámara: Eso da igual. Si te lo has pasado bien... Esto es una cosa muy importante en este trabajo: el final es este, estar frente a vosotros y que el público lo vea y opine. Para nosotros, y creo que es muy importante, el proceso, el camino, desde el primer día hasta el último, el día que se acaba todo, se hace una fiesta en el rodaje porque la gente necesita despedirse. Porque ha pasado por un proceso muy importante durante estos tres años. Todo el mundo de la temporada me ha dicho: “Vienes al estreno en Ferrol, ¿no?”. Porque necesitamos estar todos juntos despidiendo esto, porque se pasa por mucho y es un proceso muy interesante. Si es o no un éxito, no depende tanto de nosotros. Yo he dirigido, depende un poquito más de mí en ese capítulo, pero luego vete a saber.
Entonces, si tú te lo has pasado bien, a ti eso se te queda. Que luego es una castaña pilonga, pues qué pena, pero tú te lo has pasado bien. Llevarte bien con los compañeros, saberte el texto, no tropezarte con los muebles, portarte bien con el maquillador y la peluquera... Si estás arropado y estás con gente que además es de la tierra, ¿qué más se puede decir? No sé cuál será el éxito de la serie, pero está siendo muy bonito y apunta a que así será en esta tercera temporada. Estuvimos en la Berlinale y se vendió a todo el mundo, recibimos cosas de Inglaterra, Italia, Francia... Un montón de lugares desde los que me escriben para decirme que qué maravilla. Espero que esto nos sirva para conseguir otra maravillosa, meternos, que nos paguen más y pasarlo mejor.
Javier, ahora que has dirigido un capítulo, ¿te ha picado el gusanillo de la dirección?
Cámara: Si diriges un capítulo es que ya te ha picado el gusanillo. Yo he dirigido tres al final, no en esta, pero he dirigido otras dos cosas en Venga Juan y Vamos Juan. Eran capítulos en los que me he protegido mucho, eran siempre segundas o terceras temporadas. En aquel caso eran capítulos muy cerraditos en los que podías incluso hacer cualquier cosa. Esta sí me daba más miedo por la técnica que conllevaba el ritmo. Y me metí por eso, porque tengo que aprender, porque esto me gusta.
¿Y una película?
Cámara: No, por ahora quiero que vaya todo un poco más lento. Creo que hay gente que empieza por los cortometrajes y yo he empezado por los capítulos. No voy a renunciar a los capítulos si estoy en una serie en la que me lo proponen. Me gusta, me lo paso bien y me gusta mucho mirar a mis compañeros. Luego en el montaje los defiendo mucho. Les pido que no pongan una toma de un actor porque creo que tiene una mejor. Igual me dicen que no la van a poder montar y les digo: “No, es que quiero que la montes, esta es la cara que quiero”. Te dicen de meter el corte en un punto y tu dices otro. Al final, es mi criterio y en esta temporada ha sido precioso haberlos acompañado. Es una gozada ver a actores, sobre todo a actores que no conocía. Yo no he hecho el casting, pero trabajar con actores, como Clara Segura, es muy fascinante. Y luego es muy curioso hacer una escena como actor y tú en la misma escena decir: “¡Corten!”.
López: Sí, eso era muy gracioso.
Cámara: ¿Y sabes qué es lo más bonito? Que si estás con el plano aquí y estás rodando a un compañero, tu estás siendo también director y estás viendo que lo está haciendo que te cagas. Digo: “Corten”. Y enseguida le comparto: “Oye, a mí me ha encantado”. Hay una cosa como de compañeros y eso me encanta. Es como que de repente me dejan opinar.
¿Cómo os enfrentáis a que cada temporada, o cada proyecto que estrenáis, sea un examen ante el público?
Cámara: No es nuestra responsabilidad ese examen.
López: Yo no me siento responsable de eso.
Cámara: La gente puede manifestar su opinión. A nosotros nos manifiestan su opinión en cada toma. Nos juzgan todo el tiempo desde que empezamos a ensayar, en los castings, en cada toma... ¿Recibir que la serie no sigue? Pues te vas a otra. A mí me ha pasado, de empezar series que creen que van a ir cojonudas y no va y se acaba. Entonces, está por encima de nosotros.
¿Y el hecho que haya tanta ventana, con tantas opciones, qué os parece?
Cámara: Pues yo me alegro infinito porque hay trabajo para mucha gente. Y vosotros os tenéis que volver locos de hacer tanta cosa. ¿No os parece maravilloso? Ver tanta gente joven, tanta diversidad, tanta gente mayor... Que ojalá haya más gente mayor y más mujeres mayores, pero a nivel de talentos... Yo ahora estaba haciendo un casting para unas chicas de 16 años y no sabíamos dónde elegir. Antes con 16 años no había tanto talento. Cuando yo empecé, nadie tenía 16 años y se iba a los colegios. Ahora hay unas profesionalidades con chavales de 9, 14 o 15 años, gente preparadísima. Creo que está la mejor generación. En Canarias, se empezó a rodar por las exenciones fiscales y no había técnicos allí. Ahora vete y está plagado de técnicos que han trabajado en todos los idiomas, vas allí y puedes hacer de todo. ¿Qué significa eso? Que cuanto más, mejor. Y ahora estamos viviendo un momento épico, sobre todo, por el éxito de unas series fascinantes que han triunfado en el mundo entero y que son españolas, como en el cine y otras muchas cosas. ¿Diversidad? Ojalá toda.