Entrevista

Jordi Évole: “Se va creando un personaje de lo que tú eres, y yo me rebelé contra eso”

Jordi Évole en la presentación de 'Lo de Évole'

Gabriel Arias Romero

19 de febrero de 2022 19:45 h

La tercera temporada de Lo de Évole ha dejado algunas lecciones a su flamante presentador. Además de lo importante que es “relativizar tanto el éxito como el fracaso”, Jordi Évole acabó la grabación de las nuevas entregas con la certeza de que “como periodistas tenemos la obligación de mirar a rincones de nuestra sociedad a los que normalmente no miramos”.

Su programa avanza con buen pie en laSexta, cadena a la que regresa este domingo 20 de febrero, a partir de las 21:25, con una entrevista al cantante Morad. Así lo ha querido el público, que ha tenido la oportunidad de elegir cuál será la primera entrega de la temporada. De las 130.000 personas que participaron en la encuesta, casi el 77% mostraron su impaciencia por ver la entrevista con este rapero de 22 años nacido en España pero de origen magrebí.

“Este ya no es un país de señores y señoras blancas cristianas. Es un país diverso”, afirma Évole en su entrevista con verTele. Tras varios años al frente de Salvados –programa del que sigue siendo productor–, el presentador huye ahora del frenetismo de la actualidad y prefiere acercarse a otro tipo de historias que no están en la agenda de los medios. Quería dar un cambio y lo dio: “Al principio no te das cuenta, pero se va creando un personaje de lo que tú eres y puedes caer en la tentación de creértelo y querer responder a esas expectativas, incluso anular otras facetas de tu personalidad porque hay que potenciar las que funcionan. Yo me rebelé contra eso”, reflexiona.

Tras entonar el mea culpa por la falta de mujeres entrevistadas en la temporada anterior, el programa tendrá este año a la periodista Julia Otero, a la escritora de novela erótica Megan Maxwell, al medallista olímpico Gervasio Deferr, a la cantante Rosa López y al equipo de la película Belle Époque (Fernando TruebaPenélope CruzMaribel Verdú y Ariadna Gil). Habrá cuatro entregas más, pero aún no se ha desvelado quiénes las protagonizarán.

Évole huye de la vorágine informativa, evita dar lecciones a sus compañeros y defiende que es importante escuchar a todos y confrontar posturas porque, a fin de cuentas, “los temas no van a dejar de existir porque los eludamos”.

¿Qué aprendizajes sacas de las entrevistas que has grabado para esta tercera temporada?

Pues saco el aprendizaje de que hay que relativizar tanto el éxito como el fracaso, y que como periodistas tenemos la obligación de mirar a rincones de nuestra sociedad a los que normalmente no miramos.

La actualidad impone los temas a muchos programas, pero tú ya has dicho que huyes de ella. ¿Por qué te guías a la hora de elegir a tus entrevistados?

Hay un poco de intuición y mucho trabajo de equipo. Y, sobre todo, que sean historias que nos interesen especialmente, que nos provoquen muchísima curiosidad.

Pero cuando no te pegas a la actualidad, la actualidad se pega a ti. El rapero Morad, de origen magrebí, es tu primer entrevistado. Y su entrevista se verá cuando aún resuena el discurso racista que culpa a los niños inmigrantes del aumento de la violencia en Madrid. Después de conocer la historia de Morad, ¿qué sientes al escuchar a los políticos de Vox?

En un momento en el que vivimos un auge de los partidos ultras y nacionalistas en todo el mundo, también en nuestro país, el programa de Morad sirve para darte cuenta de que España ya no es un país de señores y señoras blancas cristianas; es un país mucho más diverso y tiene una generación de chavales y chavalas que tienen como ídolo a un chaval nacido en España pero de origen magrebí. Morad lo está petando entre los más jóvenes, que ojalá se sienten con sus padres a ver este programa. Eso me provoca mucha satisfacción porque yo tengo el recuerdo de ver la tele en familia.

A Miguel Bosé no le gustó la edición de tu entrevista y a muchas personas no les gustó que dieras semejante altavoz a alguien que carece de rigor científico. ¿Fue un error entrevistarle?

Soy de hacer bastante autocrítica y considero que no vale la pena hacer una entrevista si te hará perder una amistad. Creo que Miguel y yo no hemos perdido esa amistad y, el día que nos reencontremos, incluso nos reiremos de la entrevista. No lo sé, igual me precipito, pero creo que hay un cariño que sigue estando ahí. Cuando estuvo presentando su biografía dio una entrevista a Cristina Pardo y ya no vimos a un Miguel tan agrio como el que algunos habían pintado. Fue un Miguel más socarrón y preguntó 'quién es Jordi Évole'. Ese es el Miguel al que yo conozco.

