“Muy muy a mi pesar es mi última final y va a ser mi última edición como presentador de El Conquistador. La vida va por ciclos y mi ciclo ha durado 19 años. Gracias a todos y a todas, yo he crecido con el programa. Ha sido maravilloso compartir estos 19 años con vosotros y con vosotras. Maravilloso”. Así se despedía, el pasado lunes 3, Julian Iantzi de sus labores como presentador de El Conquistador del Caribe en ETB. Por sorpresa, el comunicador vasco anunciaba este fin de etapa al frente del programa fenómeno de la televisión autonómica, que sigue acomodado en ese selecto club del 20% cada vez menos concurrido dados los ritmos televisivos actuales.
Eso sí, a falta de saber quién toma las riendas del formato de Hostoil (The Mediapro Studio) en su versión original, Iantzi seguirá ligado a la marca ahora en su versión nacional para TVE “A nivel de toda España es la Champions League”, afirmaba rotundo a verTele en mayo, durante una entrevista previa a marchar al Caribe a grabar junto a Raquel Sánchez Silva, una grabación de la que este medio también sería testigo. Ya entonces, tiempo antes de conocerse su desvinculación del programa de ETB, aseguraba no sentir presión al tener que defender El Conquistador.
“Yo siempre intento dar el 120% de todo lo que hago, y me da igual la etiqueta. Yo lo que quiero es que me vean haciendo el trabajo bien hecho. Cuanta más gente mejor, vale, pero no me como la cabeza”, afirmaba. Eso sí, sus expectativas demostraban plena confianza por lo que puede dar el programa: “Estoy deseando hacer 20% y 30% como El Conquistador de ETB”, dice el presentador, al que podemos ver en estas fechas al frente la retransmisión de los Sanfermines para La 1.
¿Se hace raro empezar “de cero” con 'El Conquistador', ahora con edición a nivel nacional, después de tantas ediciones en ETB y de semejante éxito cosechado allí?
Llevamos 20 de El Conquis, más treinta y pico en total. Arrancamos con Basetxea, porque también hacíamos realities en esukera y de ese hicimos 9 ediciones; hicimos 3 del Aconcagua, que es de altura y también es jodido; la primera en castellano que hice yo fue la de La Flecha Amarilla, que es la del Camino de Santiago, y luego ya arrancamos con El Conquistador, que hemos estado en Patagonia, en Chile, Colombia, Panamá… Y ahora llevamos cuatro en República Dominicana.
La gente me dice que qué guay que sea ahora en TVE, para toda España, pero me preguntan si no me aburre hacer siempre lo mismo, como que igual el único aliciente es que en vez de ser ETB sea en Televisión Española. Yo soy un comunicador y al final es coger una cámara y contar mi historia. Me da igual que ponga TVE, ETB o Canal 4 Navarra. Como profesional, puedes notarlo en las condiciones, pero a los que nos gusta comunicar nos gusta hacer nuestro trabajo bien. Desde ese lado, está guay que TVE apueste por ti, ¿cómo te voy a decir lo contrario? Estoy encantado de la vida, pero lo que me engancha de esto es que es un año más con un casting totalmente nuevo, con unas dinámicas que pueden ser nuevas. Tenemos un director [Joxan Goñi] que es Maquiavelo, y la capacidad de sorprendernos es increíble. Me pregunto: ¿De dónde saca las ideas este hombre? Nosotros, que somos los presentadores, muchas veces nos llevamos sorpresas, porque no sabemos a lo que vamos. Sabemos a lo que vamos, pero no todo, para que el factor sorpresa también sea una cosa nuestra.
¿Qué te exige a nivel profesional un trabajo como este? ¿No se hace repetitivo?