En cualquier caso, no hay debate en que se le diera voz porque es como si dijéramos que ahora no hay que hablar de Djokovic... y están todos los medios hablando de él. Hay temas que están delante de nosotros y no van a dejar de existir porque los eludamos. El negacionismo y los antivacunas son una realidad, y darles voz no significa asumir su mensaje. Y si en la entrevista muestras las contradicciones de su discurso, la labor que estás haciendo es positiva.

En la presentación has dicho que fue un error no entrevistar a más mujeres en la temporada anterior. ¿Por qué ocurrió?

Si cuento cómo ocurrió va a sonar a excusa, y con este tema no quiero que parezca que nos estamos excusando. Nos equivocamos y punto. Podría decir que teníamos previsto hacer tres entrevistas a mujeres al final de la temporada pero no salieron. ¿Y qué gano yo con eso si lo que pretendía no lo logré? Prefiero hacer una enmienda a la totalidad y decir que fue un error. Y este año no lo subsanamos, sino que hacemos lo que tenemos que hacer.

¿Es más complicado entrevistar a un famoso que a una persona desconocida por el público?

Creo que es más complicado entrevistar a un personaje famoso porque está educado en la comunicación y sabe los mensajes que quiere dar. En cambio, una persona que no está tan maleada por los medios de comunicación es un territorio virgen. Y eso es lo que me encontré con Morad, porque no ha dado entrevistas. Fue muy gozoso, como entrar en un campo con una tierra súper fértil en el que nadie había sembrado.

En una entrevista reciente explicabas a Mara Torres que hubo un momento en el que te pesó el personaje que crearon de ti, que te comparasen con una especie de Robin Hood que destapaba a los poderosos. ¿Cómo influyó aquello en tu vida personal y profesional?

Es una cosa de la que al principio no te das cuenta. Se va creando un personaje de lo que tú eres, que no te digo que no tenga algo de realidad, pero no eres el abanderado de ninguna causa ni pretendes serlo y puedes caer en la tentación de creértelo y querer responder a esas expectativas, incluso anular otras facetas de tu personalidad porque hay que potenciar las que funcionan. Yo me rebelé contra eso porque no quería ser sólo eso. Creo que el público lo ha entendido bastante bien y me ha comprado el viraje.

Primero fuiste 'El Follonero', luego un entrevistador incómodo para políticos y empresarios, y ahora pones el ojo donde otros no miran. ¿Qué crees que vendrá después? ¿Qué te gustaría hacer?

No tengo ni idea. No soy una persona de grandes revoluciones ni en la vida profesional ni en la personal. Me gustan las transiciones y que todo vaya poco a poco. No sé qué vendrá luego, pero no quiero que desaparezca la curiosidad por saber de temas nuevos y gente nueva. No quiero desconectarme de las nuevas realidades que van apareciendo. Seguro que hay muchos otros Morad, así que hay que tener un ojo y una oreja puestos en esos lugares para que no se nos escapen.

Ahora como productor, ¿cómo ves 'Salvados'? ¿Crees que acusa el hartazgo que hay con la política? Los programas informativos han perdido un poco de fuelle, ¿a qué crees que se debe?

No creo que sea alarmante esa pérdida de fuelle. Gonzo le ha dado su sello a Salvados y creo que se lo va a dar aún más. Es un programa muy complicado y exigente, y que Gonzo haya asumido ese reto y haya cumplido tres temporadas tiene un mérito tremendo. Yo disfruto viendo Salvados, me encanta cómo lo hace Gonzo, lo admiro y aprendo, así que no puedo estar más que agradecido de que aceptase ese reto.

¿Qué es lo que menos te gusta de ese periodismo y de esos programas que están tan pegados a la actualidad?

Yo no sé si sabría hacer un programa de esos porque son muchas horas en directo y no es tan fácil generar contenidos. Por eso, a veces, se generaran contenidos de lugares en los que tampoco está pasando tanto. ¿Es esto censurable? A priori sí, pero, ¿yo sería capaz de hacerlo de otra manera si una cadena me encarga un programa de tres horas? Seguramente no. No me siento muy legitimado para dar lecciones a nadie, intento hacer lo mío, que bastante trabajo me cuesta, como para meterme en terrenos que no son los míos. No sabría hacer un programa como Más vale tarde, Al rojo vivo o laSexta Noche, así que muestro respeto absoluto por mis compañeros porque creo que tiene mucho mérito lo que hacen.

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