Esto no es ficción, esto es realidad, tanto en lo bueno, como en lo malo, es real. Y tienes que estar para responder en ‘menos tres’. Tienes que estar supervivo y superrápido. Cada año, hay concursantes nuevos, situaciones nuevas, movidas nuevas, y hay que reaccionar. Para nosotros es un reto. Para mí no es repetitivo, para mí sociológicamente es superrico, para conocer a la gente, diferentes reacciones ante un mismo hecho, reacciones ante 9 días sin comer, reacciones equis de un mismo campamento… Sociológicamente, lo que yo he aprendido estos años haciendo realities es una barbaridad. Para mí, eso es motivador. ¿Aburrido? El que va a una oficina y se pasa el día delante de un ordenador. Yo me levanto y veo Los Haitises, me levanto y veo Perito Moreno, veo cataratas… Fíjate, mejor oficina que la mía… Viajo, conozco, me divierto y cobro. ¿Quién se queja de eso?
Cuando a Raquel le metan cera, se va a tener que defender. Yo la voy a defender a capa y espada, como ella me va a defender a mí
Este es un reality de condiciones extremas, pero no solo para los concursantes, también para los presentadores, como decíais en la rueda de prensa.
Hombre, las condiciones no son buenas. El año pasado, el día que más dormí fueron seis horas, en un mes y pico. Cuando pega el sol, pega mal, cuando llueve, cae que flipas, pasas de calor a tener frío, luego los bichos… Cuando vas a un sitio y vas a tener una movida, no es agradable tampoco. Estamos también en la parte psicológica del programa, tenemos que enredar, desenmascarar, ser unos tocapelotas. Si dicen ‘arre’, yo ‘sos’; si dicen ‘sos’, yo ‘arre’. Siempre [hay que] darle la vuelta a lo que digan para sacarles de la zona de confort, para hacerles dudar. Es un constante, no paramos. Y duermes poco. Hay por ahí rulando fotos mías que me duermo en cualquier sitio. Mis compañeros son unos hijos de puta que me sacan durmiendo en un árbol, o encima de una roca. En los trayectos me quedo sobado al lado de las mochilas… Es muy intenso, pero nos gusta.
Hay en euskera un dicho que traducido dice ‘en sitios de gusto no hay cuesta’. A Raquel [Sánchez Silva] esto le mola, y a mí me mola, porque nos gusta. Haciendo otras cosas igual te aburres, pero esto no. Y parece que lo hacemos medio bien, así que…
¿No sientes algo de presión por el hecho de que, por más que el programa sea un fenómeno total en Euskadi, todavía tiene que presentarse al resto del país? ¿Lo vives con tensión o presión diferente?
Yo siempre intento dar el 120% de todo lo que hago, y me da igual la etiqueta. Yo lo que quiero es que me vean haciendo el trabajo bien hecho. Cuanta más gente mejor, vale, pero no me como la cabeza. Yo lo único que puedo hacer es trabajar y hacerlo bien. Y hacer lo que me pide el director. El presionarme a mí mismo es perjudicial para mí. Imagínate que de repente, de 300.000 me pasan a ver 3 millones, si yo me empiezo a comer la cabeza con eso, es que es insufrible. No me puedo presionar de esa manera. Lo que tengo que hacer es pensar que al igual que gusta a 300.000 voy a intentarlo hacer igual de bien, y si enamoro, que sea también a 3 millones. Pero es motivador, no es de ponerme nervioso. Y una vez hecho el programa, alea jacta est.
Yo no me como la cabeza con las audiencias. Estoy deseando hacer veintes y treintas [%] como hacemos con El Conquistador en ETB. ¿Que hago menos? Si lo he hecho bien, más no puedo hacer. Tengo fe en el producto. Sé que es un producto nuevo, la gente va a flipar, pero nos tiene que dar la oportunidad de que ver aunque sea un capítulo para darse cuenta de que no exageramos y de que esto es diferente. Ese primer capítulo es el que tenemos que buscar. Y Maquiavelo, el director, se va a encargar de que sea así. Así que sí, es motivador. Cada vez que te fichan para un proyecto, sea una productora o un canal, es bueno para nosotros. Y en este caso estamos en la Champions League. A nivel de toda España es la Champions League. Yo ya he estado ya en Champions League otras veces también aquí, en Televisión Española. Lo que intento es divertirme y divertir a los demás. A mí cuando me dicen ‘joder, cabrón, ¿y aparte cobras?’ es que he hecho bien mi trabajo, y eso es lo que tenemos que buscar. Y es lo que voy a buscar aquí también.
En la rueda de prensa se lanzaban a aventurar que tú serías el poli malo y Raquel, la poli buena. ¿Lo ves así?
No, no, no. ¿Qué poli buena? Aquí no hay ni poli bueno, ni poli malo. Yo tengo la fama de poli malo, pero no… Dentro de este trabajo hay muchos trabajos que hacer. Hay trabajos que haremos conjuntamente, pero posiblemente haya trabajos que haremos por separado. No sé exactamente qué es lo que tiene Maquiavelo en la cabeza. [Risas] Pero cuando a ella le metan cera, se va a tener que defender. Yo la voy a defender a capa y espada, como ella me va a defender a mí. No puedes hacerte una idea preconcebida, porque el concursante no sabes cómo va a salir. Los primeros días van a ser corderitos, pero el lobo va a aparecer. Y al lobo hay que capearlo.
¿Cómo ves a los jefes de equipos? Joana Pastrana ha dejado claras sus intenciones de marcar territorio, mientras que Cesc Escolà parece más comedido de momento. Pero ya las tuviste con Patxi Salinas en su día, en ediciones previas...
Es una loba… Sí, sí, espero. Ya me enfrenté a Patxi Salinas. Ved algún vídeo de Patxi Salinas y Julian Iantzi y no creo que supere eso. No creo que supere, y si supera ahí estaré yo enfrente. También es verdad que nosotros los presentadores estamos un poco en desventaja. Hay gente que no lo entiende, pero a nosotros nos insultan. Tú a Jorge Javier lo llamas “hijo de puta” y automáticamente sale del programa, porque es una falta de respeto. Nosotros lo vemos de otra manera. Nosotros provocamos ese tipo de reacciones y entendemos las pulsaciones, entendemos que lo están diciendo en un momento en el que igual realmente no lo piensan, o que es fruto del momento. Hay que reaccionar también ante eso. Una reacción puede ser ‘me descojono de ti’ y la otra de ‘te pongo en tu sitio’. No te expulso, pero una y no más. Y ahí me pondré. Hay veces que me pongo muy serio y otras en las que les jode más que no te lo tomes en serio y te rías. Psicológicamente también hay que saber jugar.
No es tanto lo del “poli bueno, poli malo”. Es ver cómo puedes hacer tu trabajo para que le haga mella. Si el otro está deseando ponerte de mala leche, y te pone de mala leche, gana él. Yo ahí no gano nada. Si él está buscando ponerte de mala leche y yo le vacilo, ahí le estoy desmontando y salgo ganando yo. Esto es un no día a día, hora a hora. Porque al momento del cristo, igual a la hora llega una intervención y me voy al campamento, y me vuelvo a encarar con ellos. Y yo no olvido, yo voy con todo. Lo de ‘poli bueno’ o ‘poli malo’ es muy relativo. Lo que hay que tener en este programa es carácter, porque como te pisen, ya no hay Dios que presente este programa. Tienes que buscar que te respeten, pero que no te tengan miedo, te tienen que hablar, te tienen que contar cosas. Y no hay que olvidar nunca que Raquel y yo no somos protagonistas aquí, somos presentadores, no al uso, pero los protagonistas son ellos. La gente quiere ver sus movidas: lo que hacen, lo que dicen, cómo hacen las pruebas, cómo se enfrentan… En Euskadi están deseando que me metan cera a mí a ver cómo respondo, la audiencia vasca ya está buscando también eso. Es enredar y buscar el camino. Me va a tocar de todo, de bueno y de malo.